La televisión según Jim Henson
Para muchas generaciones, Barrio Sésamo es seguramente su vínculo inicial con la televisión. Y el patrón se repite en muchas partes del mundo. Los personajes que habitaban ese universo entrañable hicieron que mucha gente aprendiera que esa caja que ocupaba el comedor de tantas casas podía hacernos sentir muchas emociones. Lo que hemos aprendido de niños y nos ha hecho reír queda para siempre.
Ahora, la plataforma Disney+ acaba de estrenar un documental sobre su creador, Jim Henson: Idea Man (traducido el castellano como Jim Henson: la audacia de las ideas). Dirigido por el oscarizado Ron Howard (Cocoon, Apolo 13, Una mente maravillosa), repasa la trayectoria personal y profesional de Henson, pero también es una declaración de principios sobre cómo entender la televisión.
En la construcción de la historia participan algunos de sus hijos y herederos de la empresa The Muppets Inc. También sus compañeros de trabajo, sobre todo su inseparable Frank Oz, y muchos de sus discípulos titiriteros. A Jim Henson no se le presenta sólo como un ideólogo del audiovisual infantil, sino, sobre todo, como un cineasta y creador incansable. Para entender la evolución de sus planteamientos mediáticos y culturales, cabe destacar su faceta como cineasta experimental y descubrir el montón de proyectos que quería intentar salir adelante antes que los muppets y Barrio Sésamo ocuparan por completo su vida. Henson entendía la creación como una forma de interpretar la realidad y, sobre todo, analizarla para proyectar un mensaje. Por este motivo, cuando tuvo la oportunidad de hacer Barrio Sésamo, no fue por una inquietud específica de hacer televisión infantil sino por la inquietud de sacar adelante un proyecto ambicioso que beneficiara a la gente, que fuera importante. La televisión dirigida a los niños era, eminentemente, una gran responsabilidad. Y aquí es donde sus muñecos, creados de forma autodidacta, adquieren un papel indiscutible. Jim Henson: Idea Man permite ver cómo creció el mundo de los suyos muppets y qué filosofía de trabajo había detrás. También es una manera de observar cómo, desde los años sesenta, el contexto social determina los contenidos televisivos y los sketches de los títeres de felpa. Henson creía que sus muñecos no debían dar sólo un mensaje para los niños. Y de ahí que algunas de las canciones e ideas hablaran del mundo. Hay un The Muppets Show que Henson dedicó al sexo y la violencia, aunque el proyecto no tuvo la acogida que hubiera deseado. El documental nos descubre cómo se conocieron la rana Kermitt y la fogosa cerdita Peggy, o cómo construyeron su relación Epi y Blai. Es también un homenaje a la invisibilizada Jane Henson, la exmujer y cofundadora de la empresa.
Jim Henson: Idea Man es una oportunidad para recordar qué sentido tiene la televisión. Los magníficos resultados que proporciona este medio cuando alguien la piensa no sólo simplemente para salir de ella sino para que lo que ocurre en la pantalla sirva para algo.