Entrevista

Laia Manzanares: "Si viera personas con granitos en la tele como yo no tendría esa inseguridad"

Actriz

Laia Manzanares en una imagen reciente.
Aida Xart
12/03/2025
4 min

BarcelonaLaia Manzanares es actriz de teatro, cine y televisión. Saltó a la fama por su personaje de Oksana en Merlín y este año ha protagonizado la serie de RTVE Asuntos Internos. También estrenará la película Lo que queda de ti y Orlandoen el teatro Centro Dramático Nacional en Madrid.

¿Cómo ha sido esa experiencia?

— Ha sido mi primer papel protagonista en una serie y cuando en el trabajo te sale algo así, es muy sexy. No es fácil trabajar de esto y un papel como éste es superagradecido. La verdad es que lo pasé de puta madre. Además, el equipo técnico y artístico fue muy guay, entonces fue muy fácil rodar y permanecer unos meses en Madrid. Además, hay escenas de acción, que me gustan mucho, porque me encanta bailar, y todo lo que es acción y peleas es cómo hacer una coreografía.

En Asuntos Internos interpretas Clara Montesinos, una mujer pionera en la policía, que entra en un mundo de hombres. ¿Te has oído así, actuando?

— Haciendo esta serie dijimos: "Vale, hemos evolucionado mucho, hemos cambiado muchísimas cosas, pero hay muchas que no". Sin embargo, como en todos los oficios, hay muchos hombres dinosaurio que se quejan, ocupan espacios y, cuando llegas, te infantilizan y te desprecian. En fin, que todavía nos queda trabajo por hacer aquí. También hay gente maravillosa y he trabajado con personas increíbles.

La serie toca temas muy actuales aunque esté ambientada en 1979. ¿Cómo crees que se conecta con los problemas sociales de hoy?

— Es inevitable que sea una serie política. Porque habla de un momento histórico que es puramente político, donde todo lo que ocurre es político. Y hay una mirada de una mujer entrando en un ambiente de hombres en una época en la que aún era peor que ahora. O hablamos de drogas, un problema también jodidísimo actualmente y del que no puedes hacer una mirada acrítica. Es una serie hecha con bastante compromiso.

¿Te has oído impostora algún momento grabando la serie?

— Es algo que me ocurre en general. Ahora también tengo que hacer teatro y creo que no sé hacer este trabajo. Siempre existe un momento de duda, pero ya he dejado de sentirme así, sobre todo por si es un tema de edad o de género. Hace un tiempo grabé La desconocida con Manolo Solo, un actor increíble. Pensé: "¡Pero no puede ser, se han equivocado!" Y de repente dije: "Qué dices, te han cogido a ti porque has hecho un casting, al igual que Manolo Solo". Quiero decir, que empecé a otorgarme el derecho de legitimarme. El año pasado hice una obra y había dos niños que tenían 7 y 9 años. Y tenían el mismo derecho a estar allí haciendo el trabajo que yo. He intentado hacer mucho trabajo al respecto, porque al final soy válida para existir y soy válida para trabajar. Lo haré mejor o peor, gustaré más o menos, me da igual, pero como profesional intento dar el 100% de mí y estar a la altura, por tanto... yo no impongo, yo hago.

Llegaste a la fama y tener trabajo muy joven. ¿Te has sentido alguna vez menospreciada por la edad?

— Sí, hay una gente que me respeta mucho y entiende que puedes trabajar con una persona de 7 años o una de 80 y todos somos compañeros haciendo el mismo trabajo, pero sí me he encontrado. Más al principio, tal vez... Un día, cuando hice mi primer trabajo de teatro profesional en el Teatro Nacional, una persona me dijo: "¿Por qué no estás dando gritos de alegría?" Y le respondí: "Porque es mi puto trabajo". Me sobrepuse, hice una sesión de fotos con dos personas que admiro, que llevan años en la industria, y estaba tranquila en vez de estar nerviosa. Me sorprende mucho que otra persona, un hombre mayor, me dijera esto. ¿Y por qué no hacía él gritos? Son pequeños pasos para irme legitimando y cada vez me cuesta menos. Hasta que un día ya no me va a costar.

La serie está ambientada en 1979, un momento histórico muy convulso en España. ¿Cómo fue sumergirte?

— La Transición es un momento histórico de este país donde básicamente existe una dictadura encubierta. Aún nos queda mucho por salir de aquí, pero parece que antes de salir estamos volviendo a entrar. Es importante revisar la historia de dónde venimos, porque sino... quizá la acabemos repitiendo. Es importante hacer series de época de este país basadas en hechos reales para decirnos: "Hola, ¿nos acordamos de eso o no?" También se enseña cómo la heroína mató a miles de personas y se cargó a miles de familias... Todavía ahora se consume muchísima droga y es como si no hubiéramos entendido nada.

¿Cómo fue entrar en 1979 estéticamente?

— Es guapísima la ropa, aunque algo incómoda. Era algo muy chula, entrar en el personaje. Rodando me pasó algo y es que tuve un brote de acné. Tengo tendencia acneica, siempre tengo algo de granitos, pero hay momentos de la serie en la que tengo muchos. Esto me generó bastante inseguridad. Las chicas que salen en la tele tienen la piel perfecta. Y yo, haciendo la serie, no. Y con la maquilladora hablamos de ello, les tapó un poquito. Y yo le dije: "Me parece de puta madre, porque si viera a personas con granitos en la tele ahora no tendría esa inseguridad".

¿Te había pasado ya antes?

— Sí, recuerdo otra serie, en la que tenía acné, y yo misma me trataba fatal. Me miraba en el espejo y decía: "Tía, qué asco". Entonces me gustó mucho el proceso, porque dije: "¡A la mierda!" No estoy aquí por ser guapa, sino por hacer un personaje. Ahora, viéndome con más distancia, me veo superguapa. Rodando la serie me sentía horrible, pero me decía: "No pasa nada. No hace falta estar siempre guapísima". Ahora lo veo y pienso: "Pues mira, me interesa esa cara".

stats