Y Sánchez dijo: "¿Te tú, 'El País'?"

La polarización tiene sus ventajas. Estamos tan acostumbrados a ver cómo los diarios de una y otra trinchera maximizan o minimizan un asunto dependiendo del bando al que prestan apoyo, que en las raras ocasiones en que coinciden en un asunto el lector puede saber a ciencia cierta que eso debe ir a misa. Este jueves las portadas de Madrid tenían el número 3 del PSOE, Santos Cerdán, como protagonista. Las grabaciones en las que aparece hablando con Ábalos y Koldo sobre cómo varias adjudicatarias de obra pública les deben dinero le dejan en crítica situación. Dado que la caverna entró en modo incendiario el día en que Sánchez abrió las puertas de la Moncloa, el efecto anestesiante hace que pueda parecer un tema más cualquiera. Pero que El País lo recoja sin edulcorantes significa que la cosa va de verdad y es importante. ¿Se trata sólo de la normalidad periodística de dar una noticia o asistimos a un cambio de enfoque editorial en Prisa? Que pidieran el martes en la editorial la dimisión del fiscal general en caso de procesamiento sugiere esto segundo.

Parafraseando a Ángel Acebes, hay dos líneas de investigación. La primera, que el olor de esta trama sea tan penetrante que el diario ya no quiera engancharse los dedos por contacto. La segunda es que estemos asistiendo a un giro muy consciente consecuencia de los cambios en el organigrama que ha impuesto el presidente de Prisa, Joseph Oughourlian. El gobierno Sánchez maniobró para intentar que se formara una mayoría de accionistas alternativa capaz de defenestrarle de la cabina del capitán. No lo consiguieron y ahora es el momento de asumir que el hombre que gobierna el imperio mediático que ha acompañado al PSOE desde el felipismo tiene unas ganas regulares de seguir siendo aliado. Lo que, por cierto, deja el panorama mediático español aún más descompensado de lo que lo estaba apenas una semana antes.