'El diario'.
Periodista i crítica de televisió
2 min

El lunes por la tarde, en el programa El diario de Jorge de Telecinco, el presentador, Jorge Javier Vázquez, intentaba mediar entre dos amigas en conflicto. Maria Dolors de Barcelona había gestionado el encuentro televisivo sorpresa porque su amiga Ana María estaba descontenta con ella porque no tenía tiempo para quedar. Jorge Javier comprobó la agenda de Maria Dolors para asegurarse de que, efectivamente, estaba muy ocupada. Luego apareció Ana María, que –supuestamente– no sabía quién le había organizado esa emboscada. Ella es de Argentina, está jubilada y lleva catorce años viviendo en Barcelona. El presentador se las ingenió para que aflorara en la conversación el motivo de la falta de entendimiento entre las dos mujeres. Después, volvió a aparecer Maria Dolors en el plató para esclarecer el motivo de tensión entre las dos. Como es habitual en este tipo de programa, estimularon la polémica, hicieron un toma y daca, hasta que, al final –qué casualidad– Maria Dolors reveló un argumento de peso. Algunas veces ella invitaba a Ana María para que se añadiera a actividades que hacía con sus otras amigas, pero la argentina no quería ir porque hablaban en catalán. "No me gusta el catalán", dijo con contundencia. Jorge Javier le preguntó los años que llevaba viviendo en Catalunya: "Yo puedo estar 50 años más y no me gustaría", insistió taxativa. Entonces Jorge Javier hizo aspavientos: "Pero qué te cuesta aprender el catalán, con lo bonito qué es, y que es cultura, ¡y que es un idioma maravilloso!" La invitada repitió: "No quiero". Jorge Javier sacó una conclusión algo elemental: "¿Sabes por qué no te gusta? Porque no quieres aprenderlo". Ana María aseguró que, en parte, era porque aprender el catalán le borraría su castellano. Jorge Javier se rió: "Es lo que tiene el catalán. ¡Que te entra por un oído y te borra el castellano!', concluyó con sarcasmo. "Home, i tant!", iba repitiendo el presentador para demostrar que él también sabía hablar en catalán.

Qué fácil es dar lecciones. El presentador nacido en Badalona no ha hablado nunca en catalán ni en las entrevistas más generosas, largas y plácidas que le han hecho en TV3. No lo hizo ni en El convidat con Albert Om ni, más recientemente, con Ricard Ustrell en Col·lapse. En este programa llegó a asegurar que le daba vergüenza hablarlo, y lo achacó a razones políticas que tenían que ver con Jordi Pujol y que no concretó. Pero riñó a la señora argentina que hacía como él: no hablarlo. El argumento de "es un idioma muy bonito" a menudo delata una especie de condescendencia lingüística, como si el catalán fuera un objeto de decoración feo y hubiera que convencer a los demás de su belleza. Y dices "Home, i tant!" y ya has cumplido. No argumentan que hay que aprenderlo porque es la lengua del país o para integrarse mejor en el tejido social o por respeto. Quizás a Jorge Javier este caso le ha servido para entender que la razón de no querer hablar catalán no debe de ser, precisamente, culpa de Jordi Pujol.

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