Las últimas lluvias sortean los embalses, que siguen en caída libre

Las reservas descienden por debajo del 29%, pero la situación es mejor que hace un año

BarcelonaLas lluvias de otoño han llegado puntuales este septiembre y han regado bastantes comarcas. En algunos puntos como el Camp de Tarragona ha habido auténticos aguaceros con acumulaciones muy por encima de la media. Estas imágenes han hecho que mucha gente pudiera pensar que las reservas de agua han mejorado, y más teniendo en cuenta la relajación de las restricciones de los últimos meses. Pero la realidad no es ésta: los chubascos y las tormentas más importantes han sorteado las principales cabeceras de los ríos de las cuencas internas y las reservas siguen en caída libre y se encuentran ya cerca del 28,5%. Tan sólo los de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se han visto beneficiados por las lluvias.

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Las precipitaciones han afectado sobre todo a zonas de la costa del Ebro y del Camp de Tarragona, con acumulaciones que superan localmente los 200 o 300 l/m² desde principios de septiembre. Destacan los 302 l/m² de la Ametlla de Mar (Baix Ebre), los 225 de los Alfacs (Montsià) o los 211 de la ciudad de Tarragona. Un agua muy bienvenida a la zona, a pesar de algunos chaparrones torrenciales, pero que ha ido a parar directamente hacia el mar. En cambio, tierra adentro el agua ha sido más escasa, con 135 l/m² acumulados en septiembre en el pantano de Riudecanyes o cerca de 80 l/m² en el de Siurana. Ambos embalses siguen estancados o en descenso y prácticamente vacíos, por debajo del 2 y del 1% respectivamente. De hecho, la comarca del Priorat y zonas cercanas todavía son la zona cero de la histórica sequía en nuestro país, y el agua caída ha sido totalmente insuficiente.

La lluvia también ha sido bastante discreta en los embalses de las cuencas internas del norte del país. Donde menos ha llovido es en la cuenca del de Darnius-Boadella: en este pantano ampurdanés sólo han caído unos 50 l/m² en todo el mes de septiembre. En la cota 2.400 m de Ulldeter (Ripollès) –en el nacimiento del río Ter– han caído cerca de 150 l/m², pero en Sant Pau de Segúries (sólo unos kilómetros más abajo) se han acumulado sólo 67 l/ m². En el nacimiento del río Llobregat, en Castellar de n'Hug (Berguedà), tampoco se alcanza los 100 l/m². Ha sido, pues, una lluvia modesta y muy irregular que no ha podido frenar el descenso continuado de las reservas iniciado en verano. De hecho, el sistema Ter-Llobregat sigue bajando y ya se encuentra en torno al 30%.

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A pesar de estos datos negativos, las cuencas internas se encuentran más de seis puntos por encima que hace un año. Por tanto, la situación ha mejorado respecto al año pasado, pero ha empeorado si la comparamos con los últimos meses. Se ha descendido de los 200 hm³ de las reservas por primera vez desde finales de mayo y estas cifras quedan lejos del pico del 37,1% con 255 hm³ alcanzado a finales de junio gracias a las lluvias de la primavera, pero a mucha distancia del mínimo histórico de esta larga sequía registrado a principios de marzo (14,41%).

Además del sistema Siurana-Riudecanyes, uno de los embalses que más ha sufrido el descenso de los últimos meses es el de Sau, que debido a la falta de lluvias abundantes y al trasvase de agua al de Susqueda ya se encuentra por debajo del 19%, lejos del 45% alcanzado en junio. El de Darnius-Boadella también va descendiendo y cae ya por debajo del 18%. En cambio, otros grandes pantanos de las cuencas internas como los de Baells o Susqueda aguantan el golpe, con el 41% y el 35% de las reservas, respectivamente.

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La excepción de los embalses del Ebro

Además del litoral del Ebro y del Camp de Tarragona, las lluvias también han sido abundantes este septiembre en Els Ports y en la cara sur del Pirineo y del Prepirineo de Lleida. En estas áreas se han superado los 200 l/m² en el conjunto del mes, destacando los más de 250 l/m² acumulados en la cota 2.500 m de Espot (Pallars Sobirà). Por tanto, las únicas cabeceras que se han beneficiado de las lluvias del mes de septiembre son las de los ríos que nutren los embalses de la CHE, que se mantienen por encima del 50%. Los de Camarasa, Oliana o Rialb son de los que más suben. En cambio, algunos como Talarn siguen descendiendo.

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Esperando más lluvias durante el otoño

Con los datos actuales queda claro que no hay forma de ver la luz al final del túnel de una sequía que lleva más de tres años arrastrando. Es necesaria mucha más agua y se confía en que el otoño lleve las esperadas lluvias de esta época. De hecho, es la estación más lluviosa del año en el conjunto de Cataluña, junto a la primavera.

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La última actualización de los mapas a largo plazo empeora un poco las buenas previsiones que a principios de septiembre marcaban un otoño lluvioso en nuestro país. Ahora mismo parece que octubre y noviembre contarán con precipitaciones en la línea o por debajo de la media. En cualquier caso, se mantienen las opciones de recibir las esperadas lluvias también en las cabeceras de las cuencas internas. Cabe decir que estas previsiones estacionales son orientativas y deben tomarse con pinzas. Habrá que hacer balance en diciembre para ver si afrontamos el invierno con mejores garantías en cuanto a las reservas de agua.