Propaganda monárquica con el acuerdo de paz

Cada sábado al mediodía La 1 de TVE emite Audiencia abierta, un espacio informativo centrado en la actualidad de la casa real. Informan de la agenda de los principales miembros de la monarquía con el fin de que los ciudadanos comprueben cómo la Corona se gana las algarrobas asistiendo a todo tipo de actos institucionales, benéficos y empresariales.

En la emisión de este fin de semana, el programa añadía un reportaje sobre el acuerdo de paz y de alto el fuego entre Israel y Hamás, pero desde la perspectiva monárquica. El resultado hacía reír porque convertía a Felipe VI en una especie de actor decisivo en la evolución y el desenlace de este conflicto.

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La presentadora destacaba que había sido una semana histórica y se hacía un relato cronológico de los acontecimientos. A continuación, la locución del reportaje se centraba en el papel del rey en la paz en Oriente Próximo, también con una mirada retrospectiva. "En España han sido varias las ocasiones en las que el rey ha abogado por esta vía y ha hecho un llamamiento por la paz definitiva en esta región de Oriente Medio", decían. Aseguraban que esta situación se había producido en tres ocasiones y ofrecían imágenes de archivo que avalaban ese dato. Recuperaban unas palabras del rey Felipe VI del 2010 y otras de febrero del 2025 para subrayar que el monarca "volvió a defender la existencia de ambos estados y abogó por el diálogo para conseguir la paz". El relato tenía algo de atrevimiento épico. Añadían que, más recientemente, en plena tensión política para definir la masacre de genocidio, "el rey acudió a la cumbre de la ONU y volvió a exigir un alto el fuego inmediato". Y, finalmente, destacaba su última intervención sobre esta cuestión: "La semana pasada el rey provocó aplausos cuando se mostró esperanzado y cauteloso ante lo que ya se veía que acabaría siendo un acuerdo de paz entre Israel y la organización terrorista Hamás", haciendo especial énfasis en la claca del público. Y, como si fuera una consecuencia directa de las palabras del rey, añadían a continuación: "Cuatro días después, se producía un intercambio de rehenes y se materializaba el acuerdo en Egipto ante la presencia de los líderes mundiales".

Ya se entiende que los responsables deAudiencia abierta deben rellenar el programa de las actividades reales. Ahora bien, lo que no puede ser es que, como sólo se ocupan de la parcela monárquica, su relato convierta a la Corona española en el ombligo del mundo. El intercambio de rehenes y el acuerdo de paz acababa pareciendo el desenlace de la presión institucional de Felipe VI, como si él hubiera dedicado toda su vida a la causa. Tener al rey como único protagonista provoca un sesgo informativo esperpéntico que desemboca en una propaganda ridícula. Una cosa es reportar la agenda de los compromisos de la Corona y otra muy distinta convertirlos en epicentro de la actualidad internacional y de eventos históricos.