El análisis de Antoni Bassas: 'Los jueces están obligados a amnistiar. Se admiten apuestas'

Con elacuerdo sobre la ley de amnistía todavía caliente, el ministro Bolaños ha dicho esta mañana que “se cierra una etapa de enfrentamiento y conflicto de quiebra de los afectos y la convivencia. Abrimos una nueva etapa de acuerdos dentro de la Constitución”.

Que el estado español acabe aprobando una amnistía para el proceso independentista entre 2011 y 2023 es un hito histórico, no hay duda. Y un éxito de Esquerra i Junts tras el fracaso colectivo del 2017. Que esto sea el final de este episodio que ha durado una década larga también es cierto. Que se haya terminado el conflicto, en modo alguno.

No se puede acabar un conflicto cuando Catalunya no tiene el Estatut que votaron a sus ciudadanos, cuando tiene un sistema de financiación que hace que sea la segunda comunidad que más paga y la décima al recibir, que ve como los tribunales barajan la escuela, que ve que los trenes no funcionan y, sobre todo, que ve que el Estado se niega a hacer lo mismo que hicieron Reino Unido o Canadá: un referéndum de independencia, y se niega con violencia policial, represión judicial bendecida y estimulada por la Corona y espionaje.

Por tanto, elamnistía es histórica pero no cierra ninguna etapa política. Cierra ese proceso, pero no puede cerrar un objetivo político como el de la independencia o el de un cambio estructural de la posición de Catalunya dentro de España. ¿La amnistía no cambia nada? Sí, por supuesto: Puigdemont ha investido a Sánchez y Sánchez ha amnistiado a Puigdemont, y eso que Puigdemont no se fía del PSOE y que Sánchez quería llevar a Puigdemont detenido. Esto es un cambio. Pero el problema político de fondo subsiste. Y que Bolaños hable como si Catalunya fuera el hijo pródigo que vuelve a la casa del padre, esto es para el autoconsumo y para adornar un día que la caverna saca fuego por las muelas.

¿Y se cierra una etapa judicial? Ya saben la respuesta: no, no se cierra porque los jueces no querrán cerrarla. Pero cuidado, que esto es muy importante: ahora lo tendrán más difícil para impedir la amnistía, hasta el punto de que dos figuras clave del acuerdo me dicen esta mañana que “a los jueces españoles les va a costar mucho más hacer trampas, que no quiere decir que no lo hagan, pero lo verá todo el mundo” y “si algún juez español no quiere aplicar la ley, tendrá que prevaricar”.

Y eso es así por qué la ley dice que se considera terrorismo lo que dice la directiva europea y el Convenio Europeo de Derechos Humanos, no el Código Penal español. Pero sobre todo, porque la ley recibió un impulso vital el pasado sábado cuando la Comisión de Venecia respondió a una consulta del Senado español, donde el PP tiene mayoría. Hubiera sido mejor para ellos que no la hubiesen hecho, la consulta, porque Venecia les dijo dos cosas: que “los jueces están obligados a cumplir la ley, tanto en el caso de los cambios en la legislación penal como en un caso de amnistía” y que “son consecuencias lógicas de la supresión retroactiva de la responsabilidad penal: se abandonan los procedimientos pendientes, no se incoan nuevos, se anulan las sentencias y no se ejecutan las penas pendientes o se interrumpe su ejecución”.

Por eso el abogado Boye ha dicho esta mañana que si alguna causa termina en los tribunales de la UE, la "batalla europea" está ganada: "La ley de amnistía está blindada por si debe defenderse en Europa" . Esto significa que si los jueces españoles siguen en modo ¡a miedo ellos! la aplicación de la amnistía puede tener sustos.

¿Se podrá presentar Puigdemont en las elecciones europeas? Porque la amnistía será para cientos de personas pero al Estado sólo le importa una. Puig sí, Puigdemont sigue siendo elegible, no tiene ninguna condena. ¿Y a las catalanas? Éste es el objetivo. De unos que pueda presentarse, y de otros que no pueda. Por eso es incierto.

Buenos días.