El análisis de Antoni Bassas: "El 14-F es un plebiscito dentro del independentismo"
El 1 de Octubre no trajo la independencia, pero hizo real su posibilidad. Tan real que el Estado acabó viniendo a pegar a la gente para reprimirlo
En el Partido Popular están muy preocupados porque el extesorero Luis Bárcenas cantará la semana que viene, probablemente el miércoles. Sobre la máquina trituradora de Rajoy, los sobres de dinero negro que aparecen apuntados en los libros de la contabilidad B del partido y, como explica hoy Ernesto Ekaizer, también puede aparecer José María Aznar, que sale citado en una grabación como destinatario de los sobres.
Todo ello puede hundir todavía más la intención de voto popular del domingo 14, y a la larga puede ser el golpe definitivo para las siglas PP.
Más preocupados están en las juntas electorales, que tienen que responder a 20.000 alegaciones de personas que no quieren estar en las mesas electorales. Aviso: no penséis que porque no os han enviado ninguna notificación para ser titular o suplente ya os habéis librado. Si siguen las bajas, os pueden notificar que tenéis que formar parte de una mesa el sábado mismo.
Tenemos que saber que el hecho de que una mesa no se pueda constituir de ninguna forma está prevista en la ley: se vuelve a votar en esa misma mesa al cabo de 48 horas, lo cual nos hace pensar que el Estado, en su deseo indisimulado de que votemos enseguida, en medio de la pandemia, y que gane Illa de una vez, no ha tenido ni los reflejos necesarios para adoptar soluciones extra como por ejemplo que votemos durante tres días, por ejemplo.
Y claro, una derivada de tanta incertidumbre es que estamos más pendientes de cómo podremos votar, de si podremos votar el mismo 14 o de si nos tocará sentarnos en una mesa que de la propia campaña, que queda parcialmente tapada.
Y aún así, los partidos siguen en campaña. Hoy he encontrado un concepto interesante en una entrevista que le hacen en El País a Dolors Sabater: “El 14-F es un plebiscito dentro del independentismo”.
Me ha parecido un buen retrato de lo que serán estas elecciones. Un plebiscito dentro del independentismo. Así como el 21-D, el 2017, las autonómicas del 155 fueron un plebiscito sobre el 1 de Octubre y sus autores y ganó combinadament el sí al 1 de Octubre y el no a la represión del Estado (a pesar de la victoria de Ciudadanos), estas elecciones no han perdido su carácter Catalunya vs. España, pero, dentro de lado independentista, la cosa va de referéndum.
La pregunta que los electores independentistas tendrían que resolver es múltiple: ¿cómo solucionamos el conflicto político entre Catalunya y el estado español? Aparentemente, la respuesta sería o haciéndolo más urgente y más de calle o convirtiéndolo en un conflicto que se canaliza en una mesa de diálogo político.
Pero esta respuesta es demasiado esquemática: porque Junts per Catalunya y la CUP saben que sin diálogo con el Estado no hay solución, y en Esquerra saben que sin que el Estado se sienta amenazado por la imprevisibilidad de los movimientos políticos no tendrá incentivos para negociar nada. En Junts y en la CUP saben que la independencia hay que hacerla con más gente y en Esquerra saben que no sumas más gente si no creas la oleada de un movimiento vigoroso, ilusionando y ganador. El 1 de Octubre no trajo la independencia, pero hizo real su posibilidad. Tan real, que el Estado acabó viniendo a pegar a la gente para reprimirlo.
No hay que perder de vista que no todo el mundo vota por lo mismo. Que no todo el mundo vota por lo que prometen, porque ya sabe que las promesas no son para mañana. Que los hay que votan por lo que han sido los partidos hasta ahora (o por la percepción que tienen), por los líderes, por la manía que tienen a los adversarios, por la capacidad de formar gobierno después de las elecciones, por la capacidad de llegar a acuerdos, por el miedo de que lleguen a acuerdos con según quién... Y también están los que, con estas razones o sin estas razones, lo que consideran más importante es escoger un gobierno útil para la recuperación económica y social de la pandemia y que no haga que nuestros chicos y chicas quieran emigrar porque en el mundo hay un futuro mejor que en Catalunya. De esto también va el plebiscito entre independentistas de este 14-F.
Nuestro reconocimiento a los que trabajan en primera línea y un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.