El partido que se podía desangrar eternamente
El PSOE atraviesa sus horas más bajas, con escándalos que van estallando con igual cadencia que una traca final de fiesta. El problema es que la caverna ha pasado todo su mandato con el tono tan subido que ahora que llega el mambo ya no le queda voz –o adjetivos– para incrementar la histeria. Miremos, por ejemplo, el titular delAbc: "El PSOE se desangra por una corrupción sin freno". Leyéndolo, no puedo estar de especular sobre cuántos hectolitros de sangre debía tener. Porque resulta que el mes pasado Periodista Digital hacía la noticia "El PSOE se desangra, el PP aguanta, Vox se dispara y Sumar se evapora". Y un poco antes, en mayo, en El Español: "Pedro Sánchez se desangra en la UE". Y en marzo, en La Razón: "Sánchez se desangra por el pacto en inmigración con Junts".
Toda esta pérdida sanguínea no crean que es cosa sólo de este 2025. En febrero del 2023, en Libertad Digital, titulaban "El PSOE se desangra electoralmente y Sánchez está KO". Y el año anterior, en Diario de Sevilla: "El PSOE se desangra por las fugas hacia el PP, la abstención y los indecisos". Y un año atrás, en El Mundo, decían que "El PSOE se desangra en Madrid y pone en duda la Moncloa". De hecho, ya en 2016, el editor del diario Menorca.info, Josep Pons, escribía la columna "Cuando el PSOE se desangra" y decía que "lo que está en juego esta semana no es la continuidad de Pedro Sánchez, abandonado a su suerte y con las horas contadas en la secretaría general del PSOE, sino la propia supervivencia del Partido Socialista". Gran capacidad de anticipación. Sánchez debe comer mucha carne roja, si lleva diez años de sangría y sigue mirándose el partido desde su despacho en la Moncloa. Existe una evidente insensibilización, fruto del perpetuo escándalo que han vendido determinados medios. Y cuando ha llegado el verdadero hollín, ellos sí llegaban exhaustos, desangrados de frases rimbombantes.