Periodismo

Los Pulitzer vuelven a los clásicos y miran (un poco) a Gaza

'The New York Times' y 'The Washington Post' acaparan el mayor número de estos galardones periodísticos

BarcelonaYa son 108 las veces que Estados Unidos entrega los premios Pulitzer. En ediciones anteriores, el palmarés se había repartido entre cabeceras históricas y otras de nueva creación. Pero el cierre de algunos de estos nuevos medios, con demasiada frecuencia dependientes en exceso del tráfico conseguido a través de las redes sociales, ha provocado que la lista de ganadores de este año tenga un inequívoco sabor de clásico. Estos son los galardones que Joseph Pulitzer instituyó para purgar sus pecados como editor de prensa sensacionalista, así que no es de extrañar que el jurado apele más a las esencias del periodismo que al riesgo y los nuevos formatos.

El palmarés de cada año suele recoger los eventos más relevantes del año. En este caso, la guerra de Gaza aparece con un solo premio específico, más una especial distinción “a todos los reporteros y trabajadores de los medios” que están efectuando la cobertura de esta zona palestina. El reconocimiento puede ser visto como tibio, y en las redes había quien notaba la hipocresía de aplaudir estas coberturas teniendo en cuenta la dura represión que se ha aplicado a los estudiantes que se manifestaban estos días en la Universidad de Columbia, vinculada a los premios en cuestión. Y es fácil suponer que, en unos premios que honran la figura de un editor de origen judío, ésta habrá sido una cuestión delicada. La otra mención especial ha sido, póstuma, para el escritor, músico y crítico Greg Tate, una de las almas de The Village Voice, publicación fundamental de la cultura negra en Estados Unidos.

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En el apartado de cobertura nacional, Reuters y el Washington Post ganan el premio, mientras que el New York Times lo obtiene pero en la categoría de reporterismo internacional por el trabajo realizado en Israel y Palestina (y Katie Engelhart engorda la colección de Pulitzer del rotativo con un premio más, logrado en este caso por sus reportajes sobre el Alzheimer). En el rifirrafe que enfrenta a las dos cabeceras más prestigiosas del país, todo queda igual, porque las dos marcas históricas añaden tres honores a sus estantes. Así el Times se va a las 135 distinciones, mientras que el Post se sitúa en 73.

Una de las categorías más prestigiosas es la de periodismo de investigación, que este año recae en Hannah Dreier y su reportaje dedicado a la explotación laboral infantil de migrantes, escrito para el New York Times. Es la segunda vez que esta periodista gana el codiciado galardón, ya que también la premiaron en 2019 (cuando trabajaba en la organización sin ánimo de lucro ProPublica), además de ser finalista en 2022 (entonces para el Washington Post). ProPublica recibe este 2024 un reconocimiento también potente: el Pulitzer a servicio público.

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En la categoría de cobertura de noticias, el galardón se va a Lookout Santa Cruz por el trabajo de este medio a la hora de reportar unos chaparrones catastróficos al condado. El uso de todos los canales digitales –incluidos los antiguos SMS para cuando internet no funcionaba– permitió cumplir la misión de servicio público en unos días de gran exigencia.

En los apartados gráficos, Associated Press gana en conjunto un galardón por fotografía de reportaje, mientras que la agencia Reuters, su gran competidora, se lleva el premio pero en la subcategoría de actualidad. Medar de la Cruz, del New Yorker, se alza también con un Pulitzer, en su caso en la división de reporterismo o comentario ilustrado (y la veterana revista suma un segundo premio, para Sarah Stillman, por su periodismo explicativo). David E. Hoffman, del Washington Post, ha sido distinguido en la categoría de opinión editorial y Justin Chang, del LA Times, en el género de críticas. El político encarcelado de la oposición rusa, Vladimir Kará-Murzá, lleva el segundo premio de esta cosecha por el medio de Jeff Bezos, por sus columnas de opinión publicadas en el Washington Post.

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Al margen de los trabajos periodísticos, el jurado deja cada año algunas pistas sobre la producción cultural de la cosecha anterior. Este año han recibido premio Ebony Booth por la obra Primary trust (dramaturgia); Jacqueline Jones por No right to an honesto living (ensayo histórico); Jonathan Eig para narrar la vida de Martin Luther King en el libro King (biografía); Brandon Somos por Tripas (poesía); Cristina Rivera Garza por Liliana's invincible summer (memorias); Nathan Thrall por Day in the life of Abed Salama (no-ficción); Tyshawn Sorey por elAdagio for Wadada Leo Smith (Música), y Jayne Anne Phillips por Night watch (ficción).