Tania Head y la anatomía del nuevo periodismo

El domingo, el programa de La Sexta Anatomía de... repasaba el impactante caso de la impostora Tania Head, la mujer que se hizo pasar por una superviviente del atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, y que se convirtió en una referencia en Nueva York del apoyo a las víctimas. En realidad era Alícia Esteve, una barcelonesa que encontró en la mentira una forma de dar sentido a su vida. Sin duda, es una historia muy golosa, como suelen ser las de los impostores que transforman su identidad para construir una nueva existencia, a menudo más épica que sus circunstancias reales.

Ahora bien, el planteamiento de Anatomía de... a la hora de explicar este caso nos sirve para ejemplificar la deriva del periodismo, especialmente el televisivo. El programa contaba con los dos periodistas de La Vanguardia que sacaron la primicia de la identidad real de Tania Head y también entrevistaban a un buen amigo de la protagonista que también fue víctima de su engaño. Y basta. El resto eran imágenes de archivo para dar contexto y algunas recreaciones para reconstruir la historia. Mamen Mendizábal, la presentadora, se supone que hace las entrevistas y, además, se convierte en una especie de recurso visual para justificar su presencia. El programa inserta a Mendizábal haciendo algunas de las preguntas a los entrevistados, aunque parecen añadidas a posteriori. Ejerce un rol algo teatral de interrogadora. La ambientación del espacio imita la puesta en escena del famoso interrogatorio de Instinto básico a Sharon Stone, con unos ladrillos azulados de fondo. Y Mendizábal reproduce la frialdad sugerente de la actriz con su actitud. A medida que avanza el relato hay varias escenas simbólicas que, de tan impostadas, hacían morir de risa. En un decorado con sábanas extendidas se proyectan imágenes de Tania Head. Ahí aparece Mendizábal, que cruza el espacio. Con afectación, la presentadora arranca las sábanas, en una alegoría cutre de descubrir a la protagonista. Es de un dramatismo absolutamente fallido. También muestran la mitad del rostro de la presentadora observando las imágenes, en unos recursos puramente visuales que más que aportar contenido o demostrar un rol profesional reducen a la periodista a un valor estético. En los créditos finales del programa es muy sintomático que se utilice la imagen de un zapato de tacón de aguja para aludir a la periodista (ella lleva este calzado), todo un símbolo fetichista absolutamente pasado de moda y sexista para hacer referencia a su papel profesional.

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Anatomía de... Tania Head es el ejemplo más claro del periodismo de resumen: volver a explicar lo trabajado por otros. Tiran del trabajo que hicieron dos periodistas hace diecisiete años y llevan a un invitado. Lo rellenan con imágenes de archivo y lo acaban de adornar con varios planos de la presentadora, altiva y elegante. El contenido queda reducido a una puesta en escena, una postal, en la que importan más las formas que el oficio. Es la pura estetización del periodismo, una nueva forma de degenerar la profesión.