El negocio de la guerra

La industria militar, poco arraigada en Catalunya

Catalunya solo genera el 8% de los puestos de trabajo de un sector concentrado en Madrid

BarcelonaLa industria de defensa y seguridad tiene una presencia baja en Catalunya, puesto que el sector se concentra en Madrid, que acumula más de la mitad de las empresas. Además, la mayoría de compañías que operan en Catalunya son extranjeras o de otros lugares del Estado.

En 2020 unas 21.000 personas trabajaban directamente en la industria de la defensa en España, a las que hay que añadir otros 30.000 puestos de trabajo indirectos adicionales, según datos del gobierno estatal. De los lugares de trabajo directos, un estudio de 2018 del Centro Delàs de Estudios por la Paz calcula que solo 1.746 personas estaban en Catalunya, un 8% del total, cuando Catalunya representa el 16% de la población del Estado y el 19% del producto interior bruto (PIB). Se trata, pues, de una cifra modesta en comparación con el peso económico catalán en el global de la economía estatal. Para comparar, la empresa que más empleados tiene en Catalunya, Seat, tiene una plantilla de unas 14.000 personas.

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De estos más de 1.700 empleados, casi 700 corresponden a una sola compañía: la consultora tecnológica Indra. Si se añaden dos consultoras más, la francesa Sopra Steria y la irlandesa Accenture, además de la constructora FCC, la automovilística Nissan y el fabricante holandés de productos de seguridad Gemalto, acumulan más de 1.300 trabajadores en el sector en Catalunya. Es decir, seis empresas suman tres cuartas partes de la ocupación, según datos de 2018. Hay que destacar también que, con la excepción de FCC, se trata de trabajo creado por filiales o delegaciones de compañías que no son catalanas.

La defensa y la seguridad no despiertan un interés muy elevado a nivel empresarial en Catalunya. De hecho, de las cerca de 250 compañías que aparecen en el catálogo 2019-2020 de la industria española de defensa que publica el ministerio de Defensa, solo ocho tienen la sede en Catalunya. No obstante, en el catálogo no salen ni mucho menos todas las empresas que se dedican al sector, que el ministerio sitúa por encima de las 500 en el conjunto de España. Por ejemplo, empresas catalanas como la ingeniería Comsa o la compañía de aeronáutica Cimsa no aparecen en el documento a pesar de dedicarse parcialmente al sector de la seguridad y la defensa.

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Madrid y Andalucía concentran el sector

Así pues, la baja presencia de empresas militares en CataluNYa es un hecho y puede resultar sorprendente si se para a pensar que es la comunidad más exportadora y más industrial de un estado que se encuentra entre los diez exportadores más grandes de material bélico del mundo. En cambio, dos comunidades autónomas con menos poder industrial concentran el 80% de las compañías de la industria de defensa española: Madrid y Andalucía.

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Madrid aglutina el 65% del sector. En este caso, el efecto de la capital juega un papel destacado en un sector que, sin tener en cuenta las exportaciones, depende exclusivamente del gasto del gobierno, principalmente del ministerio de Defensa. La fuerte centralización de la toma de decisiones de este departamento del gobierno favorece las compañías con más proximidad. Como pasa con las empresas energéticas o financieras, encontrarse cerca del regulador –que en este sector es a la vez el principal cliente– es una ventaja que muchas empresas no quieren desaprovechar.

En el caso de Andalucía hay otros factores. Por un lado, puede competir en el sector naval, ante un Madrid que no tiene mar. Andalucía, y en particular Cádiz, tienen una larga tradición de astilleros que el Estado ha utilizado para la construcción de naves de guerra. En este sentido, juega un papel destacado Navantia, empresa pública de construcción naval militar. Además, también favorece la presencia de un potente sector aeronáutico en la zona de Sevilla, donde está ubicada una factoría del consorcio europeo Airbus –que también participa en proyectos de defensa, como el avión de transporte A400M y el caza polivalente Eurofighter Typhoon–, por lo que se ha desarrollado alrededor un hub de empresas de aviación que pueden llevar a cabo proyectos tanto en el campo civil como en el militar.

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En las dos comunidades, además, hay importantes bases militares –Eructa y Morón, en Andalucía, y Torrejón en Madrid–, lo que hace que se concentre una proporción más elevada tanto de mandos y personal militar como del gasto en defensa. Fuera de estas dos comunidades, Castilla-La Mancha, Galicia –también por el sector naval en la Coruña, Ferrol y Vigo, con Navantia al frente– y el País Vasco son las otras comunidades autónomas donde se encuentran la mayoría de compañías armamentistas.

Un sector exportador
  • 83% de las empresas son pymes.Según el ministerio de Defensa, el 83% de las empresas españolas que trabajan en el sector de la seguridad y la defensa son pymes, es decir, tienen una plantilla inferior a 250 empleados, aunque no se conoce qué facturación suman estas pymes en comparación con las grandes firmas del sector.
  • 6.188 millones de euros de facturación.Las ventas acumuladas de todas las compañías del sector rozó los 6.200 millones de euros en 2017, según el ministerio. De esta cantidad, hasta 5.033 millones, el 81% del total, correspondió a ventas a otros países, mientras que la facturación en España fue de 1.155 millones de euros.