¿Quién le compra a Sánchez su "Lo siento mucho"?

"Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir" son las diez palabras del rey emérito que se convirtieron en un clásico instantáneo, y eso que aún estaba por descubrir toda la podredumbre que se escondía bajo las fastuosas vestimentas reales. Pedro Sánchez ha pedido también disculpas, pero la prensa tiene claro que se trata de su enésima escenificación sentimentaloide por mantenerse algo más en el poder. Eldrama kingque le escribe cartas a la ciudadanía con mirada lánguida apenas esconde al jugador de baloncesto tenaz que sabe agotar la posesión del balón hasta el último segundo. Y entonces optar al rebote. SóloEl Paísle concede la generosidad de comprarle la disculpa, con el titular "La corrupción derriba a Cerdán y Sánchez pide perdón". Es gloriosa esta capacidad de los líderes políticos, sean del color que sean, de afirmar sin desencajarse de reír que no tenían idea de las lucrativas travesuras de sus colaboradores íntimos. Nunca una dimisión por admisión de incapacidad vigilante manifiesta.

Al otro lado del quiosco, claro, el perdón pedido por Sánchez no tiene valor alguno. ¿Perdón por qué, exactamente? La prensa de derechas sigue exigiendo elecciones anticipadas y comienza a trasladar la presión a los socios. Recuerdan, por ejemplo, que fue Cerdán quien se reunió con Puigdemont para pactar el apoyo de Junts, como si una corruptela estrictamente económica tuviera que invalidar esos pactos. El resultado es que los tratamientos periodísticos están tan condicionados por los intereses a corto plazo del partidismo que la prensa no acaba convirtiéndose en una fuerza que empuje hacia la regeneración política y la reforma del sistema para impedir la corrupción.