
No se había visto nada similar en dirección de arte de una revista desde los años sesenta, cuando George Lois hacía las emblemáticas portadas deEsquire, con un Andy Warhol chupado por la salsa de tomate Campbell's.
La complicidad del tridente formado por Luciano Benetton, el dinero y el escaparate; Tibor Kalman, el concepto gráfico, y Oliviero Toscani, el provocador fotógrafo, permitió crear unas imágenes que removieron multitud de conciencias.
La puesta en escena de Colores, revista activa entre 1991 y 2014, ya se había visto en comunicación, pero no por eso era menos efectiva. Las imágenes iban normalmente sobre fondo blanco; pies, bebés, preservativos, mujeres, hombres, plátanos... siempre con una iluminación sencilla y un encuadre básico. La tipografía alrededor, juguetona, con los colores estratégicos de los jerseys Benetton. Este tratamiento tan simple y crudo de la fotografía conseguía, precisamente por esa sencillez, un impacto muy profundo que dejaba al lector conmocionado, con una imagen a menudo turbadora que resultaba imposible de olvidar.