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Atracar un banco es fácil

Atracar un banco es fácil

GERARD MARTÍNEZ MINGUELL
y GERARD MARTÍNEZ MINGUELL

Añoro dar clase en la UdL, no por la universidad en sí, sino por los alumnos. Aportar algo a los futuros periodistas se convierte en un reto y una responsabilidad. Y aunque ya no estemos cara a cara, no puedo evitar trasladarle uno de mis interminables sermones alrededor del rico horizonte que se abre ante usted. Porque es rico, que nadie te convenza de lo contrario.

Para empezar: haga siempre lo que le guste. Tenga claro que ir a trabajar debe ser un motivo más para levantarse cada mañana. Quienes nos podemos dedicar a este trabajo somos muy afortunados, pero no espere a que la diosa Fortuna les sonría porque sí. Tenía un tío que cuando llegaba a casa después de un largo paseo lo hacía con más monedas en el bolsillo que antes de salir. ¿Suerte? ¡No! Cuando caminaba, siempre miraba al suelo. Esto no tiene nada que ver con el azar.

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Debe moverse. Lo suficiente que se mueve por otras necesidades vitales, ¿verdad? Comer, beber, mear, follar… Si hace lo que sea necesario para ello, ¿por qué no para lo que más tiempo le ocupará a lo largo de la vida? Desgraciadamente, trabajará más de lo que follará. Sea esponjas: de lo que le gusta y le llena. Y si es convertirse en atracadores de bancos, ¡adelante! Si es lo que hace mejor, ¿por qué no? Y eso debe hacerlo ahora, porque un día envejecerá y ganará en experiencia pero perderá en frescura. ¿Cree que lo que le gusta ahora no dejará de gustarle nunca? Las cosas ya no le impresionarán ni marcarán de la misma manera con el paso de los años. Hace poco preguntaba a Lo Pardal Roquer qué quedaba del lema "Sexo, drogas, y rock-and-roll". Respuesta: “Sexo, cada vez menos; las drogas me duelen más que bien, y en lo que se refiere al rock-and-roll, mi cuerpo ya sólo lo tolera en pequeñas dosis”.

Sin embargo, ha coincidido de lleno con un cambio de siglo, es decir, un cambio de paradigma, una sacudida, con crisis económica incluida. Y es que cuando hay acción, la gente crea. Y no debe ser una excepción. Por ejemplo: en el caso de los períodos de entreguerras, mire Dalí, Munch, Kafka… Todos empezaron a crear a partir de la acción, en este caso, del dolor. Ahora les toca estudiar, conseguir el título... Es importante tener un título, denota constancia. Pero no aprenderás nada en la universidad. Cada uno sacará de su experiencia universitaria lo que quiera, nada menos. Y si ve que los estudios no le llenan, siempre le quedará ser atracadores de bancos. Porque, en definitiva, si ellos -los bancos- nos lo hacen a nosotros -los ciudadanos- tan a menudo, debe resultar más fácil que sacarse un título.