Diez curiosidades que quizá no sabes de Eurovisión
El festival celebra su final este sábado
BarcelonaEste sábado Eurovisión celebra su 66.ª edición y deja atrás los espectáculos a medio gas por culpa del covid. En la final participarán 25 concursantes que habrán superado las semifinales, que arrancan este martes y acaban el jueves. Para poder afrontar el festival con todos los conocimientos que necesita un buen eurofan, hemos recopilado diez curiosidades sobre el longevo festival de la canción.
El país que más veces ha conquistado el micrófono de vidrio que recibe el vencedor de Eurovisión es Irlanda. Desde el inicio del festival ha ganado en siete ocasiones (1970, 1980, 1987, 1992, 1993, 1994 y 1996) y, además, es el único país que ha salido vencedor tres años consecutivos. No es el único récord que tiene Irlanda: Johnny Logan, uno de sus representantes, es el único que ha ganado el festival dos veces. Por detrás de Irlanda está Suecia, que si ganara este año provocaría un empate entre el país de los U2 y el de ABBA.
La canción de Eurovisión que más versiones ha tenido es Nel blu dipinto di blu, conocida popularmente como Volare, con la cual Italia participó en el festival de 1958. Cantada por Domenico Modugno, se convirtió en un tema muy popular que trascendió Eurovisión, festival que no consiguió ganar (quedó en tercer lugar de diez), y que cantantes y grupos tan variados como Dean Martin, David Bowie o los Gipsy Kings versionaron.
No, no es España. El país que más veces ha recibido calabazas en Eurovisión es Noruega, que ha quedado última en cuatro ocasiones. Curiosamente, el país nórdico tiene otro récord: Fairytale, la canción con la que ganaron Eurovisión en 2009, es el tema que ha ganado el festival con un porcentaje más alto de votos de la historia del festival. Todos los países participantes la votaron y consiguió 387 puntos.
A pesar de que España no tiene el récord de veces en recibir cero puntos, se acerca bastante. En tres ocasiones ha recibido la peor puntuación posible: con Víctor Balaguer (1962), con Conchita Bautista (1965) y con la inolvidable (y mil veces imitada) Remedios Amaya y el tema Quién maneja mi barca (1983).
Eurovisión es un show en el que se mezcla música y, muchas veces, un poco de friquismo, pero de vez en cuando aparecen canciones que acaban haciéndose un hueco en la historia del pop. Es el caso de Save your kisses for me, el tema con el que Reino Unido ganó el festival de 1976 y la canción surgida de Eurovisión que más éxito comercial ha tenido: vendió seis millones de copias. Por detrás queda la icónica Waterloo, de los ABBA, con cinco millones de copias vendidas. El bronce también es para Suecia gracias a Euphoria, de Loreen, triunfadora de la edición de 2012 y que vendió dos millones de copias.
Esta es una pregunta que cada año se hacen muchos espectadores: ¿qué demonios hace Australia en Eurovisión si se supone que es un festival europeo? El canal público Special Broadcasting Service empezó a retransmitir el festival en Australia en 1983, y desde entonces se ha convertido en uno de los acontecimientos televisivos más vistos del país. Debido a la popularidad que el festival tiene en Australia, la Unión Europea de Radiodifusión (UER) decidió invitar el país oceánico a participar en la 60.ª edición, que se celebró en 2015. A pesar de que en un principio se trataba de una participación puntual y vinculada a la conmemoración de las seis décadas de historia del festival, la UER decidió extender la invitación hasta 2023. Si Australia llegara a ganar Eurovisión, nunca podría ser anfitriona del festival, puesto que el acuerdo con la UER estipula que siempre se tendrá que celebrar en un país que forme parte de la unión de televisiones públicas europeas.
A pesar de que Irlanda sea el país que acumula más victorias eurovisivas, para encontrar la canción que ha conseguido más puntos en toda la historia del festival hay que ir hasta Portugal. El año 2017 Salvador Sobral representaba su país con Amar pelos dois: su historia emocionó Europa y obtuvo un total de 758 puntos. Sobral no solo se proclamó ganador de Eurovisión con una propuesta que se alejaba del gran espectáculo de entretenimiento de ediciones anteriores, sino que también consiguió un récord histórico.
España ha ganado el Festival de Eurovisión dos veces. La primera, en 1968 en Londres, cuando Massiel interpretó la canción La, la, la, que contenía ni más ni menos que 138 las. De este modo, España fue el país encargado de organizar el festival el año siguiente, que tuvo lugar en Madrid. La edición del 1969 ha sido la segunda y última victoria española en el festival –la representante era Salomé con Vivo cantando–, pero también ha sido la única edición en que cuatro países compartieron la primera posición: España, Reino Unido, Países Bajos y Francia. Aquel mismo año Austria boicoteó el festival no participando en él, como muestra de rechazo a la dictadura franquista.
La opinión general es que España hace años que está en el pozo cuando se trata de Eurovisión. En realidad, sin embargo, no hace tanto que abandonó los lugares de honor: la última vez que entró en el topten fue hace ocho años, cuando la representante española fue Ruth Lorenzo con Dancing in the rain. Dos años atrás, Pastora Soler también lo consiguió con la balada Quédate conmigo.
Los organizadores de Eurovisión no hacen más que repetir que el festival no tiene nada que ver con la política, pero esto no siempre ha sido del todo así. Dejando de lado la expulsión de Rusia de este año, el festival sí que ha tenido algunos vínculos políticos: la canción E depois do adeus, con la que Portugal participó en la Eurovisión del 1974, se convirtió en un himno de la Revolución de los Claveles. Esta canción sonó en la cadena Emissores Associados de Lisboa el 24 de abril, a las 22.55 horas, y sirvió para que los militares supieran que tenía que empezar el levantamiento contra la dictadura salazarista. La canción se eligió porque estaba de moda y porque su letra no era política, dos elementos que hacían que no levantara sospechas.
Con solo 13 años, la cantante Sandra Kim, que representaba a Bélgica en el Eurovisión del 1986, se convirtió en la cantante más joven en ganar el festival. La letra de J'aime la vie explicitaba que la cantante tenía 15 años, así que cuando se supo su auténtica edad Suiza pidió que se la descalificara. Cuatro años más tarde, después de que varios países hubieran enviado a representantes menores de edad, la organización estableció una edad mínima de 16 años (también se pueden presentar aquellos cantantes que hagan los 16 el mismo día del festival).