El amor no era suficiente
Adoptados. El amor no era suficiente, el Sin ficción de TV3 de esta noche del martes es impresionante, porque nos hace partícipes de una realidad que ha convivido con mucha naturalidad entre nosotros. Nos evidencia que quizás no habíamos depositado la mirada adecuada. El punto de partida es excelente y parte de la voluntad de analizar un fenómeno que vivimos en Cataluña: más de 13.000 niños llegaron a nuestro país con el boom de las adopciones internacionales, entre 1998 y 2015. Los datos situaban a Cataluña como uno de los países líderes en el mundo en este tipo de adopciones. Ahora, la mayoría de estas criaturas adoptadas son ya personas adultas y el documental les pregunta cómo han vivido esta situación y cómo han sido sus vidas hasta ahora.
El documental les da voz para que ellos mismos expliquen su experiencia. Y es a partir de todos los casos individuales que el espectador puede sacar una conclusión. Son historias diferentes con muchos puntos en común, algunas con cierto regusto agridulce. Es hermoso el planteamiento visual. Cada uno de los testigos entra en escena llevando una fotografía suya de cuando eran pequeños, del momento en el que fueron adoptados. Se sientan junto a su imagen, evidenciando el paso del tiempo y cómo han cambiado. Hay cierta poética en esta idea, porque a pesar del dolor que algunos expresan, existe también optimismo y positividad. El casting de testigos es excelente, no sólo por su capacidad de comunicar sino también por cómo expresan los matices y se abren emocionalmente para hablar de sentimientos muy íntimos. Es conmovedor, también porque algunos se expresan con una contundencia que rompe el aura de condescendencia y épica que se deposita en ocasiones, desde la ignorancia, sobre las adopciones. La famosa "segunda oportunidad", casi como un premio que se otorga a estas criaturas. Pero el proceso no está exento de sufrimiento, de dudas sobre la identidad y de interrogantes con las que no es fácil convivir.
Adoptados. El amor no era suficiente es valiente y sensible. Y a través de sus protagonistas muestra también las grietas de ese sistema de adopciones, de la parte que no se explicaba, de las atrocidades que se producían en los trámites, las separaciones de los hermanos. También cae el mito del abandono, para delatar engaños o retiradas de custodia crueles en beneficio de las transacciones económicas. Expone la complejidad de las secuelas a nivel de salud de algunas adopciones en Rusia o Ucrania. El testimonio de Toni y Ophelie es demoledor, porque tienen el coraje de mostrar la parte más traumática de las adopciones y, sin embargo, explicarlo desde el amor a los hijos.
Vale la pena verlo, porque Adoptados. El amor no era suficiente sirve para enfocar mejor una realidad que teníamos algo distorsionada. Es como reabrir una herida que parecía cicatrizada, que apenas se veía. Pero que los protagonistas nos recuerdan que la cicatriz, a veces, todavía cuece.