La derrota de Scholz alimenta las dudas sobre su gobierno

Conservadores y extrema derecha piden al canciller que convoque elecciones por los malos resultados de la coalición del gobierno

Laura Ruiz Trullols
y Laura Ruiz Trullols

BerlínTras ganar las elecciones europeas en Alemania, el líder del partido conservador CDU, Friedrich Merz, pedía al canciller Olaf Scholz que asuma las consecuencias del mal resultado del partido socialdemócrata y sus socios de coalición. El aspirante a canciller celebró la victoria acompañado de Ursula von der Leyen en Berlín. Sin embargo, admitió que Scholz "no parece dispuesto a llegar a la misma conclusión" que el presidente francés, Emmanuel Macron, de convocar elecciones.

Algunos de sus aliados iban más allá y pedían abiertamente el adelanto de las elecciones federales previstas para octubre del 2025. "Olaf Scholz es un rey sin país", dijo el jefe de la CSU (el partido conservador bávaro) y primer ministro del estado federado, Markus Söder, quien considera que los miembros del Parlamento federal deberían plantearse una moción de censura contra Scholz.

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Algunos representantes socialdemócratas del SPD han reconocido abiertamente que los resultados son una “humillación dolorosa”, pero el portavoz del gobierno ha cerrado la puerta al adelanto electoral. Steffen Hebestreit ha asegurado que los partidos de la coalición no se lo han planteado "ni un segundo" y que cuando se agote la legislatura será el momento de "pasar cuentas".

Scholz se ha limitado a reconocer que eran unos malos resultados y ha asegurado que el gobierno hará los deberes para volver a convencer a los ciudadanos. Es el peor resultado de su partido en unas elecciones a nivel nacional en 130 años, pero no se trata de un gran bajón respecto a las europeas del 2019. Los socialdemócratas han vuelto a quedar terceros y pasan de 16 a 14 eurodiputados. Pero lo más doloroso es que el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) les sobrepasa y se ha convertido en la segunda fuerza más votada. "Nunca deberíamos acostumbrarnos", ha defendido el canciller, que se ha marcado como objetivo principal hacer retroceder a la extrema derecha.

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Voto de castigo

El voto de castigo hacia los partidos del gobierno ha sido evidente. Los tres socios tienen a menudo dificultades para ponerse de acuerdo en cuestiones clave como el envío de armas a Ucrania, el presupuesto federal y las políticas para la transición energética. El peor parado es el partido de los Verdes (Die Grünen), que pasa de 21 a 12 eurodiputados. El colíder del partido, Omid Nouripour, ha descartado una moción de confianza y opta por que el gobierno aprenda a lavar la ropa sucia en casa. Los liberales del FDP mantendrán a los cinco representantes que ya tenían hace cinco años en Bruselas, pero también han perdido votos.

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“La gente está harta”, dijo la líder de la AfD, Alice Weidel, tras arrasar en los estados de la antigua Alemania del Este, feudos tradicionales del partido de izquierdas Die Linke, y ser la opción preferida de los jóvenes alemanes de entre 16 y 25 años. El partido de extrema derecha que colecciona más titulares en la prensa nacional y extranjera ha decidido este lunes que su cabeza de lista en las europeas no podrá tomar el acta de eurodiputado. Sus comentarios banalizando a las SS nazis han protagonizado uno de los últimos escándalos que les han salpicado.

Renovación a la izquierda

Con las ganancias por parte de fuerzas populistas de izquierdas, las elecciones europeas también tendrán consecuencias para Die Linke. Su líder, Martin Schirdewan, apuntó a la renovación tanto de caras como de posicionamientos políticos.

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Socialdemócratas, verdes y liberales quieren seguir gobernando a pesar de tener el viento en su contra. Pero si los resultados del domingo se trasladaran a las elecciones federales, tanto ellos como los conservadores lo tendrían difícil para formar una coalición estable. Pocos días antes de que empiece la Eurocopa, seguramente hay quien tiene ganas de que el fútbol una una vez más a los alemanes y puedan dejar atrás, aunque sea unos días, el lío político en el mayor país de la UE.