La entrevista ejemplar de Pepa Bueno
La noche del lunes La 1 arrancaba la temporada con la entrevista a Pedro Sánchez después del Telediario 2. La emisión también suponía el regreso de la periodista Pepa Bueno a la televisión pública para ponerse al frente del informativo. El debut fue esplendoroso.
Pepa Bueno no cayó en un repaso de temas previsibles según la agenda del momento. La periodista confrontó a Pedro Sánchez con sus contradicciones con preguntas que conectaban con la realidad más inmediata de su legislatura, especialmente sobre los aspectos vinculados a la corrupción. La forma de formular las preguntas obligaba a Sánchez a pensar y a improvisar argumentos, que es donde mejor se puede comprobar la solidez del discurso. No se trata de repasar un listado de preocupaciones ciudadanas y temas candentes. Bueno recogió estas prioridades obligando a Sánchez a posicionarse de una forma más explícita. "¿La continuidad de su ejecutivo depende más de los tribunales que de su acción de gobierno?" requiere una respuesta sin matices de la que es difícil escabullirse. "¿Hay jueces que están en guerra con el gobierno?" es la pregunta perfecta para extraer un buen titular. "¿Está en condiciones de afirmar que no existe corrupción estructural en su partido?" es una pregunta que compromete al entrevistado de cara al futuro más inmediato. "Por supuesto que no", respondió Sánchez. Y Bueno saltó: "¿No está en condiciones?" "No, no. ¡Quiero decir que no hay!", matizó Sánchez. Sobre el caso que afecta al fiscal general del Estado, García Ortiz, la periodista preguntó: "Presidente, me gustaría oír por qué cree usted aceptable, en ese momento y en este caso, que un fiscal general del Estado, que es el garante de la legalidad en España, pueda desempeñar su función mientras se sienta en el banquillo de los acusados, algo que puede pasar en un plazo inmediato. ¿Por qué lo ve compatible?" A la hora de hablar de la vivienda y el sueldo de los ciudadanos, la periodista le preguntó: "¿Por qué un gobierno nítidamente de izquierdas como el suyo, que ha sabido hacer crecer la economía, no ha sabido acabar con estos dos problemas que afectan a tanta gente?"
Bueno mantuvo un tono firme pero tranquilo. Se la notaba profundamente concentrada y nunca sonrió. Condujo a la entrevista hacia un tono de conversación nada habitual. Introducía el contexto con mucha naturalidad, hacía preguntas directas y claras, sabía detener el discurso de Sánchez para repreguntarle o confrontarlo con elegancia, sin exhibir la interrupción. El guion era fluido y evolucionaba con coherencia. Puso al presidente del gobierno contra las cuerdas sin hacer ostentación de ello y dejando la oportunidad a los espectadores de sacar conclusiones. La entrevista de Pepa Bueno no solo puede servir a las facultades de comunicación para analizar un magnífico y actual ejemplo de buen periodismo. Tiene que ser un referente para muchos periodistas que se están dejando arrastrar por la inercia temática a la hora de afrontar este tipo de retos.