Estrategias morbosas por el caso Ábalos

Los magazines matinales de Telecinco y Antena 3 invierten cada mañana mucho tiempo y recursos en minar el gobierno de Pedro Sánchez y explotar narrativamente los casos de corrupción de Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. La reiteración diaria obliga, por tanto, a unos niveles de creatividad periodística insólitos, con prácticas informativas poco claras y relatos de reclamo más bien sórdidos.

La obsesión de Ana Rosa Quintana en Telecinco tiene siempre que ver con una serie de mujeres, supuestamente del entorno de Ábalos y Koldo, de las que han obtenido grabaciones de origen desconocido y falta de contexto. El martes las protagonistas eran una tal Claudia –a la que citan siempre como Miss Asturias aunque haga años que ya no ostente el título– y una tal Anaïs. Mujeres desprovistas de apellido y, sobre todo, de rostro. Para anunciar las entrevistas o grabaciones que las implican, utilizan como reclamo unos pequeños recuadros en el lateral de la pantalla que mantienen de forma casi constante durante el programa. En este marco van alternando fotografías sexualizadas de estas mujeres, ya sea ejerciendo de Miss Asturias o con imágenes sensuales con poca ropa, haciendo de modelos o incluso participando en desfiles en centros comerciales. Les difuminan el rostro aunque alguna de ellas después dé la cara, pero así el vínculo con Ábalos y Koldo se hace más misterioso y sospechoso. La cantidad de imágenes que tienen y enseñan de ambas es ingente, muy superior a la necesidad real que pide la noticia. En ningún caso está justificada la exhibición de decenas de fotos con poca ropa y actitud provocativa que no aclaran los vínculos políticos.

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El caso de Claudia era una exclusiva deOk Diario, de Eduardo Inda, un medio que Ana Rosa Quintana siempre promociona y cita como fuente fiable. En estas grabaciones a Ábalos prácticamente no se le oye, y la retórica de la Miss Asturias parece forzada para hacer uso de la grabación. El caso de Anaïs es el de la mujer que teóricamente interceptaron marchando de casa de Ábalos escondiendo un USB en el pantalón. "Para irte a vivir como Ábalos tienes que estar muy desesperada", apuntaba Quintana con cara de asco. Se recreaban en los detalles de la presunta relación y provocaban confusión sobre si eran amantes o si ella era la mujer de realizar trabajos. Nunca enseñaban su cara, con una precaución muy poco habitual en este tipo de programas.

Más allá de lo que se pueda aclarar y demostrar judicialmente sobre los casos de corrupción dentro del gobierno socialista, es obvio que alrededor también hay todo un constructo mediático muy potente e interesado. Y poco riguroso periodísticamente. Se utilizan recursos televisivos visuales y narrativos basados ​​en difuminar rostros, esconder fuentes, descontextualizar documentos, fragmentar y manipular archivos sonoros de origen misterioso, ofrecer datos imprecisos, abusar del anonimato y dar detalles irrelevantes y truculentos. Bajo la aparente puesta en escena de informar y despejar existe el objetivo de tergiversar, confundir y escandalizar con estrategias morbosas para influir en la percepción de la audiencia.