Sequía

El termómetro de la sequía en Cataluña: la DANA impulsa los embalses de las cuencas internas

Las precipitaciones benefician especialmente a los pantanos del sur del país

BarcelonaLa sequía se puede mirar desde muchos puntos de vista: reservas de agua en los embalses, déficit de lluvia, mirada larga oa corto plazo, futuro inmediato… En esta pieza encontrará indicadores climatológicos y sobre los embalses para tener una visión actualizada y tan completa como sea posible de la grave sequía que vive Cataluña.

Dejamos atrás el octubre más lluvioso en Cataluña desde el año 2018, y la guinda ha sido la histórica y trágica DANA que ha dejado auténticos aguaceros y mucha agua hasta principios de noviembre. No ha llovido por igual en todo el país, ya que las precipitaciones han sido más discretas en las cabeceras de los principales ríos pirenaicos de las cuencas internas. Pero el agua ha caído con ganas en las comarcas del sur, donde se han logrado registros de entre 100 l/m² y 400 l/m² en las últimas semanas. Esto ha hecho disparar los embalses de la zona. Por tanto, la mejora ha sido clara y hemos vuelto a superar el 30% de las reservas, pero desgraciadamente seguimos necesitando mucha más agua en las cuencas internas.

La tanda de lluvias de antes de la DANA ya dejó cerca de 100 l/m² en algunos puntos del Prepirineo, mientras que en los principales ríos del norte del país, desde sus cabeceras hasta los embalses, las cantidades se movieron entre los 50 l/m² y los 80 l/m². Un agua muy bienvenida que hizo crecer los caudales de los ríos e hizo aumentar claramente por primera vez desde el verano unas reservas muy estancadas.

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Durante septiembre las precipitaciones no habían sido muy generosas en las cuencas internas y se habían concentrado más bien en el oeste del país, por lo que beneficiaron sobre todo los ríos y los embalses de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Las reservas de las cuencas internas habían recuperado tan sólo algún punto, pero llevaban bastantes días estancadas o en leve descenso. Por tanto, las últimas lluvias han sido un revulsivo en pleno otoño. Necesitamos afrontar el invierno sin sufrir por las reservas de agua, y estamos a tiempo de recibir todavía algún otro temporal importante de lluvias generales y generosas.

Todo ello, después de un verano que se saldó con un descenso de casi 8 puntos de las reservas de agua de las cuencas internas, después del pico del 37,1% y 255 hm³ alcanzados a finales de junio ( mucho más del doble que a principios de marzo). Atrás queda esta cifra, que fue la mejor desde principios de octubre de 2022. Septiembre fue un mes bastante lluvioso en varias comarcas y con un ambiente claramente de otoño de forma repentina, pero la lluvia no cayó de la misma forma en todas partes y esquivó las principales cuencas internas.

Por tanto, todavía vivimos de renta de la primavera, cuando las lluvias y la nieve no pararon de caer donde hacían más falta para ir llenando la mayoría de los embalses. A lo largo de esos tres meses se acumularon más de 400 l/m² en algunas cabeceras del sistema Ter-Llobregat y más de 300 l/m² en la cuenca de Darnius-Boadella. En las cabeceras de la cuenca del Ebro se acumularon entre 500 l/m² y más de 750 l/m², mientras que el agua ha pasado más de puntillas todo el año por el sur del país, lo que hace que el sistema Siurana-Riudecañas continúe bajo mínimos y prácticamente vacío. Por tanto, en conjunto la primavera hizo de primavera y la guinda fue el temporal de lluvia general del lunes 29 de abril, el día más lluvioso en toda Cataluña desde el 23 de noviembre del 2021. Ahora necesitaríamos que el otoño nos llevara las esperadas lluvias de esa época para rematar el gran trabajo que empezó en primavera.

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Las fuertes tormentas y las lluvias de la primavera beneficiaron especialmente al sistema Ter-Llobregat, que se disparó. Destaca la crecida del pantano de Sau, que pasó de estar vacío a principios de marzo a superar el 45% en junio, aunque ahora también ha retrocedido claramente hasta el 20% debido a la sequía veraniega y al trasvase de agua en Susqueda. A mediados de junio, el agua incluso rodeó e inundó la emblemática iglesia de Sant Romà de Sau, imagen y termómetro de la sequía en Catalunya, cosa que hacía mucho tiempo que no se veía. De hecho, Sau no alcanzaba estos niveles desde mediados de 2022.

Datos de los embalses

En el conjunto de las cuencas internas estos últimos meses se pasó del 37,1% de finales de junio (el dato más alto desde octubre de 2022) al 27,26% a mediados de octubre, el dato más bajo de finales de mayo. Sin embargo, las últimas lluvias de octubre y la DANA han catapultado las reservas hasta el 32,2%, y siguen subiendo. Cabe destacar que los embalses vivieron una subida extraordinaria durante la primavera, después de que tocaran fondos con un histórico 14,41% a principios de marzo. Además, el conjunto del sistema Ter-Llobregat se encuentra actualmente en el 33,9%, tras tocar fondo en las últimas semanas con el 28,8%.

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Si nos fijamos concretamente en el estado actual de cada embalse, destaca la subida de los del sur del país. El de Riudecanyes ha pasado del 1,6% al 14% y el de Siurana ha pasado de menos del 1% al 6%. El de Ulldecona destaca especialmente, puesto que ha pasado de estar vacío al 53%, aunque no forma parte de ninguna cuenca hidrográfica catalana. Una gran noticia para las zonas más castigadas por la sequía. En cuanto al resto de embalses de las cuencas internas, el de Sau ha subido del 18% al 29%, y el de Susqueda se mantiene en torno al 27%. Además, el pequeño pantano de Foix está totalmente lleno y el de Llosa del Cavall está ya al 33%. El de la Baells es uno de los que más subieron durante la primavera y ahora vuelve a subir repentinamente, pasando del 40% a mediados de octubre al 56% actualmente. El de Sant Ponç se sitúa en el 41%, mientras que el de Darnius-Boadella ha quedado al margen de las lluvias y sigue estancado en poco más del 17%.

Evolució del nivell dels embassaments de les conques internes

Este gráfico es una muestra del nivel de los embalses de las cuencas internas de Cataluña para poder ver con mayor detalle los cambios de las últimas semanas y meses. Como se puede comprobar, las lluvias abundantes y las nevadas de la primavera hicieron subir claramente los niveles de reservas, aunque en verano retrocedieron bastante. Durante el otoño se han vuelto a disparar las reservas, pero todavía hace falta más agua para darle la vuelta con más ganas. Debajo tiene un enlace para acceder a datos por embalses, en este caso también los de la cuenca del Ebro, que se encuentran en mucho mejor estado.

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Evolució de la sequera
La línia vermella correspon a acumulacions diàries de pluja en una escala en què 100 és el dia més plujós del temporal 'Gloria'

Este gráfico muestra la evolución del conjunto de la sequía en los últimos dos años. Sobrepone los datos diarios del nivel de los embalses de las cuencas internas de Cataluña y la lluvia diaria que ha caído y fija como valor 100 el día más lluvioso del temporal Gloria.

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Pluja diària dels últims dotze mesos a Catalunya
A partir de dades de 140 estacions del Meteocat. 100 és el dia més plujós del temporal 'Gloria'

Este otro gráfico es también una ampliación del primero, pero en este caso sobre cómo ha ido lloviendo día a día durante el año. La tanda de lluvias de principios de marzo fue la más importante desde las tormentas del 15 de septiembre de 2023. Además, el temporal de finales de abril fue el más importante desde el 23 de noviembre de 2021. Durante mayo y en junio del 2023 no hubo ningún temporal importante, pero llovió casi a diario en alguna comarca u otra.

Mapes per entendre com ha plogut
L’índex de precipitació estàndard (IPE) en mapes amb IPE 6 (sis mesos), IPE 12 (un any) i IPE 24 (dos anys).
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Los mapas de índice de precipitación estándar que elabora mensualmente el Servei Meteorològic de Catalunya indican por regiones si ha llovido más o menos de lo que tocaría a partir de la fecha y echando atrás seis meses, un año o dos años. Aportan una visión de mirada larga por territorios sobre la sequía pluviométrica. La situación ha mejorado si se mira seis meses atrás.

Dèficit o excés de precipitació a Catalunya per mesos
A partir de dades de 140 estacions del Meteocat. Dades en l/m² o tant per cent segons la pestanya

¿Se hace más grande el agujero de la sequía o estamos saliendo de ella? En este gráfico, elaborado por el ARA a partir de datos de 86 estaciones del Meteocat, se puede observar mes a mes si ha llovido más o menos de lo que tocaría. Una barra roja significa que a finales del mes hemos sumado déficit de lluvia y una azul significa que ha llovido más de lo que tocaría y que, por tanto, la sequía se ha debilitado.

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Las cifras en l/m² no son importantes, porque sólo dependen del número de estaciones que se utilicen, pero la comparación entre meses sí permite ver qué meses suelen aportar mucha lluvia y, por tanto, si el hecho de que hayan sido secos ha hecho acumular mayor déficit de precipitación. Los datos del mes en curso se basan en la lluvia que debería caer en todo el mes.

Precipitació acumulada respecte de la mitjana a Catalunya durant el 2024
A partir de dades de 140 estacions del Meteocat. Dades en l/m².
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El 2023 fue el peor año de los tres de sequía. Según cálculos del ARA a partir de datos de 140 estaciones del Meteocat y tomando como referencia el período 2009-2020, en 2023 se cerró con un déficit de precipitación del 31% en Cataluña, un dato muy superior al 21% de en 2022 y al 15% de 2021. Hay que aclarar que estos datos no coincidirán con los oficiales del Meteocat, que hace el cálculo con un número de estaciones diferente y utilizando un período de referencia mucho más largo.

A mediados de noviembre las reservas de las cuencas internas ya descendieron incluso por debajo del nivel más bajo de 1989, el mínimo histórico registrado. Cabe recordar que recursos actuales como las desalinizadoras y el agua regenerada no existían en ese momento, lo que pone de manifiesto que la gravedad de esta sequía no tiene precedentes.

En el 2024 empezó con algunos tontos de lluvia que, sin ser gran cosa, sí dejaron buenos registros en Ponent, donde enero fue el mes con más lluvia desde la pasada primavera. Pero la cosa se animó en marzo, con varias tongadas de lluvias y nevadas más generales. La guinda del pastel ha sido el episodio de lluvias de finales de abril, un buen golpe de efecto en la sequía, aunque todavía hay trabajo por hacer y mucha lluvia por caer porque el déficit hídrico que arrastramos es importante. Vamos por el buen camino.