HOMENOTES Y MUJERES

El ingeniero que pasó de asesor en EEUU a alcalde de Barcelona

Enric Masó Vázquez, después de años de carrera en Estados Unidos, fundó la firma CECSA, que participó en la creación del satélite Intelsat IV

David Valero Carreras
3 min
Enric Masó Vázquez

¿Es posible que ¿el hijo de una tendera de Gràcia y de un mecánico acabe trabajando en el sector de la tecnología armamentista de Estados Unidos? Es muy improbable, pero Enric Masó había nacido para superar retos y explorar nuevos territorios, y la colaboración con Hughes Aircraft Company fue una de sus ocupaciones alrededor de los años setenta. Hughes AC era una de las grandes compañías aeroespaciales de los americanos, habitual contratista del departamento de Defensa y que había sido fundada en 1932 por Howard Hughes, el legendario.

La historia de Enric Masó había empezado en 1924, al venir al mundo a la trepidante Barcelona de la época, y estuvo marcada por el ascenso obsesivo y continuado. Se hizo ingeniero en la Universidad de Barcelona, ​​donde también se quitó el doctorado. En su época de estudiante ocupó varios cargos, entre ellos en el comité ejecutivo de un congreso internacional de estudiantes que se celebró en 1945, en el que, por cierto, diseñó e instaló un sistema de traducción simultánea pionero en el mundo.

El punto de inflexión definitivo llegó en 1949, al viajar a EE.UU. para realizar tres meses de prácticas. Cuando vio las posibilidades que ofrecía ese país para los ingenieros en comparación con la España de la posguerra, hizo manos y mangas para alargar su estancia. Se matriculó en la universidad y acabó obteniendo una plaza de profesor. Se especializó en management, hasta el punto de patentar un método de valoración de las relaciones empresariales llamado Masograph. El siguiente paso fue establecerse como consultor independiente, trabajo con el que a menudo cobraba los honorarios con participaciones en las empresas que asesoraba. Pero en los años cincuenta ya vislumbraba un regreso a España, por lo que en 1954 firmó un contrato de asesoramiento con el INI, al tiempo que empezó a diseñar las bases aéreas de la península. Un episodio curioso fue el acuerdo con el empresario del metal Miquel Mateu Pla para construir las antenas de la playa de Pals para Radio Liberty, un proyecto financiado por la CIA.

En 1962 regresó definitivamente a España y logró la licencia para fabricar los televisores americanos Emerson. Aquello fue el embrión de su gran sueño electrónico, firma CECSA (Compañía de Electrónica y Comunicaciones, SA). En los siguientes años, sus capacidades, así como su talante cercano y simpático le abrieron muchas puertas. Por ejemplo, formó parte del núcleo fundador del Banco Industrial de Catalunya (1965) y un año después estuvo en el consejo de administración de la compañía Cervezas Barcelona.

Sus mayores éxitos a este lado del Atlántico estaban a punto de llegar. En 1968 la firma CECSA tomó parte en la fabricación de varias piezas de los satélites europeos Intelsat IV, tres años después fue nombrado presidente de CASA (compañía pública aeronáutica), consiguió un buen puñado de contratos con aeropuertos españoles los sistemas de control aéreo y en 1972 fue nombrado presidente de la Asociación Internacional de Constructores de Material Aeroespacial. Incluso fue escogido alcalde de Barcelona, ​​en sustitución de Josep Maria de Porcioles. Su mandato duró sólo dos años por el estruendo que originó la decisión de no permitir que unos fondos se empleen para la enseñanza del catalán. Al final, de su paso por la alcaldía lo que quedó fue el desbloqueo de los túneles de Collserola, un sencillo acuerdo dado que él había presidido Tabasa hasta días antes de ser alcalde.

Con la crisis de finales de los setenta, CECSA no cumplió las expectativas y fue vendida a la Corporación Industrial Catalana que dirigía Pere Duran Farell. En ese mismo período entró en el negocio hotelero, con la compra de los dos establecimientos de mayor prestigio de Madrid, el Ritz y el Palace, y tuvo como directivo del grupo a Jordi Robinat, conocido años más tarde por ser el hombre de George Soros en España. Su presencia en primera línea se va diluyendo lentamente a lo largo de los ochenta y noventa, pero su fortuna nunca dejó de engordarse. La muerte le llegó en el 2009, a los ochenta y cinco años.

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