El atentado de Carrero Banco, en color

El quincuagésimo aniversario del asesinato de Carrero Blanco en un atentado en Madrid hizo que el miércoles muchos informativos recuperaran las imágenes. En el Telediario de La 1, la presentadora Alejandra Herranz explicaba a la audiencia que aunque siempre hemos visto el escenario del atentado en blanco y negro en realidad las imágenes originales se grabaron en color y las recuperaban por la audiencia. También rescataron de los archivos la forma en que, ese día, TVE informó a los espectadores del atentado. Y, visto ahora, sorprende la lentitud y prudencia del presentador de entonces y la forma en que estaba redactada la noticia. Había que dar la primicia de la muerte del presidente del gobierno del régimen de Franco y este dato se reservaba para el final: “Buenas tardes. Esta mañana se ha producido una importante explosión cuyas causas aún se desconocen, en una zona del barrio de Salamanca de Madrid, que ha provocado varias desgracias personales. El presidente del gobierno, el almirante Carrero Blanco, que pasaba en coche camino de su despacho, por el lugar de la explosión en el momento de ocurrir el hecho, ha sufrido graves heridas a consecuencia de las cuales falleción poco después de ser ingresado en una clínica”. Aunque ya habían pasado bastantes horas del atentado, se optaba por un relato en orden cronológico de los hechos dejando caer, en las últimas palabras de la noticia, la muerte del presidente. Pese a que los códigos de la redacción periodística ya llevaban tiempo establecidos, seguramente, el texto de aquella noticia hace evidente, por un lado, la inmadurez de un periodismo que, en un régimen dictatorial, no tenía la libertad ni la posibilidad evolucionar. Pero también delata el miedo y la cautela en las informaciones delicadas, donde preferían priorizar el contexto de la catástrofe para minimizar el impacto de un asesinato que suponía una estocada en el gobierno de Franco.

Se dice que el periodismo es el primer borrador de la historia y, es obvio que este borrador a menudo tiene las huellas y cicatrices del contexto político y social del momento.

Por otra parte, la coincidencia de la efeméride con el estreno del documental Matar al presidente (Movistar+) donde se defiende la teoría de una conspiración también ha provocado que los informativos de algunas cadenas se apresuraran a contrastar esta versión con varios historiadores. Todos coincidían en ampararse en la falta de pruebas sobre la participación de sectores del régimen o de la CIA para facilitar el trabajo en ETA. La tesis del documental ha sido suficientemente potente para que los medios vayan a remolque. Quizá Josu Ternera Urrutikoetxea, que admitió haber colaborado en el atentado contra Carrero Blanco en No me llamo Ternera, podría aclararlo en una nueva entrevista. En cualquier caso, es significativo los interrogantes que todavía aparecen sobre el régimen de Franco. Medio siglo más tarde también hemos aprendido que las dictaduras no siempre dejan pruebas para que todo encaje ni España ha tenido nunca mucho interés en destapar su propio pasado.