El agua de los romanos
Uno de los primeros elementos patrimoniales afectados por la DANA del 30 de octubre en la demarcación de Valencia fueron los Arquets de Baix Torrent. Un acueducto bajomedieval que formaba parte del sistema de riego de la huerta de Valencia, del que sólo han sobrevivido algunos restos.
Estas nuevas ruinas, provocadas por la rubinada que todos vimos, me recordaron, y seguramente no estoy solo, los restos del acueducto romano de Sant Jaume dels Domenys. Una construcción que no era la única en la zona, ya que la ermita de la Virgen de los Arquets y el Arquet nos recuerdan construcciones similares.
Los restos del acueducto romano de Sant Jaume dels Domenys datan del siglo IV dC. Constan de tres tramos de uno, dos y tres arcos, respectivamente, con cuatro metros de altura y una longitud total de 12,7 metros, aunque originalmente podría contarse unos 70 metros de largo.
La construcción de los arcos de medio punto es idéntica, y reposan sobre unos pilares de sección rectangular. La obra está hecha con piedra del país de diferentes tamaños y tomadas con una gran cantidad del clásico mortero romano. Los arcos propiamente dichos están formados por losas de canto. Del canal superior, por donde circulaba el agua hasta una balsa o espacio donde ésta se almacenaba, no tenemos rastro alguno.
Lejos de la magnificencia y presencia de su primo de Tarraco, el acueducto de Sant Jaume dels Domenys conectaba algunas fuentes y manantiales con la villa romana de algún potentado local, actualmente conocido como la Vinya de la Bassa. Cerca de estos restos encontramos la masía de Els Arcs, propiedad heredera de este pasado romano.
En el mismo término de Sant Jaume dels Domenys encontramos otro elemento de la misma época: el puente romano del torrente de Ca l'Antic. Fuerza menos conocido y espectacular. La modesta construcción cumplía la función contraria al acueducto. Por uno, el agua iba por arriba, y por el otro, el agua iba por debajo.
El camino del agua ha cambiado poco desde el tiempo de los romanos. Disponer de todo este patrimonio y, en muchos casos, también de sus técnicas constructivas y conocimientos sobre la hidrografía, nos facilita prever el futuro en temas acuáticos e inundables. Sólo necesitamos saber leer la historia y nuestro pasado.