Casi 300 municipios en riesgo de inundación carecen del plan obligatorio de protección civil
La Generalitat renovará los umbrales de riesgo del plan Inuncat para adecuarlos a los repentinos crecimientos de ríos
BarcelonaLas inundaciones derivadas de lluvias intensas son cada vez más frecuentes en Cataluña, incluso en medio de un período largo de sequía. Además, la propia orografía catalana favorece los crecimientos repentinos de los ríos, que provocan graves afectaciones en las áreas urbanas de zonas inundables. De hecho, en Cataluña más de 700.000 personas (el 9 por ciento de la población) viven en zonas inundables y, del total de zonas urbanizadas, el 15 por ciento están afectadas por riesgo de inundación fluvial o marítima. En total, 521 municipios catalanes están obligados a tener un plan municipal de protección civil para hacerle frente. Sin embargo, más de la mitad no lo cumplen: 297 de estos municipios no tienen vigente ningún plan de protección ante posibles inundaciones.
Según los datos de Protección Civil de la Generalitat, que ha avanzado el 324 ya los que ha tenido acceso el ARA, la mayoría de incumplimientos de esta obligación se producen en municipios que deben revisar su plan. En total, son 237 planes, y en algunos casos el plan de protección frente a inundaciones no se ha revisado desde hace más de una década. Ahora bien, también hay unos sesenta municipios que ni siquiera la han redactado.
Hay distintos niveles de riesgo, pero todos los municipios que pueden sufrir crecidas repentinas deben disponer de un plan. Según estos datos, hay 17 municipios que no tienen un plan vigente pese a tener un riesgo muy alto de sufrir inundaciones, incluso una de las ciudades con mayor población de Cataluña: Badalona. En la demarcación de Barcelona tampoco han elaborado el plan los municipios de Montcada i Reixac, Sentmenat, San Fost de Campsentelles, Bahía del Vallés, Olesa de Montserrat, Vilassar de Mar, Rubí y Palafolls. Puede haber la circunstancia de que dos municipios colindantes tengan riesgos de inundación distintos. Es el caso de Cerdanyola del Vallès, que tiene un riesgo muy alto y ya tiene su plan de protección civil hecho y vigente, y Ripollet, con un riesgo alto, no lo tiene.
Entre los municipios con un riesgo alto, tampoco tienen un plan Castelló d'Empúries; Creixell (Tarragonès), Tivenys (Baix Ebre), Bossòst (Vall d'Aran), Bellver de Cerdanya y Puigcerdà (Cerdanya) y El Pont de Suert (Alta Ribagorça).
Coincidiendo con un llamamiento a la ciudadanía sobre la importancia de la autoprotección ante la posibilidad de inundaciones repentinas, Protección Civil, el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat) y la Agencia Catalana del Agua (ACA) también recordaron la obligación de los municipios de activar planes de protección civil municipal y aplicar medidas preventivas en episodios de riesgo. De hecho, el trabajo con las administraciones locales es uno de los tres pilares del plan estratégico que Protecció Civil ha presentado este jueves con el objetivo de minimizar los daños que provocan las inundaciones.
Nuevos umbrales de riesgo
Dentro del mismo plan estratégico, Protecció Civil y el Meteocat trabajan para definir nuevos umbrales de avisos de peligro de lluvia en el marco del plan Inuncat. El objetivo es adecuarlos mejor a los fenómenos de inundación y, específicamente, a los fenómenos repentinos y de carácter local.
Además, la administración también reforzará la difusión entre la población con la intención de que la población interiorice el concepto de la autoprotección y que tome más conciencia de la importancia que tiene para su seguridad. Por eso, también informará de los riesgos del agua y la dificultad de los servicios de emergencia para llegar de forma anticipada a las inundaciones rápidas oa episodios de simultaneidad.
Riesgos y dificultad de predicción
En Cataluña las inundaciones son la primera causa de muerte por fenómenos naturales, incluyendo nevadas, incendios, ventoleras y oleaje. También han dejado daños económicos que ascienden a millones de euros. Por ejemplo, las inundaciones provocadas por las riadas del Francolí en octubre de 2019 provocaron la muerte de seis personas y destrozos con un coste estimado de unos 100 millones de euros. Un episodio más extenso, como fue el temporal Gloria, de enero de 2020, provocó cuatro muertes por efecto de las inundaciones y los daños materiales se estiman en 500 millones de euros.
Las precipitaciones intensas que provocan inundaciones repentinas son difíciles de prever con exactitud, porque suelen ser de carácter local. Esto, por tanto, aumenta aún más los riesgos a los que queda expuesta la población. La dificultad de predicción también hace cada vez más compleja la gestión de los episodios de riesgo de inundaciones para el sistema de protección civil, por lo que los responsables de emergencias requieren que la ciudadanía tome aún más conciencia del riesgo y aumente su autoprotección.
Para ilustrar el riesgo que supone este fenómeno, Protecció Civil recordó que un vehículo puede ser arrastrado por sólo medio metro de agua y que 20 centímetros de agua son suficientes para arrastrar a una persona y que se ahogue aguas abajo. Las medidas de autoprotección de la ciudadanía y la prevención municipal, advierte Protección Civil, a menudo son insuficientes y la mayoría de las muertes se producen atravesando rieras o zonas inundadas a pie o en vehículo.