"El bombardeo de publicidad por el Black Friday me ha hecho sentir mal por no aprovecharlo"

Barcelona"He recibido un bombardeo tan grande de publicidad de los descuentos por el Black Friday que incluso me siento mal por no aprovecharlo", dice Maria. "Como este mes he gastado poco, quizá al salir del trabajo voy a comprarme algo para aprovechar las rebajas", razona. Black Friday, la campaña de los grandes descuentos, ha dado el pistoletazo de salida este viernes con promesas de rebajas de hasta el 70% en la mayoría de los comercios.

Una campaña de marketing agresiva que, pese a las críticas del pequeño comercio y algunos usuarios –como Clara, que asegura tener "más correos electrónicos que nunca anunciando rebajas, lo que crea angustia"–, ha tenido su efecto. A media mañana, las riadas de gente en el centro de Barcelona ya empezaban a evidenciarse, y sólo han hecho aumentar durante la tarde. Es la oportunidad, para muchos, de comprar productos más caros que requieren mayor reflexión, como artículos de tecnología. Es el caso de Isaac, que se plantea hacer una buena inversión: "Mi móvil tiene casi cuatro años y funciona, pero si hay descuentos seguro que me lo pienso. Lo que me da pereza son las aglomeraciones; si acabo comprando algo, será online", explica.

Pero la apuesta por la calle perdura. "Antes de abrir ya había una marea de gente en la puerta esperando para entrar, es definitivamente el día en el que se vende más del año", aseguraba un empleado del Zara de Gran Via. Un empresario del sector de la cosmética, asociado de la organización catalana de la empresa familiar del comercio al por menor, Comertia, asegura que “esta semana está yendo mejor que la del Black Friday del pasado año, con un 12% más de ventas”.

Lo mismo explicaban en la tienda Lego del paseo de Gràcia, donde a media mañana ya habían recibido más clientes que en todo un día normal de entre semana. "La gente viene más y se nota que tiene ganas de comprar, no solo de mirar y marcharse", aseguraba una empleada.

De hecho, éste es el caso de Marc, un fanático de los Lego que ha aprovechado el Black Friday para ampliar su colección. Él, que tiene los precios "muy mirados", dice saber "de buena tinta" que en este caso se ha ahorrado dinero, "porque hace unos meses lo que he comprado era bastante más caro". No lo tiene tan claro en lo que se refiere a los electrodomésticos que también ha aprovechado para comprar ahora, y en total calcula que en este Black Friday se ha gastado "unos 600 euros".

De hecho, aunque según el indicador de Comertia las expectativas para la jornada eran que tuviera el mismo éxito (moderado) que el pasado año, una parte de los consumidores es cada vez más escéptica con el Viernes Negro. Es el caso de Vanessa, que asegura que "es un engaño": "Compre un vino en septiembre por 120 euros, un mes más tarde quería devolverlo y valía 140 euros; ahora lo he mirado en la web, porque prometían grandes descuentos , y pone que el precio original era de 180 euros y que lo han rebajado hasta los 120 euros, que es el mismo precio al que lo compré yo hace dos meses", se queja.

Estos "engaños" hace tiempo que los denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y, según su informe de monitorización de precios, "son más los productos que suben de precio que los que bajan", aseguran. Según este estudio, que compara hasta 18.440 precios la jornada del Black Friday con los de semanas anteriores, concluye que casi la mitad no han cambiado nada; un 14,5% de los casos presentan por Black Friday el precio más bajo de los 30 días anteriores, y el resto, casi un 36%, tienen ahora un precio más caro que el mínimo de los 30 días anteriores.

Así pues, la jornada, que se estirará el resto del fin de semana, deja un regusto agridulce entre consumidores y comerciantes. Pese a una mayor afluencia en las calles durante este viernes, algunos empresarios consideran que "entre semana ha sido flojo", y esperan "que mejore de cara al fin de semana".