'Las chicas de oro' que se sacaban de quicio
Aunque en la ficción interpretaban dos buenas amigas, en la vida real tenían caracteres que no encajaban
BarcelonaLas chicas de oro ha pasado a la historia de la televisión como una oda a la amistad femenina. En la ficción, tres mujeres de mediana edad y la madre de una de ellas compartían casa en Miami y, aunque eran muy distintas, acababan creando un vínculo inquebrantable. Una de las frases más conocidas de la sintonía de la comedia, disponible Disney+, es "Gracias por ser una amiga", pero esa gratitud desaparecía cuando se apagaban los focos. En la vida real por lo menos dos de sus protagonistas, Bea Arthur y Betty White, tenían una relación tensa. La primera interpretaba a Dorothy, una maestra de literatura divorciada que se exasperaba con la inocencia de Rose, la viuda a la que daba vida Betty White. Esta dinámica se trasladaba a la vida real, según se supo años después de la finalización de la serie.
Arthur y White tenían caracteres contrapuestos y dos maneras muy distintas de entender la profesión, y de ahí venía buena parte del conflicto entre ambas. En 2011 White explicó durante un acto los motivos por los que creía que Arthur le odiaba. "Bea tenía reservas conmigo. No le caía muy bien. A veces consideraba que era peor que un grano en el culo por mi actitud positiva, que la enojaba. Si yo estaba feliz, ella estaba furiosa", reconoció White, una de las actrices más queridas de la televisión estadounidense. Sus declaraciones, recogidas por el medio neoyorquino Village Voice, fueron la confirmación de un rumor que hacía tiempo que corría: las adorables amigas de Las chicas de oro eran de todo menos amigas.
La caja de los truenos, sin embargo, se destapó mucho antes de las declaraciones de White. Rue McClanahan, compañera de reparto de ambas en la serie, donde interpretaba a Blanche, publicó unas memorias en el 2007 en las que ya daba detalles de la enemistad. "Me encantan Bea y Betty, y ambas me divierten mucho. Su relación no era como yo habría deseado, pero eso nunca influyó en el trabajo", aseguraba. También apuntaba ciertas envidias vinculadas a los premios. En la primera temporada, las tres fueron nominadas a Emmy como mejores actrices protagonistas de comedia, pero quien se llevó el premio fue White. De hecho, Arthur fue la última de las tres en conseguir el galardón (finalmente, todas las actrices de Las chicas de oro tuvieron su Emmy, también Estelle Getty, que interpretaba Sophia Petrillo, la madre de Dorothy).
La seria y la simpática
Bea Arthur y Betty White tenían una imagen pública muy definida. Mientras una era vista como una persona muy seria, la otra acabó convirtiéndose en la abuela de Estados Unidos por su carácter cercano. Marsha Posner Williams, productora de la serie, afianzaba esta idea durante una conversación sobre la historia de la comedia. "Bea Arthur despreciaba a Betty White. Cuando las cámaras pasaban de un set de rodaje a otro, Betty dejaba de hacer su personaje e iba a hablar con el público. Bea lo odiaba. Aquellas dos no habrían podido darse. caliente ni que las hubieran quemado juntas. Pero cuando la luz roja de grabación se encendía, era como si fueran las mejores amigas del mundo", recordaba.
La productora atribuye al carácter de Arthur buena parte del conflicto. "La realidad es que Bea era todo un personaje. Odiaba maquillarse. Odiaba llevar zapatos. Odiaba lavarse el pelo. No le gustaba que la tocaran. Bebía muy vodka. Así es como era. Pero cuando tienes una serie que es un éxito y quieres que siga siéndolo, es mejor hacer las cosas bien y ellas lo hicieron", explicaba. Prueba de la profesionalidad de ambas actrices es que la comedia tuvo siete temporadas.
La personalidad singular de Arthur era vox populi en el mundo audiovisual y el primero en reconocerlo era su hijo, Matthew Saks, quien la actriz adoptó con su segundo marido. "Mi madre era una buena pieza. Creo que ella consideraba que era más actriz que Betty. Ella venía de Broadway y, en cambio, Betty había pasado por concursos de televisión", explicaba Saks en el 2016. El hijo de 'Arthur continuaba: "Cuando rodaban la sitcom, a veces debían parar. Mi madre se mantenía concentrada, quizás entre bastidores. Y a veces Betty salía a sonreír y charlar con el público y, literalmente, se hacía amiga de ellos. Era un detalle bonito: muchos de ellos habían venido de todo el país y eran fans. A mi madre no le acababa de agradar esto, ella prefería mantenerse concentrada o conservar su energía. Le parecía que entre una presa y otra no era el momento adecuado para hablar con los fans. Betty era capaz de hacerlo y no parecía que le afectara. Pero a mi madre no se le ponía bien". Sin embargo, Saks defendía que las dos "chicas de oro" nunca se llegaron a pelear y que, incluso, habían llegado a ir juntas al trabajo. Si esto es verdad o no, ahora ya no lo sabremos: Arthur murió en 2009 de cáncer (tenía 89 años) y White en 2021, cuando tenía 99 años.