El próximo 2024, hará diez años que se creó el proyecto literario Ningún niño sin cuento , una iniciativa para fomentar el hábito lector y la creatividad de los niños, y para que, de pequeños, sepan apreciar el valor y el gusto por la lectura teniendo en cuenta todos los beneficios que les aporta. La iniciativa contribuye regalando cuentos a todos los niños, especialmente a quienes no tienen acceso a la cultura, ya las familias con pocos recursos económicos. Por eso, para celebrar este aniversario, con motivo del 8M y de Sant Jordi, se editará un nuevo cuento que harán llegar, entre otras entidades, a 35 hospitales con servicio de pediatría de nuestro país ya más de 200 bibliotecas y de 2.000 centros educativos para que ningún niño se quede sin poder disfrutar del placer de la lectura. Todos los cuentos editados y las novedades que se preparan para conmemorar la efeméride se pueden consultar en la web capinfantsenseconte.org .
Un cuarto de hora de lectura diaria en casa durante la primaria equivale a un curso escolar más
¿Quieres que tus hijos lean? Esto es lo que han hecho algunas familias
Las demoledores datos del informe PISA recogían que Cataluña ha obtenido la menor puntuación en comprensión lectora, por debajo de la media del estado español y del resto de los países de la OCDE. Estos resultados –que también coinciden en otros conocimientos, como las matemáticas, y que han puesto en alerta al departamento de Educación– se suman a los que el pasado mes de mayo ponía en evidencia el informe internacional PIRLS, que también situaba a los alumnos catalanes de cuarto de primaria en la cola del Estado en comprensión lectora. Este primer diagnóstico se convirtió a principios de este curso escolar en el origen de la iniciativa En casa, leemos en voz alta, puesta en marcha por la Confederación Cristiana de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Cataluña (CCAPAC), que agrupa a las asociaciones de familias de 400 escuelas de iniciativa social.
La campaña quiere implicar a las familias a crear hábitos lectores en casa que complementen la labor de los centros educativos. De hecho, desde la CCAPAC inciden en que no toda la responsabilidad debe recaer en las escuelas y remiten al Análisis del contexto del alumnado de sexto de primaria en Cataluña. Curso 2021-2022, que señala que sólo en un 21,5% de hogares catalanes se leen libros habitualmente y en un 13%, nunca o sólo una vez al año. “Calculamos que si se leían 15 minutos cada día en casa a lo largo de la primaria equivalía a un curso escolar más. El dato impacta, pero es suficientemente fácil arañar 15 minutos cada día para dedicarlos a leer con tus hijos”, expresa Maria Gajas, profesora de lengua y literatura catalana en secundaria y asesora de esta campaña. La iniciativa se promociona a través de las redes sociales con recomendaciones lectoras por parte de las propias familias y de docentes de las escuelas.
“Cuando leemos en casa en voz alta es como si fuera fiesta mayor. Nos ponemos las dos en la cama y lo hacemos como una obra de teatro, vamos interpretando el cuento. Muchas veces, es Dana quien me la cuenta a mí. Es muy bonito porque, cuando le escuchas, ves que se pone en el papel”, explica Melissa López, madre de Dana, de 8 años. Ellas hace casi dos años que lo ponen en práctica y aseguran que les ha servido para cambiar el "hay que leer" por "un rato de relax mientras leemos". López recuerda que empezó las lecturas en voz alta para que su hija lo pasara bien, pero como ella también se divierte, nunca les ha supuesto ninguna obligación.
“Los pequeños siempre están observando y se educa con el ejemplo. Cuando yo me pongo a leer en el ferrocarril, ella se pone a mi lado y leemos juntas. Dana ahora tiene más interés en los detalles y en enlazar lo que lee con la vida real”, señala López. Asimismo, reconoce que, comparativamente, Dana es más ágil leyendo que su hermana cuando tenía la misma edad.
Ni obligar ni con prisas
Según datos compartidos por la CCAPAC, la lectura en voz alta facilita y potencia la comprensión lectora, desarrolla técnicas de expresión oral, mejora la capacidad de escucha y potencia el pensamiento crítico y creativo, entre otros muchos beneficios. En este sentido, David Bueno, doctor en biología y profesor e investigador de la sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universidad de Barcelona, advertía hace unas semanas en el congreso Cor Lector (Corazón Lector) sobre cómo realizar estas sesiones de lectura en voz alta para que sean beneficiosas para todas las partes implicadas. “Es importante tener en cuenta el ambiente que generamos cuando están aprendiendo a leer. Si les obligamos a leer en voz alta con prisas y con disgusto es mejor no hacerlo, puesto que hace que relacionen este aprendizaje con una sensación incómoda”. A su juicio, leer en voz alta también debe servir para que los niños se diviertan con el lenguaje con la persona con la que más a gusto se encuentran.
“Con la lectura en voz alta se fomenta la conversación y la reflexión”, explica Marta Gutiérrez, que también dedica ratos a leer en voz alta con sus hijas, Carla de 7 años y Xènia, de 13. Reconoce que hay días que no encuentran estos minutos para hacerlo, pero que hay otros días que dedican más rato. “Al final, todo esto sirve para ver que leer es un placer y debes hacerlo en un momento que te encaje. Una vez que se convierte en una obligación, pierde todo el sentido”, reflexiona Gutiérrez. También apuesta por las lecturas teatralizadas, que contribuyen a la diversión ya crear vínculos entre madre e hija, y por títulos que transmitan valores o mensajes que inviten después a la reflexión conjunta. “De todas formas, en el colegio nos lo recomendaron para que, especialmente la pequeña, tomara destreza a la hora de leer y la verdad es que he notado una evolución muy importante en poco tiempo”.
Gajas señala que los alumnos que leen en casa en voz alta tienen más vocabulario, una expresión oral más rica y una expresión gramatical más compleja que sus compañeros. “Se nota mucho, ya no sólo por su bagaje cultural, sino por las referencias que utilizan y las conexiones culturales que hacen. Están a años luz de quienes no han tenido la suerte de hacerlo en casa”, indica. Pero, más allá, esta campaña quiere ayudar a crear gusto por la lectura y que se convierta en un placer sólo por asociarlo a ratos bonitos compartidos en casa. “Después ya vendrá el momento en que se harán mayores y dejarán de leer, seguramente. Pero no pasa nada, porque el trabajo realizado antes, después vuelve. Es como un boomerang”.