Trabajar a la sombra de Manel o Albert Serra: "Nosotros estamos en la primera línea de fuego"
Hablamos con seis profesionales del mundo de la cultura que, normalmente, se encuentran fuera de foco, pero que, en realidad, son los que colocan la luz en la que toca
Barcelona¿Qué habría sido de los Beatles sin George Martin, su productor? ¿O de Gabriel García Márquez y el boom latinoamericano sin Carmen Balcells, su agente literaria? ¿O de los Rolling Stones sin Andrew Loog Oldham, su mánager? O deEl padrino sin el icónico cartel de S. Neil Fujita? Seguramente, los artistas serían igual de buenos, pero quizás no habrían llegado tan lejos. Y es que cuando hablamos de cultura hay mucha gente que trabaja para que músicos, escritores o actrices y actores vuelen aún más alto.
Cataluña no es una excepción. Aquí hay profesionales de primer nivel que trabajan codo con codo con los artistas del país con el objetivo, primero, que trabajen bien y que puedan vivir de su arte y, sobre todo, para que despeguen todo lo posible. Consiguen buenos contratos, hacen que los libros se vendan más, posibilitan giras, mejoran personajes, encuentran apoyo internacional, difunden su obra y un largo etcétera.
Por eso hemos hablado con seis catalanes que, normalmente, se encuentran fuera de foco, pero que, en realidad, son los que colocan la luz donde toca. Son Anna Aurich, jefe de comunicación de muchos proyectos; Marc Martínez, actor experimentado y coach de muchos intérpretes; Jordi Duró, director de arte; Montse Triola, productora cinematográfica; Gerardo Sanz, mánager musical; y Carlota Torrents, agente literaria. Todos ellos trabajan con algunos de los mejores artistas del país. Y nos cuentan en qué consiste su trabajo.
Carlota Torrents, autores que saltan fronteras
Cuando Carlota Torrents abrió Asterisco en el 2016, junto a Natàlia Berenguer, no había ninguna agencia literaria que tuviera únicamente a autores catalanes en su catálogo. Había trabajado ocho años con Sílvia Bastos y, antes, de editora en Tusquets y Paidós. "Tenía mucha libertad, pero era el proyecto de otra, y yo necesitaba crecer y seguir haciendo país", recuerda. Ahora lleva más de treinta escritores, entre ellos Carlota Gurt, Joan Lluís Lluís, Tina Vallès y Bel Olid.
Su trabajo, dice Torrents, pasa por hacer "un acompañamiento al escritor en todo el proceso creativo" y asesorarle legalmente, cosas que puede hacer porque tiene "una mirada global del sector". También tratan de apoyar en todo momento a los autores y vencer inseguridades. Además, hacen de "puente" entre sus autores y el mundo, además de representar editoriales belgas, inglesas o neerlandesas.
"Hemos enganchado una buena época, puesto que la literatura catalana tiene una salud envidiable", asegura. Para ella, la Feria de Frankfurt 2007, donde Cataluña fue el país invitado, lo cambió todo. Ella participó activamente, desde la organización, y ha visto cómo crecía. "Competimos con un mercado inmenso y somos una lengua pequeña, como el checo, el danés o el esloveno", comenta. Pero eso no quita que en la última Fira, hace unas semanas, haya tenido cerca de cincuenta reuniones con editores interesados en la obra de sus representados. "Hacemos una defensa cualitativa y tenemos una literatura infantil y juvenil muy fuerte", añade.
Torrents, por ejemplo, está muy contenta de que La memoria del árbol, de Tina Vallès, se haya traducido a veinte lenguas, que Picadura de Barcelona de Adrià Pujol se publique en alemán o Suela de Carlota Gurt, en inglés. Son los últimos de sus logros. funcionen", afirma. Y su trabajo comienza casi desde el primer momento, cuando el escritor le envía el manuscrito con el que está trabajando. Asegura que no va a buscar a los autores, sino que son ellos y ellas las que le llaman para que les ayude. A partir de ahí, apunta, intenta establecer una relación de confianza total que debe ser "cuestión de piel", exclama. autor.
Anna Aurich, no hay fórmulas mágicas
Anna Aurich sabe que "no hay fórmulas mágicas" para que un proyecto cultural funcione. Ella dirige la agencia Cósmica desde hace diez años, fue anteriormente jefe de comunicación del Teatre Lliure, y ahora está detrás de muchos festivales e iniciativas, como la Semana del Libro en Catalán, el Sismógrafo, el TNT, el Poesía y + o Vive Montjuïc, entre otros muchos. Sabe que, cuando algo funciona, es mérito de los artistas y, cuando no, es porque no se ha comunicado bien. Cosas del oficio.
El problema, dice, es que a menudo se les pide ayuda cuando todo está en marcha y quedan pocas semanas para que el evento cultural arranque. Cuando lo ideal, afirma, es que ellas estén ahí desde el primer momento, cuando todo se está gestando. "Yo ya no sé trabajar sin esto, sin poder tener una participación activa en toda la estrategia", exclama.
A pesar de su experiencia, Aurich asegura que influir "a nivel artístico me hace mucho respeto". "No intervengo pero es importante saber si eso funcionará o no desde el primer momento", dice. Pero cuando tiene un proyecto delante, conoce perfectamente dónde debe poner el foco para buscar su éxito. "Escucho mucho y la relación de confianza es clave", indica. Y eso solo lo dan años pisando el terreno, visitando teatros, festivales, museos... "Me encanta dar la vuelta y conocer gente nueva: no entiendo mi trabajo encerrado en el despacho", añade.
Aurich ha visto cómo el trabajo de los comunicadores culturales cambiaba radicalmente en la última década. Antes, asegura, era suficiente una nota de prensa, y ahora hay que "hacer fotos, vídeos, estar en el caso de Tik Tok...", a la vez que debe mantener una relación más directa con el público , no sólo con los periodistas. Y lo más importante es "saber cómo uno se diferencia del resto". "Tienes que entender qué tienes, quién te lo va a comprar y cómo vas a venderlo", señala.
También ha visto cómo las propuestas se esparcían por todo el país, más allá de la hipercentralidad cultural de Barcelona. "Hay agentes culturales de pueblos pequeños que trabajan muy bien, técnicos que contra viento y marea luchan para que a su pueblo llegue programación de calidad", indica. Ella, por ejemplo, colabora con proyectos como Calonge, Poble de Llibres; el Terrer del Priorat; Escena Germinal del Camp de Tarragona; el Dansáneo del Pirineo; el gerundense Esto al Pueblo no le gustará y también proyectos en el Maresme, Terrassa, Olot...
Gerardo Sanz, el mejor profesor europeo
A Gerardo Sanz le gusta, confiesa, estar detrás y dedicarse a "participar en el mundo de la música sin tocar ningún instrumento". Es el mánager de María Arnal, Mishima, Niño de Elche, Enrique Montefusco, Quimi Portet, Manel y Joan Garriga. A algunos les lleva desde el principio de su carrera, como Maria Arnal y Manel. Y lo cierto es que Sanz ha tocado todas las teclas del negocio. Comenzó escribiendo críticas a Rockdelux, pasó al marketing artístico y ahora tiene Fina Estampa, una agencia de management que abrió en el 2011, después de pasar por Virgin, EMI y Fila 7. Sus primeros clientes fueron, nada menos que Jaume Sisa y Antònia Font .
Sanz ha vivido en su propia carne la total transformación del mundo de la música y, especialmente, el cambio de hábitos de los consumidores. En los primeros años del siglo XXI, por ejemplo, las discográficas todavía mandaban mucho y ahora el centro de toda la actividad es el directo, con los festivales como palos de pajar. "La gente ya no compra discos, escucha canciones", asegura.
"Antes, cuando las compañías eran fuertes, los mánagers eran importantes porque había muchas cosas que negociar", dice. Ahora, a menudo, personas como él llevan a cabo un trabajo de 360 grados, ya que planifican todo el proceso de cabo a rabo, desde la grabación del disco, su lanzamiento, la celebración de cada concierto, hasta la difusión de todo plegado. Él lo llama "acompañamiento total". Pero deja claro que no es "nada intervencionista", porque, lisa y llanamente, trabaja con artistas muy buenos. Sólo opina artísticamente, asegura, cuándo se lo piden o cuando ve que puede aportar algo.
Si tiene que buscar éxitos, Sanz cree que ha sido importante acompañar a Manel o Marial Arnal desde el primer día. En el caso de la banda de Guillem Gisbert, los conoció a través de la maqueta de lo que sería su primer disco, Los mejores profesores europeos. En el de Marial Arnal es algo diferente, porque la descubrió en unas fiestas del Poble-sec. Sin embargo, confiesa que no tiene mucho tiempo para ir a cazar talentos y más cuando han desaparecido buena parte de las salas y pequeños clubs donde en otra época se podía realizar ese trabajo de prospección.
Uno de los puntos a favor que tiene Sanz, entre otros, es que ha conseguido que artistas que cantan en catalán salgan bastante fuera de Catalunya, como ocurrió con Manel y Antònia Font. "Eso era habitual en los años setenta y después hubo un vacío: hay público en España para nosotros", asegura. Ahora está empujando fuerte a Europa, con el Niño de Elche, y está abriendo vías que le gustaría aprovechar para el resto de sus artistas.
Montse Triola, mucho más que la productora de Albert Serra
En 1998, cuando Montse Triola y Albert Serra fundaron Andergraun Films, querían hacer "cosas" para divertirse. Ella venía del mundo de las artes escénicas y él, de la literatura. Pero que su segunda película, Honor de caballería (2006), fuera seleccionada en la Quincena de Realizadores del festival de Cannes, cambió un poco las cosas. crowdfunding, ella se dedicó a pedir dinero para hacerla, también a su padre, y que regresaron hasta el último centavo.
Hasta hace poco, Triola, que se define como "productora creativa", ha estado detrás de la quincena de trabajos cinematográficos de Serra, pero lleva unos años sacando adelante otros proyectos, sobre todo con coproducciones minoritarias. Trabaja con gente afín, como el filipino Lav Diaz, de quien han producido Beatrice, the wife, que se estrenará en el 2025, después de años de conocerse y profesarse admiración mutua. Últimamente, la productora ejecutiva ha trabajado con el francés Alain Guiraudie (Misericorde) y el bosnio Dane Komljen (Afterwater). Esto le permite encontrar nuevos socios y ampliar el mercado.
Serra no es el primer director de cine que cuenta con productora propia. El caso más conocido e histórico en este lado del mundo es El Deseo, la productora de Pedro Almodóvar. "Para el artista es más interesante tener su propia empresa", asegura Triola. Hace, entre otras cosas, que pueda controlar el largo y costoso proceso de sacar adelante un filme y que no se le escapen dinero por el camino. Ahora, por ejemplo, Triola está recuperando los derechos de las primeras películas de Serra.
Cuando piensa en hacer una película, lleva años buscando financiación fuera de Catalunya, aunque siempre han partido de la premisa de que, "tanto si hay dinero como si no, hacemos la película igualmente". Pero poder trabajar con coproductores franceses y portugueses les ha permitido volar más lejos y, sobre todo, entrar en sus mercados.
En el mundo del cine, los productores tienen un papel fundamental, también a nivel artístico. "Interviene mucho, el productor", remarca Triola. Por ahora, no ha pensado en ponerse detrás de la cámara, pero no niega que le gustaría. No ha abandonado el teatro. Trabajó con Serra en las dos obras que estrenó en el Teatre Lliure una década atrás y en la que llevó a la Volksbühne berlinesa en el 2018. También es la productora de la directora gallega Marta Pazos. "Estaba harta de trabajar sólo con Albert", ríe.
Jordi Duró, las portadas que vienen
"Nosotros estamos delante, en la primera línea de fuego", dice Jordi Duró, porque si bien es probable que su nombre no sea tan conocido como los de los autores de quienes ha diseñado la cubierta de sus libros, la realidad es que es él quien da la cara por los escritores, es decir, "les presentamos al público, hacemos un adelanto de lo que el lector encontrará en los libros".
Duró, por ejemplo, es responsable del exitoso diseño de las colecciones de La Otra editorial. Pero trabaja para Anagrama, Libros del Asteroide, Penguin Random House, Enciclopèdia Catalana, Barcino... Y en los últimos años ha visto cómo su trabajo atravesaba fronteras gracias a Georges Simenon. Diseñó la colección conjunta que Anagrama y Acantilado lanzaron del autor belga y gustó tanto a sus herederos, que ahora mismo se encuentra en todas las librerías de la francofonía con el sello de Livres de Poche y le ha hecho un manual de marca al hijo del creador del comisario Maigret. Duró hizo hasta cinco propuestas y "fue Sílvia Sesé, la editora de Anagrama, quien acertó", confiesa.
"Nosotros no vendemos libros, sino que encontramos a sus lectores", indica Duró. La calidad literaria siempre manda, sin embargo. Por eso añade, crudo: "La cubierta no venderá un libro malo". Él y su equipo (son cuatro personas en la agencia) trabajan a distintos niveles. En L'Altra están desde el primer día. Pero en Asteroide, por ejemplo, no. Su proceso creativo siempre comienza por leer las historias y hacer preguntas. Luego piensan en símbolos, situaciones, imágenes, que puedan dibujar. Y, por último, miran que quede abierto. "Los autores de L'Otra, por ejemplo, participan en el proceso", comenta, a diferencia de lo que ocurre normalmente en los grandes grupos editoriales.
Duró estudió diseño y periodismo y puso en marcha el estudio a finales de los años noventa. Es un apasionado de la tipografía y de los diseños que hizo Robert Massin en Gallimard y en la Nouvelle Revue Française. Es el responsable de la icónica edición, por ejemplo, de los Ejercicios de estilo de Raymond Queneau. Él y Pierre Faucheux, revolucionarios en los años cincuenta y sesenta, son sus fuentes de inspiración y guarda un montón de libros en el sótano de su despacho. Quizá por eso, dice, insiste siempre en diseñar las guardas de los libros. "Eso es una pasión, el diseño editorial, y no te dedicarías si no te gustaran tanto los libros", remata.
Marc Martínez, "ayudador" de actores
Lo de ayudar a actores y actrices a mejorar, Marc Martínez dice que lo ha hecho toda su vida, que siempre lo ha compaginado con su trabajo de director o de intérprete en el teatro o en el mundo audiovisual. Ahora se llama coach y antes era un "entrenador" o "preparador". La gente lo contrata por un día o por un curso más largo. Algunos quieren que les ayude a grabar self tapas oa prepararse un casting presencial. Y también los hay que consiguen un papel importante en una serie y no saben por dónde empezar. "También hay gente que está triunfando y entra en crisis, porque creen que se están repitiendo o que todo es un fracaso, y debes reforzar su trabajo buscando nuevas estrategias", apunta.
Y es que los coachs de actores y actrices están de moda. Por un motivo, que él mismo señala: "Existe una industria que está creciendo detrás de las multinacionales y las plataformas que no paran de producir". Y, añade, "el ritmo no es el ritmo de la creación, y el proceso artístico pide un tiempo que la industria carece". Aquí es donde aparece él, normalmente contratado directamente por el intérprete para subirse pronto al carro. "Tengo que pensar cuáles son los botones que debo tocar para que esa persona pueda hacer en un tiempo inhumano de un día o una semana lo que en teatro tarda seis semanas en hacer", se exclama.
"Yo me considero un ayudador de actores", dice. A veces, pone orden. Otros, espabila a la gente. También pone luz, es decir, sabe leer desde fuera lo que se le pide al intérprete, fruto de su experiencia. Para ser actor y actriz, asegura, "se necesitan años y tienes que picar mucha piedra", algo que no se tiene muy en cuenta hoy en día.
El problema, dice, se encuentra con la generación que ahora se encuentra entre los veinte y los treinta años, obnubilados por alcanzar el éxito lo más rápido posible. "Muchas ansiedades, muchas expectativas", dice. Y añade: "La gente piensa que hace un cursillo o que está dos o tres años en una escuela y la cogerán para hacer una serie y tendrá dos o tres millones de seguidores. Éste es el mal que me encuentro más a menudo. Arreglo gente entrenando. Parte del entrenamiento que hago con los actores es físico.
Hacer de coach, además, ha ayudado a Martínez en su ámbito personal, sobre todo cuando no está trabajando de actor. "Me hace estar muy despierto, y estoy en forma porque estoy pendiente de otra gente y sigo entrenando", asegura. Dice que ha dejado el teatro, pero que tiene un gusanillo dentro que lo va mordisqueando.