El análisis de Antoni Bassas: 'Ha sido una semana de pena'
No me acabo de creer que no se hayan aprobado los presupuestos de la Generalitat y que, de paso, tampoco los habrá en España. Sí, ya sé que es una noticia de anteayer y como todo va muy rápido, ahora toca hablar de si Puigdemont se presentará a las elecciones o no. Ahora hablaremos de ello, pero lo que ha pasado esta semana me parece una grave irresponsabilidad colectiva. Mucho quejarnos, con razón, de que el Estado invierte poco en Catalunya, pero somos nosotros solos los que desperdiciamos la oportunidad de disponer de 2.648 millones más que el año pasado. El departamento de Educación era el que más crecía, 682 millones más, y el dinero para Cultura aumentaba un 18,7%. La emergencia social queda tocada. No se podrán realizar todas las actuaciones previstas para modernizar regadíos ni se podrá aplicar la reducción del IRPF a las rentas bajas. Que no se hayan aprobado unos presupuestos así es una vergüenza. El no a los presupuestos va contra el interés general, por eso hablo aún hoy. Si pueden, lean este artículo que hoy publicamos del doctor en economía y catedrático de la Universidad Pompeu Fabra Albert Carreras, que dice: “El espectáculo al que hemos asistido da razones a los antipolíticos de todo tipo. Dado que el espectáculo se repite con frecuencia, la tentación de convertirse en antisistema y antipolítico es alta, porque la política sale cara (desperdicia recursos públicos) y, como puede verse, nos empobrece a todos. ¿Nuestros representantes políticos piensan en los ciudadanos? ¿Qué fuerzas políticas pueden sacar provecho de esta duda? No quiero ni pensarlo. La vida no nos la complica siempre desde fuera”.
También les digo que, por enfado que esté, a mí no me encontrarán en la antipolítica, y no deberían encontrarnos. Nací en dictadura y la antipolítica ya sé adónde nos lleva. Y, por desgracia, la democracia tiene estos efectos disfuncionales en todas partes. Porque es un instrumento que pide mucha responsabilidad individual y colectiva y alguna dosis de generosidad.
Puestos a aplastar guitarras, la convocatoria de elecciones ha dejado en segundo plano incluso la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso.
Y eso que el momento es histórico. Ahora, que sirva para abrir una nueva etapa en las relaciones entre Catalunya y España, habrá que verlo (y en las relaciones Catalunya-España los pesimistas ganan casi siempre por desgracia).
Y sobre las elecciones, el factor clave es Puigdemont. Ha sido declarado el enemigo público número 1 y su gancho electoral pone en guardia a los competidores. Precisamente por eso, en su entorno creen que con el adelanto electoral han intentado frenarlo, al igual que con la primera redacción de la ley de amnistía. Que no se entiende que no hubieran juntado las catalanas con las europeas para ahorrar costes, ganar eficiencia y cabrear menos a la gente que tendrá que ir a las mesas.
¿Qué hará el presidente en el exilio? Se puede presentar a las catalanas ya las europeas siempre que, después de las elecciones, renuncie a uno de los dos escaños, porque en los dos Parlamentos a la vez no puede estar. Puigdemont está decidiendo si se presenta o no en Catalunya y la próxima semana comunicará la decisión. En cualquier caso, cabe recordar que ahora no hay órdenes de detención contra él y que la inmunidad como europarlamentario no la perdería hasta que se constituyese el nuevo Parlamento Europeo.
Buenos días.