Territorio, diversidad e inclusión: los valores del cooperativismo

Escuelas cooperativas: ¿qué son, cómo funcionan y qué las diferencia del resto?

En Cataluña existen más de 40 cooperativas de enseñanza, un modelo poco conocido, pero que aglutina a unos 17.000 alumnos y 1.900 trabajadores. Las familias, el equipo docente y el resto de personal son propietarios a partes iguales y toman las decisiones de forma democrática

La Escola Daina Isard, en Olesa de Montserrat, es una cooperativa de enseñanza con más de 1.200 socios y socias.
04/07/2025
5 min

Son las 9 de la mañana y, en las inmediaciones de la Escuela Daina-Isard, las familias esperan que se abran las puertas del centro. En su interior, el equipo docente se prepara para un nuevo día de clase y el personal de administración y servicios ya lo ha dejado todo en su sitio. La estampa es muy similar a la que se vive cada día lectivo en el resto de escuelas de Catalunya. Ahora bien, en esta escuela de Olesa de Montserrat, en el Baix Llobregat, existe una particularidad que no se ve muy a menudo: las familias que esperan son propietarias del centro a partes iguales. Todas pueden intervenir en las decisiones que afectan al rumbo y la organización del centro donde estudian sus hijos e hijas.

L’escola cooperativa catalana, en xifres

40 escoles

cooperatives

17.000

alumnes

1.850

professionals

5.500

socis i sòcies

40 escoles

cooperatives

17.000

alumnes

1.850

professionals

5.500

socis i sòcies

40 escoles

cooperatives

17.000

alumnes

1.850

professionals

5.500

socis i sòcies

Esto ocurre porque la Escuela Daina-Isard es una cooperativa de enseñanza. Se trata de un modelo muy arraigado en Catalunya desde hace décadas, pero que todavía es bastante desconocido. Este año, por ejemplo, la escuela de Olesa celebra 55 años de vida y lo hace con más de 1.200 socios y socias cooperativistas, 800 alumnos –desde infantil hasta bachillerato– y 100 profesionales. Como la Escola Daina-Isard, en toda Cataluña hay unas 40 escuelas cooperativas, que suman alrededor de 17.000 alumnos y cerca de 1.900 trabajadores, según datos de EscolesCoop, la federación que aglutina a la mayoría de escuelas cooperativas del país. Pero, exactamente, ¿qué es y cómo funciona este modelo?

Los valores en el centro

"Somos un proyecto que crece gracias al apoyo y compromiso de todas las familias", reivindica al ARA Montse Herrera, directora general de la Escuela Daina-Isard. Las escuelas cooperativas se definen, precisamente, para tener un funcionamiento democrático y colectivo: son proyectos educativos gestionados por las propias familias, el profesorado y el personal no docente, que a menudo son también socios y socias. "Son centros concertados, pero el modelo cooperativo va mucho más allá de la titularidad o la financiación: lo que define a una escuela cooperativa es su manera de ser y de hacer, arraigada en los valores de democracia, participación, equidad, responsabilidad social y compromiso colectivo", completa el consejo rector de EscolesCoop preguntado por este diario.

La Escuela Daina-Isard, en Olesa de Montserrat, es una cooperativa de enseñanza con más de 1.200 socios y socias.

Entre las cooperativas asociadas a EscolesCoop se encuentran centros de educación infantil, primaria, secundaria, centros de educación especial, bachillerato y ciclos formativos, muchos de los cuales tienen una larga trayectoria histórica. "Aunque cuantitativamente somos una parte pequeña del sistema educativo, cualitativamente representamos una propuesta educativa transformadora, coherente y arraigada a los valores del cooperativismo", defiende la federación.

En Olesa de Montserrat, aparte de la Escuela Daina-Isard, existe otra cooperativa de enseñanza con una larga vida. Es la escuela Creixen Povill, fundada en 1934, federada en EscolesCoop y que cuenta con unos 700 alumnos de educación infantil, primaria y ESO. Desde 2018, el centro forma parte de Creixen Educació, una cooperativa de segundo grado que agrupa a varias escuelas cooperativas como Creixen Goar, en Viladecans, o la Creixen Terrassa, en Terrassa. Detrás hay tres cooperativas catalanas de peso: la Escola Sant Gervasi, Suara y Abacus.

Para las escuelas cooperativas, educar es sinónimo de formar ciudadanía activa. "Educamos por la libertad y por la responsabilidad", sintetiza José R. Bertolín, director pedagógico en Creixen Educació. Libertad entendida como la capacidad de decidir, equivocarse y participar. Y responsabilidad como el compromiso de actuar con conocimiento, respeto y autorregulación.

Según Bertolín, estos valores impregnan la vida cotidiana de los centros de Creixen: desde las asambleas de alumnos hasta su implicación en las juntas de evaluación o en la creación de las normas de convivencia. "La creatividad, el pensamiento crítico y la excelencia académica son objetivos que trabajamos desde el rigor y el compromiso compartido", apunta.

Las claves del modelo

Uno de los elementos que EscolesCoop destaca a la hora de explicar qué hace únicas las escuelas cooperativas es la autogestión, tanto pedagógica como económica, que tienen los centros. Pero sobre todo inciden en la importancia de los valores que transmiten. "Lo único que hace el modelo de escuela cooperativa es que pone en práctica los valores que promueve: colaboración, responsabilidad compartida, diálogo, democracia interna y compromiso social –explica EscolesCoop–. En la escuela cooperativa, el proyecto educativo y el proyecto de gestión caminan juntos, y esto se traduce en una coherencia profunda entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se hace".

En la Escuela Daina-Isard, que no está federada con EscolesCoop, coinciden. "Procuramos que el cooperativismo, como modelo organizativo y de valores, esté presente en las aulas y forme parte de la vida del alumnado en la escuela, desde educación infantil hasta bachillerato", asegura Herrera. Para ello, organizan desde asambleas semanales en las que el alumnado puede hacer oír su voz hasta comisiones temáticas formadas por el alumnado, el profesorado y las familias. "Tenemos una del 8-M que planifica y ejecuta los actos relacionados con el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, otra de implicación social que organiza desde campañas de donación de sangre hasta carreras solidarias, una más para prevenir el acoso escolar, que vela por el buen clima de convivencia en el centro...", ejemplifica la directora.

Una votación en la Asamblea General que EscolesCoop realiza anualmente.

Los retos de futuro

Desde EscolesCoop, de cara al futuro, auguran una larga vida en el modelo de escuela cooperativa y, de hecho, detectan un interés creciente por esta fórmula. "En un contexto marcado por las incertidumbres sociales y ambientales, muchas familias buscan escuelas que no sólo transmitan conocimientos, sino que ayuden a los niños y jóvenes a crecer como personas comprometidas, críticas y empáticas", explican.

Ahora bien, también lanzan un aviso. "Uno de los principales retos que tenemos por delante es mantener la sostenibilidad económica sin renunciar a la calidad ni a los valores cooperativos", asegura el consejo rector. La federación cita los cambios normativos y la falta de actualización de la financiación del concierto educativo como dos de los elementos que ponen mayor presión sobre los recursos de los centros. "Esto afecta, por ejemplo, a la capacidad de invertir en innovación o garantizar condiciones laborales adecuadas", apuntan. También señalan que las normativas están a menudo pensadas "desde una mirada uniforme", que no siempre se tiene en cuenta la singularidad del modelo colaborativo y participativo de las cooperativas de enseñanza.

"Somos optimistas desde la prudencia", afirma José R. Bertolín, de Creixen Educació. Para él, el modelo cooperativo ha demostrado sobradamente su solidez, especialmente en momentos de incertidumbre o volatilidad. "Quizá, precisamente, porque es un modelo compartido, participado y participativo, en el que el bien común es siempre el punto de partida", reflexiona. Esta forma de hacer, asegura, dota a las escuelas cooperativas de un valor añadido para afrontar los grandes desafíos colectivos. "Creemos que la propuesta cooperativa es, hoy, imprescindible para dar respuesta a los retos de la sociedad del siglo XXI", concluye.

Los 10 principios esenciales de la escuela cooperativa
  • Propiedad compartida

    La escuela es una cooperativa de familias, trabajadoras y docentes.

  • Participación democrática

    Las decisiones se toman colectivamente y con igualdad de voto.

  • Educación integral

    Se promueve el crecimiento personal, emocional y comunitario del alumnado.

  • Compromiso con el entorno

    La escuela se implica activamente con el territorio y su realidad social.

  • Gestión transparente

    Las cuentas, decisiones y proyectos se explican abiertamente.

  • Innovación pedagógica

    El aprendizaje se basa en metodologías activas y críticas.

  • Coeducación e inclusión

    Se atiende a la diversidad y se trabaja por la igualdad de oportunidades.

  • Sostenibilidad

    Se fomentan prácticas respetuosas con las personas y el medio ambiente.

  • Trabajo en equipo

    El claustro y las familias cooperan en el proyecto educativo.

  • Sin ánimo de lucro

    Los beneficios se reinvierten en mejorar la escuela y la comunidad.

stats