Cada casa, un mundo

Una reforma para una casa sencilla y sincera

La austeridad energética, entre las claves del proyecto 'En bateria', de Nøra Studio (Sa Pobla)

Se muestra tal y como es. No esconde los materiales con los que está hecha, ni los elementos de la estructura, ni buena parte de la instalación eléctrica. Esta casa, En batería, que es el nombre que han dado al proyecto sus autores, los arquitectos de Nøra Studio –un gabinete con despachos en sa Pobla, en Barcelona y en Ibiza, fundado en el 2015 por Marina Munar, Pau del Campo, Luca Lliteras y Rafel Capó–, es un ejercicio que exuda sinceridad y también una austeridad que no sólo era una exigencia del presupuesto limitado de la pareja joven que iba a habitarla, sino también una forma de entender la vida.

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Construida en una parcela alargada y situada entre medianeras en Sa Pobla, en la comarca del Raiguer de Mallorca, esta vivienda unifamiliar se muestra como es ya desde la fachada de la calle. Con los mismos bloques de cerámica que levantan las paredes de un interior que los deja vistos, se dibujan en el exterior las dos crujías que definen el esquema esencial de la casa y su funcionamiento, a la vez que anticipan la sencilla materialidad con la que se convive dentro. Y es que esta casa fue concebida con dos crujías, una más ancha y una más estrecha, que van en sentido longitudinal desde la calle hasta el patio trasero, una solución que sirve para facilitar su distribución y también una flexibilidad de usos que es muy práctica para el propio desarrollo cambiante de la vida. La pareja esperaba a un hijo al empezar la obra y, ahora, poco después de terminada, ya tienen dos.

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En este sentido, resulta fácil la distribución que los arquitectos de Nøra propusieron a los propietarios: tanto en la planta baja como en la planta piso, la crujía más ancha tiende a ser un espacio único y abierto para los usos más comunes de la familia ( cocina, comedor y estar, al nivel de la calle; sala, estudio y/o juegos, al de arriba), mientras que la crujía más estrecha aparece compartimentada y es el lugar donde se suceden, en batería, los dormitorios, los baños, las zonas para los demás servicios y también la escalera que comunica las dos alturas. El hecho de que todos los dormitorios tienen aberturas muy generosas hacia la crujía más ancha, permite que, llegado el caso, puedan multiplicar su espacio para el estudio o el juego.

Ésta es la flexibilidad de usos que defiende el proyecto. Incluso en la entrada de la casa, detrás de una puerta metálica semitransparente, de un verde fresco, hay espacio de garaje, pero también, si se prefiere, este acceso se convierte en un porche de verano para estar en la fresca junto a la calle, una costumbre aún no extinguida en los pueblos y bien apreciada por quien puede practicarlo.

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Sin necesidad de calefacción

La austeridad se aplica en todo este proyecto, y se hace con una finalidad que va más allá del gusto personal: menos materiales (cerámica, madera y hormigón, esencialmente) y de proximidad, menos huella ecológica. La sencillez formal y de los espacios incluso a la hora de pensar el jardín con la pequeña piscina rodeada de marés, también demuestra la contención y apuesta por lo asequible. Pero seguramente es la austeridad energética lo que se ha puesto más énfasis y también lo que más resultados prácticos da. El aislamiento de la fachada de la calle (norte) con el sistema SATE, la cerámica como material con grandes prestaciones térmicas y las almohadas creadas tanto en la parte de la calle como en la del patio ofrecen confort climático en verano y en el invierno, sin necesidad de calefacción. Entre el patio y la casa, una galería protege el interior de la radiación directa del sol en verano y, gracias al suelo de la galería del piso de arriba –de verja–, crea una chimenea que evacua el exceso de temperatura . En invierno, las galerías son un colchón térmico. Y siempre, en cualquier caso, garantía de confort y eficiencia energética.

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Buscar y encontrar la luz entre medianeras

Una casa entre medianeras plantea siempre a los arquitectos el reto de conquistar la luz natural, invitándola a entrar en el interior. Los de Nøra Studio buscaron diversas estrategias para conseguirlo, como proyectar una cubierta con puntas para poder hacer claraboyas mirando al sur a todos los dormitorios, y arriba de la escalera mirando al norte para tener una luz más homogénea. En la fachada del patio domina el cristal, y en la de la calle una cierta transparencia: son otras entradas, siempre controladas.