La extrema derecha alemana queda segunda, por delante de los socialistas de Scholz

Los resultados de las europeas serán un quebradero de cabeza para el gobierno de coalición del país más grande de la Unión Europea

Laura Ruiz Trullols
3 min
Los líderes del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) celebran los sondeos a pie de urna de las europeas.

BerlínEl partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) sube desde la cuarta posición hasta segunda fuerza, por delante de los socialistas de Olaf Scholz, con todos los votos escrutados esta mañana del lunes. Los ganadores de los comicios en Alemania son los conservadores de la CDU y sus socios bávaros de la CSU. Los democristianos tendrán revalidan los 29 escaños de la que ya era la delegación más numerosa del Partido Popular Europeo. Unos buenos resultados en casa para Ursula von der Leyen, que quiere repetir como presidenta de la Comisión Europea.

Poco después del cierre de los colegios, sólo con los buenos resultados que les auguraban los sondeos a pie de urna, el líder de la CDU, Friedrich Merz, compareció para pedir al gobierno federal que tome nota del descontento de los ciudadanos. Los resultados de las europeas tienden a servir de termómetro para las elecciones federales, previstas para octubre de 2025. Según las encuestas, sólo uno de cada cuatro alemanes está contento con el gobierno, y con esos resultados ha quedado constatado el voto de castigo para los tres partidos que lo conforman.

Los socialdemócratas del SPD se quedan con un 13,9% de los votos –desde el casi 16% de las europeas de 2019 mientras que la AfD obtiene un 15,9%. El canciller Olaf Scholz no ha salido a realizar ninguna valoración de la jornada. Los Verdes se estrellan y pasan de segunda a cuarta fuerza con un 11,9% de los votos (desde el 20% de 2019) y los liberales siguen empeorando resultados y podrían quedar fuera del Bundestag si no superan el umbral electoral.

El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania no ha perdido la fuerza que los analistas vaticinaban y se convierte en la segunda fuerza más votada. Los escándalos que salpican a sus líderes desde hace meses no han bajado su popularidad, e incluso han sido la opción preferida de los votantes más jóvenes, de entre 16 y 25 años. Pese a la ola de protestas que se desataron a principios del 2024, después de que un medio revelara que algunos miembros de la AfD habían participado, junto con empresarios y neonazis, en una reunión secreta en la que debatían un plan para expulsar a ciudadanos con raíces extranjeras, el partido sigue ganando terreno.

Con posicionamientos que recuerdan el período más oscuro de la historia alemana y con vínculos con Rusia y China que les han llevado muchos quebraderos de cabeza, la AfD tendrá ahora 15 eurodiputados, más que los socialistas (14) y los Verdes (12 ). Ahora bien, no se sabe si habrá algún grupo que les acogerá, porque otros partidos de extrema derecha del continente han roto relaciones con ellos a raíz de unas declaraciones en las que el cabeza de lista, Maximilian Krah, blanqueaba las SS nazis.

Irrupción del populista BSW

También ha sido protagonista Sahra Wagenknecht, una exdiputada del partido de extrema izquierda Die Linke que formó su propio partido y se ha estrenado con buena nota, un 5,3% de los votos, porcentaje que les sitúa por delante de Die Linke y del Partido Liberal. Su partido, BSW, es clasificado a menudo como populista y mezcla ideas socialdemócratas en cuestiones sociales y de derechas en temas como el cambio climático y la inmigración.

Buena parte de la sociedad alemana considera que la representación en el Parlamento Europeo es importante, y la participación es tradicionalmente más alta que en el conjunto de la UE. Esta vez el 64% de los electores, entre los que por primera vez había jóvenes de 16 y 17 años, fueron a votar, la cifra más alta en el país desde el 65% de las elecciones europeas de 1979.

Habrá que ver cómo se trasladan estos resultados a las elecciones de los lands ya escala federal, pero de momento ya se auguran muchos quebraderos de cabeza para Scholz y sus socios. La nueva prueba de fuego tanto para los partidos de la coalición como para los conservadores será este otoño, con las votaciones en tres lands de la antigua Alemania del Este donde la extrema derecha AfD ha ganado a las europeas. Hasta ahora ningún partido se ha avenido a pactar con la AfD ni a nivel federal ni estatal.

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