CIclismo

El antiguo Teatro Odeon quiere ser un templo del ciclismo único en el mundo

La empresa que gestionará el espacio quiere abrirlo a todo el mundo y confía en poderlo inaugurar este año

GeronaLa restauración de la antigua Sala y Teatro Odeon de Girona es la niña de los ojos de su propietario, el empresario Miquel Casals, que lleva tres años trabajando y habla con pasión. “He rehabilitado muchas fincas, pero ésta no se parece a nada de lo que he hecho antes. En el momento en que me ha llegado ya tengo un bagaje y tengo ganas de hacerlo bien –dice–. Siempre he procurado respetar la esencia de las fincas y realizar unas restauraciones no agresivas. Esto significa reconstruir bastante como era, y en el caso del Odeón, lo estamos haciendo lo más fielmente posible”. Por eso, a partir de una de las columnas originales de la Casa Eiffel que todavía se conservan ha hecho hacer las demás en una fundición de Cassà de la Selva. “Todas las columnas y barandillas que faltaban, como eran de fundición, las he hecho reconstruir. Hemos hecho moldes para cada pieza, es un trabajo de chinos y es caro, pero lo hemos rehecho todo. Las lonjas también serán tal y como eran, todo está idéntico”, añade.

El frontis de madera que se ha puesto nueve también es exactamente como el que había gracias a un pedazo que se conservó. Asimismo se están restaurando las pinturas en la zona donde se ponía la orquesta, pero sólo se restaurarán las del fondo y no las de la vuelta, “porque encima pasa una calle y como no está impermeabilizado se volverían a hacer estropear cuando llueva”, explica Casals.

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Un espacio abierto a todo ya todo el mundo

El antiguo Teatro Odeon lo alquilará el grupo Velodrom, que quiere hacer un espacio de ciclismo único en el mundo. “Nos lo tomamos con mucha ilusión por hacer algo diferente a toda la oferta que hay hoy, no en la ciudad, sino en el mundo. Un espacio único en un sitio como Girona que hoy es emblemático en el mundo del ciclismo”, explica Miquel Trafach, representante y colaborador de este grupo en Girona. “Nosotros tenemos claro que no somos una marca convencional y no queremos serlo. La frivolidad que veo a veces en opiniones sobre lo que queremos hacer en la red X o en los periódicos me sorprende –dice Trafach–. Me parece extraño que puedan llegar a pensar que es algo puramente económico, porque si lo que buscáramos fuera ir sólo a ganar dinero, no tendríamos que implicarnos en una obra magna como esta del Odeon”.

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El grupo Velodrom también ha alquilado la Casa Artau, un palacio que se encuentra encima del antiguo teatro, que era la residencia del fundador de la Sala Odeon, el empresario Joan Artau, y que hace más de 30 años que compró la madre de Miquel Casals. Allí se harán una docena de habitaciones. “Será como una casa club. Nos gustaría ofrecer a la gente, además de “Ven a Girona, a un espacio único relacionado con el ciclismo”, un alojamiento y realizar un seguimiento 360 grados de su estancia aquí”, señala Trafach.

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Este espacio, que será de unos mil metros cuadrados entre las tres plantas y se llamará Velodrom Teatro Odeon, los inquilinos quieren que sea multidisciplinar. “Será un espacio de ciclismo, sí, y se venderán bicicletas y material relacionado con el ciclismo, pero también ropa de calle, perfumes, obras de arte, etc. Cosas que ya tenemos en la actual tienda de la Argenteria pero que tiene limitaciones de espacio”, señala. “Como el espacio lo permite, en el Odeon también habrá una cafetería y queremos que pasen muchas cosas allí. Por poner un ejemplo, la presentación del equipo femenino de fútbol de Cassà de la Selva, ¿por qué no? O exposiciones de arte, espectáculos de magia, musicales o teatrales, o que los pajes suban para recibir las cartas de los niños a los Reyes Magos. Hablemos. Queremos que sea un espacio completamente abierto”, añade Trafach.

“Considero que para Girona es muy buena porque añadirá un espacio singular a la oferta que hay. Estoy convencido de que cuando finalmente esté abierto, Odeon se incorporará al imaginario gerundense y que la gente recomendará ir a ver ese espacio que antes era una antigua sala de baile, había sido un teatro y muchas otras cosas más. Con esto estoy contento”, dice Casals.

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"Poca agilidad" administrativa

Con lo que no está tan contento Casals, y tampoco Trafach, está con la lentitud administrativa para poder acabar la restauración y adecuación del nuevo espacio. No consideran que les pongan trabas, pero lamentan la "poca agilidad" de las administraciones y en particular del Ayuntamiento. “Quizá llevamos más de un año y medio hablando con el Ayuntamiento de este tema. Creo que hay una falta de decisión, parece como si nadie quiera mojarse para decir sí o no a la actividad que queremos llevar a cabo”, añade Trafach, que, con todo, está convencido de que les acabarán dando la licencia. Tanto el propietario del Odeon como el representante de Velodrom confían en poder abrir antes de finales de año. "Nos gustaría mucho, pero es algo que no depende de nosotros", concluye Trafach.

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Sala de baile, teatro y muchas más cosas en más de un siglo y medio de historia

La Sala Odeon data de la primera mitad del siglo XIX, cuando su propietario, el empresario Joan Artau, había abierto una sala que alternaba sesiones de baile, fiestas y varios eventos. En 1856 se hizo la recepción por la inauguración del Puente de Piedra, y cuando se reformó el antiguo teatro del Pallol, que es el actual Teatro Municipal, el Odeón lo sustituyó como teatro de 1857 a 1861 Con la llegada del siglo XX dejó de ser sala de baile y tuvo varios usos. Fue el primer gimnasio de Gerona, conocido como el gimnasio del señor Gómez. Carles Gómez y Soler fue uno de los primeros docentes del Estado que apostó por la educación física y allí se practicaba uno de los deportes más de moda entonces: el boxeo. También fue prisión en tiempos de Primo de Rivera, durante la Guerra de 1936 algunos soldados hicieron la instrucción y funcionó como almacén y local de ensayo de los Manaies. Las últimas actividades que tuvo fueron la Carpintería de Armand Lladó y el taller de Cromados de Joan Ensesa, que se repartían el espacio. Ambos establecimientos cerraron la pasada década.

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