Las últimas confesiones de Matthew Perry
Coincidiendo con el vigésimo aniversario de la emisión del último capítulo de la serie Friends, la plataforma Movistar+ ha estrenado la entrevista que la periodista Diane Sawyer le hizo en octubre de 2022 a ABC News. Era una conversación de cariz promocional. Perry acababa de publicar su libro de memorias Friends, lovers, and the big terrible thing, dónde relataba las adicciones a las drogas, especialmente el alcohol y los fármacos. Perry murió un año después, con 54 años, por problemas cardiovasculares y respiratorios graves asociados a la medicación por tratar el consumo de opiáceos.
Matthew Perry: últimas confesiones se ha vendido como un documental, pero es más bien una entrevista editada para darle cierto aire de reportaje. Es una conversación amable en la casa de Los Ángeles del actor. Empieza abriendo la puerta de la magnífica finca junto al mar simulando que busca a su madre y encontrándose a la periodista, en una broma típica de Chandler Bing. Sawyer va realizando la entrevista mientras repasa fragmentos del libro. Pregunta por el inicio del consumo de alcohol y las múltiples drogas y se interesa por cómo gestionó su adicción con el éxito abrumador de la serie Friends. Como suele ser habitual en este tipo de entrevistas, Perry explica que su intención es ayudar a personas que estén pasando por situaciones similares a la suya. La entrevista no aporta prácticamente nada nuevo a los espectadores que, más o menos, siguieran la actualidad del reencuentro de los seis actores de la serie. Perry, por cierto, confirma que pocos días antes de esa reunión tuvo que ser operado de urgencia de una grave afección bucal (derivada de sus problemas de salud) y por ese motivo apareció en unas condiciones algo tristes e inquietantes en ese programa. Perry explica sus dramas, la buena relación con sus compañeros de serie, los múltiples y fallidos procesos de desintoxicación y sus inseguridades emocionales.
Sólo hay una pregunta verdaderamente interesante en la entrevista y es la última que Sawyer le hace al actor incluso después de despedirse. Es como si esperara a que estuviera con la guardia baja: “¿Cómo sabes ahora que no estás bien? ¿Qué tienes problemas?”. Y Perry, descolocado, por primera vez necesita pensar la respuesta: “Cuando digo “Esta noche necesito relajarme solo en casa” y también cuando digo que estoy curado”. Y después bromea. La tensión le hace transformarse enseguida en Chandler Bing.
Hay un aspecto algo molesto de Matthew Perry: últimas confesiones. Y es el exceso de intervencionismo de Diane Sawyer. La conversación se va fragmentando y es la periodista la que resume algunas vivencias del actor y adquiere un papel preeminente en el relato. La sentimos más a ella que a él.
Sawyer es una periodista veterana con una larga trayectoria. Se hizo popular en los años 70 en la CBS, en los principales magazines e informativos. También fue corresponsal del 60 Minutas. En ABC copresentó los informativos, fue corresponsal del espacio de reportajes 20/20 y condujo al famosísimo Good Morning America. Pero antes de dar el salto a la televisión nacional, Sawyer fue asesora de prensa de la Casa Blanca en tiempos de Nixon y vivió desde dentro y en primera fila el escándalo del caso Watergate. Fue una persona muy cercana al presidente y se llegó a sospechar que podía ser la garganta profunda. Sawyer incluso ayudó a Nixon en su libro de memorias una vez retirado. Quizás por eso, Sawyer, que ahora se dedica a las entrevistas en profundidad, está curada de espantos.