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El cantautor antifranquista que más suena en el campo del USAP

Entró en política con Junts pel Sí, con el apoyo de ERC, pero después ha apoyado a la CUP ya Junts

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El cantautor y exdiputado de Junts pel Sí Lluís Llach en una imagen reciente.

BarcelonaAutor de himnos que han marcado épocas, referente antifranquista y catalanista, ha sido una de las personalidades que más han acompañado al movimiento independentista desde la irrupción del Proceso. El nuevo presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) no es otro que Lluís Llach (Girona, 1948), en una última incursión en el soberanismo que llega después de dar apoyo electoral a ERC, la CUP y finalmente a Junts. El cantautor emblemático de la Nova Cançó ha nutrido el imaginario del viaje a Ítaca catalán y ha protagonizado tres pases entre los partidos independentistas: se implicó directamente en política en la legislatura del 1-O como diputado de Junts pel Sí a propuesta de Oriol Junqueras, y antes, en el 2012, había pedido el voto para el líder republicano. Después pidió el voto para la CUP en 2021, y, finalmente, expresó su apoyo a Carles Puigdemont.

Junqueras ha sido un líder al que admiró y al que ahora pide la dimisión, tras sentirse traicionado por él a raíz del giro de los republicanos a partir del 1-O. "El papel de Junqueras es primordial; si hubiera querido, no se habría llegado al acuerdo; su actitud es de una gran generosidad, era facilísimo romper el hilo", decía el 2016 en el ARA. En cambio, desde hace semanas Llach reitera a través de las redes sociales que es necesaria "la dimisión de Oriol Junqueras, y una vez haya dimitido, deben rehacerse los caminos". Por otra parte, con la CUP siempre ha tenido un idilio particular por su talante soberanista de izquierdas y anticapitalista, adjetivos con los que también se identifica, pero ya avisó en una entrevista en El Punt Avui en el 2021 que no era su partido: "Mi partido es ERC [...] pero desde el cambio de dirección estratégica no puedo votarlos", aclaró.

Por último, del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha aplaudido el trabajo en el exilio y le votó el 12-M porque vio los comicios como "un embate nacional decisivo": "Regreso de Puigdemont como Muy Honorable Presidente (MHP). No en el 155", dijo, y le pidió que "termine el trabajo". También le acompañó al gobierno del Consejo de la República, que dejó a raíz de las negociaciones de Junts con Pedro Sánchez para la investidura. Políticamente, también defendió la investidura de Artur Mas como president cuando la CUP se oponía y después lo ha hecho con Carles Puigdemont. Con el expresidente Quim Torra volvió a asomarse para pilotar el Foro Cívico por el Debate Constituyente, que debía definir un método para diseñar cómo organizar un debate a escala nacional para "repensar el país". Un paso por la política que sobre todo fue determinado por los dos años de la legislatura del referéndum del 1-O, en la que fue elegido diputado tras ser cabeza de lista por Girona. Cuando en el 2016 definió su papel político ya dijo que consistía en "servir durante estos 18 meses para lo que sea necesario, barrer, lo que sea". "Hago de florero, me encanta, que la gente me vea que estoy por eso [la independencia], que si hay una discusión les amenazo con que les voy a cantar algo y callan", afirmaba.

Trayectoria vital

Llach es un personaje poliédrico, querido cantautor que con La estaca no sólo marcó un "país pequeño", como él mismo cantaba, encarnando la lucha contra la dictadura en sus palabras, sino que trascendió hasta ser un clamor por la libertad en numerosas naciones –que han realizado versiones adaptadas– . En el estadio Aimé Giral del USAP, el equipo de rugby de Perpiñán, también suele sonar antes de los partidos, cantado por unos aficionados que rememoran una catalanidad que ansían hacer reavivar. Con su gorro característico ha llenado auditorios, pabellones y estadios, pero ahora, ya retirado, pretende "sacudir" a una entidad como el ANC para reanudar el horizonte nacional. Lo hace rodeado de polémica, después de un enfrentamiento con el sector de la Asamblea partidario de la lista cívica y que se oponía a su candidatura. Pero la controversia también ha venido porque pagó fuera de plazo todas las cuotas de socio del ANC para poder optar a la presidencia, según avanzó el ARA.

Con su padre, falangista y que fue alcalde de Verges –toda su familia es de tradición carlista–, tuvo muchas rencillas, pese al cariño que se tenían. De su madre sacó su amor a la música. A lo largo de su carrera, siempre ha cantado sólo en catalán y también le han movido las causas sociales: contra la pobreza, ha impulsado varios proyectos en Senegal, y también ha sido un defensor de la diversidad de origen y de orientación sexual.

Tras pronunciar unas palabras contrarias a Francisco Franco desde Cuba en 1970 –y de la posterior prohibición de actuar en España– se exilió. Ahora bien, a su regreso, en 1974, ya era un cantante reconocido capaz de llenar espacios simbólicos como el Palau de la Música Catalana, en unos inicios de una larga y exitosa carrera. Desde el principio congenió con las reivindicaciones nacionales del pueblo catalán, y en los primeros años de la Transición se implicó en Nacionalistas de Izquierda, un partido independentista que acabó disolviéndose en 1984 y donde había otras personalidades como Jordi Carbonell, Josep Maria Espinàs o Avel·lí Artís-Enero.

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