El hombre que nos trajo los colchones de muelles
El empresario aragonés Antonio Beteré impulsó el emporio de Flex
Antonio Beteré Salvador Empresario
- (1899-1976)
El pasado mes de enero dedicamos este espacio a glosar la figura del fundador de una de las marcas de colchones más conocidas de todo el Estado, los célebres Pikolin, nacidos en Zaragoza. En ese momento hicimos notar la circunstancia de que la otra gran marca española de colchones, Flex, también tenía su origen en la capital del Ebro, algo realmente curioso. Hoy toca hablar de la persona que puso la primera piedra de esa otra marca, Antonio Beteré Salvador.
En 1912 un pequeño taller de reparación de somieres donde trabajaba Beteré fue el embrión de la futura multinacional, que todavía no se llamaba Flex, una denominación que vendría muchos años más tarde. En 1925 Beteré da un paso clave, como fue pasar de reparar a fabricar sus propios somieres metálicos, a través de la creación de la marca Numancia. Tiempo después, aquel modesto taller se transformó en una verdadera empresa, bautizada como Flabesa (Fábricas Lucía Antonio Beteré, SA) y que ocupaba unas instalaciones mucho mayores. La presencia de la palabra Lucía al nombre de la sociedad hace referencia a Andrés Lucía Borge, tío de Beteré que había sido el fundador del establecimiento, inicialmente como simple herrería (1908). De hecho, el traspaso a las nuevas instalaciones fue gracias, en gran medida, a que a Lucía le tocó un premio importante a la lotería y apostó por invertir en el negocio que mantenía con el sobrino. En tiempos de la República quisieron ir más allá, y sin abandonar Zaragoza abrieron nuevas fábricas en Madrid, Andalucía y País Vasco.
El relevo generacional llegó justo al término de la Guerra Civil, cuando Lucía plegó y dejó todas las responsabilidades empresariales en Beteré. Una de las características de la nueva etapa fue la intensificación de las campañas publicitarias, primero en prensa y después en la radio, que consiguieron que la marca Flex empezara a resultar familiar a los españoles de aquella época (primer Flex nació como producto de Numancia y con el tiempo acabaría convirtiéndose en la denominación de la empresa).
En la década de los cincuenta, la empresa que lideraba Beteré era ya de los principales fabricantes de colchones de España, gracias a la expansión que llevaron a cabo por toda la Península a través de llegar a acuerdos con socios locales, lo que les permitía ganar una gran capilaridad sin agotar sus recursos financieros. En sus viajes por el continente europeo, Beteré descubrió los colchones con muelles y se decidió a fabricarlos en sus plantas. Suponían una gran innovación que dejaba atrás los clásicos colchones de lana, que necesitaban cierto tratamiento periódico.
En 1959, justo cuando se celebraban la boda de plata de la sociedad Flabesa, la fábrica alcanzó los mil quinientos trabajadores, y un año más tarde Beteré pudo inaugurar la novena factoría de la empresa. En la década de los sesenta alcanzó un nivel de producción tal, que se situó como uno de los principales productores mundiales de colchones. Tanto trabajo le valió, en 1962, la Medalla al Mérito al Trabajo, que tradicionalmente otorgan el consejo de ministros y el ministerio del Trabajo. Y aún debería asumir más responsabilidades, porque desde 1964 formó parte del consejo de administración del Banco Zaragozano (esta entidad fue absorbida en 2003 por el Barclays Bank).
Tras su muerte, la siguiente generación hizo aún mayor la empresa familiar y también la fortuna: su hijo, de nombre igualmente Antonio Beteré, fue uno de los principales accionistas del Banco Central a finales de la década de los ochenta (de hecho, fue miembro del llamado Clan de Madrid, un grupo de accionistas que apoyó al presidente del banco, Alfonso Escá). Si cuando hablamos de Pikolin recordamos que su eslogan "A mí plin, yo duermo en Pikolin" había calado en la cultura popular, en el caso de Flex y el suyo "Hoy me siento Flex",ideado en 1986, debemos decir lo mismo. Por cierto, durante los Juegos Olímpicos de Barcelona, la empresa de los Beteré fue uno de los principales patrocinadores, lo que permitió ver anuncios en los que el Cobi con pijama de rayas saltaba sobre una cama para acostarse.
La empresa hoy en día es propiedad, en un 80%, de la familia fundadora, cuyo socio es el fondo de inversión Aurica, vinculado al Banco Sabadell. La compañía está valorada en unos 400 millones de euros y en los últimos tiempos se ha publicado que los accionistas están buscando a un nuevo propietario.