Carme Noguera, la mujer más mayor de Cataluña: "¡A los Reyes les pido salud y que me hagan un poco más joven!"

La histórica enfermera de 111 años comparte con el ARA cómo celebra las fiestas rodeada de familia y amigos

Carme Noguera, de 111 años, es la mayor mujer de Catalunya
Abril Lozano
25/12/2025
4 min

Taradillo"Ser o no la persona mayor de España me da igual", dice Carme Noguera, histórica enfermera de 111 años. Ella no da mucha importancia al título de persona más longeva del Estado, que hace unas semanas le arrebató una vecina de León, de 112. Aunque sigue siendo la mayor de Catalunya, hay otro reconocimiento que ha recibido últimamente que le hace más ilusión: el de ser bisabuela. Al preguntarle por ello, sonríe y confiesa que "es un niño muy espabilado desde que nació y ser bisabuela es muy bonito", y no puede estar de contar algunas anécdotas con el niño.

De hecho, Carme es una mujer muy familiar, y como cada año tiene previsto celebrar las fiestas de Navidad con los que más le quieren. "Yo no organizo nada, ahora se cuida de mi hija", dice, pero reconoce que hay algunas tradiciones que para ella no pueden faltar en estas fechas señaladas. "Cada año comemos canelones por Sant Esteve, hacemos cagar el tió y recibimos la visita de los Reyes", dice. Ahora bien, Carme confiesa que lo que más le gusta es la escudella de galets con pelota, así que deben prepararla año tras año sin falta.

Navidad para esta centenaria es una época especial, y cuando Dolors, su hija, le recuerda el hito más destacado de estos días se le ilumina el rostro: "Vuelve de Bruselas Núria, ¡mi nieta mayor! Nos amamos mucho". Cuenta que lleva mucho tiempo viviendo fuera y, como ocurre en muchos hogares, estos días también son fechas de reencuentro, que es lo que Carme espera con más ganas.

Una Navidad con nuevas tradiciones

La hija saca el móvil y pone en marcha un vídeo. Se ve un grupo de personas mayores que cantan juntos el villancico El chico de la madre, y en primer plano aparece Carmen, luciendo un collar y una blusa perfecta para la ocasión. Parece, pues, que nunca es tarde para adoptar nuevas costumbres navideñas. "Ha sido su primer concierto con la coral de la residencia", explica Dolors. Una vez a la semana los integrantes del corazón se encuentran para ensayar, pero ésta ha sido la primera actuación de Carme ante el público. "Me gustó mucho, y no estaba nada nerviosa", dice presumiendo.

Carme y su hija Dolors, con quien vive en Taradell

Aunque Carme celebra Navidad con ganas, para ella la fiesta gorda siempre cae el 22 de agosto, por su cumpleaños. "Este día, en casa, ya no cabría nadie más", dice bromeando la hija. Cuando cumplió los 110 tuvo cuatro celebraciones distintas: una con su familia, una con sus médicos, una con sus amigas y la última con sus compañeras de inglés, idioma que estuvo aprendiendo hasta los 105 años.

Esta curiosidad y el aprendizaje constante han sido dos motores clave a la hora de llegar a la etapa centenaria con la mente clara, pero confiesa que todavía le quedan tareas pendientes. "De pequeña los Reyes me llevaron un piano de juguete. Me hizo mucha ilusión, pero habría preferido que fuera uno en serio para aprender a tocarlo", explica.

De Navidad durante su infancia guarda muy buenos recuerdos. Dice que entonces ya hacía cagar el tió –aunque llevaba comida y no juguetes como ahora–, y que la señal para saber que ya había regalos debajo de la manta era sentir cómo se destapaba una botella de champán. Por la puerta de su casa pasaba la cabalgata de los Reyes y los niños le esperaban con un farolillo en la mano, y además su familia tenía la costumbre de montar un belén muy lucido. El mayor cambio para Carme, si compara las Navidades de principios del siglo XX con el de ahora, es la familia, porque "ahora los padres ya no están", pero ha dado la bienvenida a hijos y nietos que lo celebran a su lado.

Un 2025 marcado por un ingreso hospitalario

Este año no ha sido fácil para Carme, que tuvo que pasar cuatro meses ingresada porque se le complicó la salud a raíz de una caída. Durante este tiempo dice que los médicos del Hospital Vall d'Hebron han sido sus "ángeles de la guarda", y tanto ella como Dolors se deshacen en elogios hacia el equipo médico del centro. La hija piensa que los doctores de otros hospitales no querían operarla por una cuestión de edadismo. "Solo miraban la edad del carnet, y no se fijaban en su buena condición. La operación le ha salvado la vida", asegura.

El ingreso hizo que su vida social tuviera que bajar el ritmo, pero aún ahora le gusta explicar anécdotas y chistes cada vez que tiene la ocasión. ¿Y qué ha pedido este año la mayor mujer de Cataluña a los Reyes Magos? "¡Que me traigan salud, fuerza y ​​que me hagan un poco más joven!", afirma. Y si tuviera que dar la llave para alcanzar los 111 años, Carme Noguera lo tiene claro: "Hay que comer poco, dormir mucho, tener sentido del humor y, sobre todo, no morirse".

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