Fiesta es uno de los programas más viles y cínicos de Telecinco. Este sábado utilizaban como cebo para la audiencia las imágenes de una actriz que ahora vive en la calle. Mónica Cervera, que en 2004 estuvo nominada a los premios Goya por su actuación en Crimen ferpecto, ahora duerme en un banco de la calle, en el centro de Marbella. “Descubrimos la vida en la calle de una actriz”, anunciaban sobre las imágenes de la mujer en un pequeño recuadro en la pantalla. “Algo cambió bruscamente en su vida y ahora vive en la calle”, decía la locución para anunciar el tema que tratarían más adelante. “Estas son las dolorosas imágenes de la vida de la actriz”, sentenciaban. Y ponían imágenes de Cervera lavándose los dientes en un banco o caminando con todas sus pertenencias por la calle. Encima impresionaban el grafismo del objetivo de una cámara con un zoom, como si la estuvieran espiando. “Hasta se la ha llegado a ver pidiendo en los semáforos”, anunciaban. Por último contactaron con el redactor que habían enviado a Marbella. El periodista estaba solo, junto a un banco vacío y lo señalaba: “Este sería el banco en el que Mónica Cervera estaría comiendo, estaría durmiendo. Vamos, donde estaría viviendo”. Contaba que había podido hablar con ella sin cámaras: “La hemos visto bastante entera y estaba aseada”. Aclaraba que la actriz no quería tener nada que ver con la televisión. “Se ponía algo nerviosa cuando le preguntábamos si le gustaría estar en algún proyecto”. Y el reportero también se mostraba extrañado de que Cervera no quisiera vivir con sus padres: “Ha dicho que era un tema personal del que no quería hablar”. Algo habitual en este tipo de programas es que juzgan la vida de las personas en función de unos estereotipos familiares que no tienen por qué ajustarse a la realidad de la gente. Definían las circunstancias de Mónica Cervera como “en situación de calle” e insistían en que solo había accedido a tener una conversación si era sin la cámara. Y ahí vino lo más grave. La habían grabado a escondidas hablando con ese redactor. Nos enseñaron unas imágenes de Cervera diciéndole educadamente al periodista: “No quiero que sepáis a qué me dedico, ni a dónde voy ni de dónde vengo. Nada”. Mientras, la cámara lo grababa desde detrás de unos arbustos, desobedeciendo la petición de la actriz. Una vez devolvieron la conexión al plató, Emma García, máster en cinismo, concluía: “Hay que dejarla en paz con su vida y respetar su decisión”. Los tertulianos tuvieron la cara dura de afirmar que gracias a esas imágenes quizás la administración le aceleraba los trámites del subsidio que había pedido, como si le hubieran hecho un favor.
La extrema vulnerabilidad de las personas sin hogar incluye también el quedar desprovistos de intimidad. Y Fiesta se aprovechó pisando los derechos de Mónica Cervera, violando los códigos informativos más elementales, incumpliendo el acuerdo que habían establecido con ella de no salir en televisión. Telecinco celebró su fiesta a expensas de su sufrimiento.