Navidad, fiesta de alegría. ¿Qué te falta por celebrarlo?

La gastronomía navideña

Es imposible decir Navidad y no pensar en las comidas, los encuentros, sobre todo en familia pero también con amigos, y casi siempre está alrededor de una mesa, pero ¿por qué nos libremos en Navidad? ¿Y qué tienen de especial estos encuentros?

La comida del día 25 de diciembre no es una comida cualquiera. Para empezar las familias a menudo deben alterar el espacio, mover mobiliario, ampliar la extensión de la mesa o conseguir más sillas para albergar a toda la gente invitada. Incluso la mesa se adorna para la ocasión con manteles, cubiertos y vajilla diferentes, y se decora con velas o detalles florales. “Revestimos la mesa para convertirla en una especie de altar familiar. Alrededor de esta mesa se celebrará la comida de Navidad, cuya función es reunir a lo que llamamos familia. Su utilidad es hacer visibles a sus miembros, renovar los vínculos entre ellos y sobre todo redefinir el grupo familiar con posibles incorporaciones y bajas”, comenta Amadeu Carbó, folclorista y autor del libroCelebramos la Navidad. Aunque el concepto de familia haya evolucionado, sigue siendo una construcción dinámica, que aprovecha este momento del año para hacer balance, cerrando un tiempo viejo y redefiniendose para afrontar el nuevo tiempo que vendrá. La jerarquía sigue estando presente en las mesas, situando en las zonas preferentes a los más grandes de la familia y dejando en una de las puntas a los más pequeños, que acaban teniendo un papel destacado. "En especial cuando dicen el verso, finalizan las conversaciones simultáneas y se centra la atención en los niños, que pasa a ser protagonista, es un momento casi litúrgico porque se está visibilizando la continuidad del grupo familiar, por eso es tan importante" , apunta Carbó.

Los tiempos cambian y las tradiciones evolucionan. En una sociedad rural el núcleo familiar estaba muy claro, pero la industrialización supuso un punto de inflexión que cambió todo progresivamente. Los movimientos migratorios han hecho que hibridemos costumbres y tradiciones, por eso en Cataluña muchas familias han adoptado la Nochebuena y la celebran. La comida de Sant Esteve era práctica, no tenía nada que ver con la celebración, después de encontrarse en la casa solariega tenían que hacer el camino de regreso. Y hasta no hace tanto la Nochevieja y la comida de año nuevo no tenía el peso que ha alcanzado últimamente. “El consumo, el ocio y el negocio explican estas últimas incorporaciones. El almuerzo del primer día del año es una comida de celebración del inicio de un tiempo, pero que no tiene la importancia de la comida de Navidad”, comenta Carbó.

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Conexión emocional con la tradición

Que llegue Navidad, volvamos a encontrarnos para celebrarlo y nos reunimos en torno a la mesa compartiendo unas comidas que repetimos año tras año, supone una conexión emocional con las tradiciones y costumbres.

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¿Qué podemos comer? "La cocina catalana está más de moda que nunca", asegura Carme Gasull, periodista especializada en alimentación y gastronomía. Comenta que fuera de la capital catalana y en el mundo rural siempre ha estado presente esta tradición y en Barcelona está volviendo con fuerza. De hecho,La cocina catalanaera uno de los grandes ejes temáticos del Gastronomic Forum Barcelona que se celebró en noviembre, donde se evidenció el regreso a las raíces y la tradición en la cocina como una de las tendencias actuales y de futuro. La cocina catalana seguirá siendo noticia, sólo faltan unas semanas para que Catalunya se estrene como Región Mundial de la Gastronomía 2025. Gasull lo tiene claro: "Ahora lo más moderno es llenar la mesa de platos clásicos catalanes". Cada vez es más habitual que la gente opte por continuar la tradición en los restaurantes. Una opción que se explica porque las casas son más pequeñas y no siempre hay espacio para encontrarse con toda la familia, "y también porque desgraciadamente se tiende a cocinar menos", apunta la periodista. Para quien prefiere dejar la cocina en manos de profesionales, existen muchas empresas catalanas que ofrecen buenos productos y platostoppor encargo.

Tablas llenas de tradición y la posibilidad de innovar

Quien quiere recurrir a la tradición lo tiene fácil: para el almuerzo de Navidad puede optar por la típica escudella, la carne de olla y el pollo capó; unos canelones por Sant Esteve, que son relativamente modernos –llegan a la cocina catalana en el siglo XVIII y se popularizan en el XX cuando en el obrador de pastas El Pavo consiguen hacer las láminas de pasta seca–, dulces que no pueden faltar como barquillos, turrones y el roscón de Reyes para el día de Reyes, y todo ello regado con un cava o vino novato.

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Si a alguien le apetece aprovechar otras tradiciones culinarias navideñas, también puede hacerlo con un toque catalán. Gasull propone viajar añadiendo unpaté en croute, plato tradicional francés que elabora el tarraconense instalado en Puigcerdà Albert Boronat, que elabora en el obrador Casa TOC mezclando técnicas de cocina, pastelería y charcutería. Y a la hora de los dulces, un panettone. “En el último concurso de mejores panettones artesanos del Estado 2024, organizado por el Gremio de Pastelería de Barcelona, ​​ha sido galardonada la pastelería Madeleine by Ferrieres en la categoría de mejor panettone artesano de chocolate, y la pastelería Canal para el clásico, el de frutas . Además, Tonatiuh Cortés de Suca'l - Cloustreet Bakery de Barcelona se ha llevado la Coppa del Mondo de Panettone 2024”, explica.

Otras bebidas navideñas

El cava es la bebida típica para acompañar las comidas navideñas. Meritxell Falgueras, sumiller y comunicadora, recuerda que puede estar bien optar por un cava rosado, que no es ninguna novedad pero a menudo no se piensa, y elegir el formato de litro. y medio aprovechando que es habitual ser más gente en la mesa: “El cava siempre ha apostado por crianzas largas, debe tener mínimo 9 meses, yendo a contracorriente del resto del mundo, que toma prosecco o espumosos. El cava tiene una boca más densa y ecléctica que hace más gastronómicos, va muy bien con los canelones”, comenta la sumiller. mediterráneo, un vino auténtico, joven, divertido, desenfadado y nervioso, que liga con escudillas pero también se le puede dar un punto frío. Reconoce que estaba un pocodemodé, "pero con el vino joven ha pasado como con el vino caliente, que se han vuelto a poner de moda, y vale la pena aprovecharlo". Termina con una recomendación de vino blanco, dice que el blanco es el nuevo tinto: “Hay muchos vinos blancos para tomar frente a la chimenea, son vinos con estructura, que han pasado por madera y han estado en contacto con levaduras. Un acierto”. Tanto si se quiere seguir fiel a la tradición como innovar existen múltiples opciones.