Ficción

El guionista que hizo del suicidio de su amigo la comedia más tierna de Filmin

Jack Rooke escribió 'Big boys' basándose en sus experiencias en la universidad

BarcelonaEl humorista y guionista Jack Rooke (Reino Unido, 1993) ha tenido que hacer frente a la pérdida y al duelo en varias ocasiones a lo largo de su todavía corta vida. Primero por la muerte de su padre y, después, por el suicidio de uno de sus mejores amigos de la universidad. Ambas experiencias quedan recogidas en Big boys, una de las comedias más tiernas y luminosas del Reino Unido que acaba de estrenar su última temporada en Filmin. Aprovechando la ocasión de su primera visita a Barcelona para asistir al Primavera Sound, Rooke, afable y emocionado por la acogida que la serie ha tenido en España, conversa con el ARA sobre salud mental, comedia y las incoherencias de los británicos que votaron a favor del Brexit.

En Big boys, Jack, alter ego del propio creador –ambos comparten un característico pelo rizado–, comienza la universidad tras pasar un año encerrado en casa recuperándose de la muerte de su padre. Su compañero de habitación en la residencia universitaria es Danny, que es todo lo que el protagonista no es: heterosexual, muy tópicamente masculino y, aparentemente, segurísimo de sí mismo. Entre ambos nacerá una amistad que será fundamental tanto para uno como para otro. Jack empezará a salir del huevo (y del armario) gracias a su compañero de habitación, que tiene problemas de salud mental y encontrará en el protagonista un apoyo indispensable. En la vida real, el amigo en el que se basa parcialmente el personaje de Danny acabó suicidándose, una cuestión que la ficción trata. "Quería que fuera una serie que confortara y que fuera auténtica para las personas que han perdido a alguien a causa del suicidio. Y, por otra parte, quería explicar y hacer evidente para cualquier chico que se identificara con Danny que hay opciones: puedes quitarte la vida o puedes escoger quedarte y encontrar un nuevo camino vital", reflexiona Rooke, que colabora con una asociación para la prevención del suicidio entre hombres, CALM. "Hay que hablar más del suicidio para que la gente no sufra en silencio", remarca.

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El guionista define Big boys como una ficción optimista –"era importante mostrar que hay vida después de perder a alguien"– y asegura que siempre ha querido que pesara más la parte cómica que la emocional. "Para mí la parte cómica siempre será algo más importante que la parte emocional, porque la serie nació de tres espectáculos cómicos que hice para el festival Fringe de Edimburgo. Me he acostumbrado a mezclar momentos de la vida real, como el luto y la pérdida, con cosas que son genuinamente divertidas. Creo que el humor hace que tramas que son más difíciles de ver sean más accesibles, rompe la extrañeza que comporta hablar de temas más sensibles", argumenta Rooke, que se define como "un guionista de comedia".

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Mirar atrás

La escritura y rodaje de Big boys ha permitido a Rooke revivir parte de su pasado, una experiencia que asegura que, a ratos, le ha hecho sentir viejo. "Había momentos en que pensaba «vaya, tengo 31 años y estoy escribiendo sobre cómo es tener 21 años. Soy demasiado viejo para eso». He escrito al respecto a esto durante 10 años y acabar la serie ha sido realmente catártico", dice. Con todo, señala que su intención siempre fue que la serie no sólo la miraran jóvenes, sino también personas de 30 y 40 años que pudieran sentirse identificadas con una historia que habla sobre el paso a la madurez.

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El inglés no parece sentir nostalgia de la juventud, aunque admite que sí echa de menos algunas cosas. "Añoro la falta de responsabilidades, la inocencia y hacer cosas por primera vez. En cambio, no echo de menos no tener ni un duro. Es bonito disfrutar de cierta estabilidad", dice. Acto seguido, añade entre risas que con 30 hace aún cosas por primera vez, como ir al Primavera Sound o viajar a Barcelona.

La luminosidad de Big boys responde a la personalidad de Rooke, quien pese al giro conservador que se vive globalmente, asegura estar convencido de que la sociedad avanza. "Sí, creo que la gente todavía quiere ser empática y cuidar de los demás. Tenemos que hacer que nuestros gobiernos rindan cuentas para asegurarnos de que esto sea así", dice. No puede evitar comentar las diferencias políticas que detecta entre España y Reino Unido y argumenta que, desde el punto de vista de una persona gay, ve a España un poco más progresista que el británico por haber legalizado antes el matrimonio homosexual. También se muestra muy crítico con los sectores más conservadores ingleses: "Muchos de los abuelos de gente de mi edad votaron a favor del Brexit, pero después todos quieren trasladarse a vivir a España. No tiene ningún sentido. Es absolutamente ridículo".

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Big boys ha propulsado la carrera de Rooke, que ganó a un Bafta como mejor guionista de comedia. Sin embargo, los humos no le han subido a la cabeza. "La gente olvida que sólo he escrito una serie en toda mi vida. Ahora tengo ganas de ser más ambicioso y no escribir nada autobiográfico durante un tiempo".