“Amar te cambia igual que lo hace un buen libro”

La historia de amor de la editora Montse Ayats

En los años 80, dice la editora Montse Ayats, las discotecas eran el espacio de socialización por excelencia. "Eran espacios llenos de humo y música y fiesta y amistad", recuerda. En la discoteca más famosa de Torelló fue donde conoció a Jaume Simón Font. Tenía entonces 16 años y, cuando lo vio, le pareció que era alguien definitivamente moderno. “Yo era de un pueblo muy pequeño, Vidrà, y lo recuerdo vestido con una vaquera negra y hablante de Barcelona. Me pareció alguien muy cosmopolita”. A partir de entonces se fueron encontrando por Torelló varias veces. Él hacía de latero e iba haciendo reparaciones aquí y allá. Poco a poco se fueron acercando. “A mí me gustó desde el principio, sé que decir esto ya no se lleva. Pero es cierto, fue un flash. Después con el tiempo te vas conociendo y vas descubriendo qué es lo que te había atraído de esa persona, y qué es lo que ha hecho que estén tantos años juntos”, reflexiona Ayats.

Una de las cosas que más le gustó de Jaume, dice, fue su tranquilidad, y la seguridad y confianza que le transmitía. “Nos complementamos muy bien. Él es muy tranquilo y poco sociable, y yo necesito socializar mucho y estar muy activa. Vivo en el entorno privilegiado de la cultura y la universidad, y él hace más vida de pueblo y callejero, más vida práctica”.

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Esta complementariedad, dice la editora, ha hecho que juntos hayan crecido mucho. "Yo he aprendido paciencia, he aprendido a valorar las pequeñas cosas y la cotidianidad", explica. También a parar cuando es necesario. "«No sé por qué tienes que hacer tantas cosas si en el sofá se está muy bien», me dice alguna vez bromeando, y yo otras veces le animo a salir más".

Sin romperse demasiado la cabeza, explica, decidieron que no tendrían hijos. "Lo que más nos gusta es ir a la casa que tenemos alquilada en Ciuret, donde él cuida el huerto y yo las flores", detalla. "La libertad –añade– siempre ha sido muy importante en la relación". Incluso ha habido épocas que han vivido en pueblos diferentes, como cuando Jaume se dedicó un tiempo a hacer quesos. “Hay que respetar mucho los espacios de los demás y tener presente qué cosas le hacen feliz. Para mí, estas son las formas que tengo de demostrar amor”, detalla.

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La editora de Osona cree que leer y amar son verbos que conjugan bien juntos, y que el amor y la literatura se parecen en muchas cosas. “Leer te genera muchas sensaciones. Aquellas lecturas que realmente merecen la pena y te entran te cambian. Amar te cambia igual que lo hace un buen libro”, concluye.