El bolsillo

Intereses más altos a corto plazo: una anomalía que debe preocuparnos

El economista Andrei Boar explica por qué ahora se remuneran mejor los depósitos más breves

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La Gran Recesión De las oficinas bancarias

Vamos al banco y preguntamos por los diferentes depósitos disponibles. Vamos a mirar la renta fija: las letras del Tesoro a 6 meses y los bonos a 5 años. Y sorpresa: nos pagan más intereses a corto que a largo plazo. Por ejemplo, España nos paga más intereses por una letra del Tesoro a 6 meses (3,58%) que su bono a 5 años (2,83%). Lo mismo, con un depósito a 6 meses (3%) oa 2 años (2,4%).

En primer lugar, podríamos pensar que carece de sentido. Los intereses de cualquier inversión dependen, por un lado, del riesgo y, por otro, del tiempo. Piense: ¿le cobraría lo mismo a una persona a la que deja dinero por dos meses o por dos años? A más tiempo, mayor retribución. Esta simplificación entre el tiempo y el riesgo es lo que conocemos como la curva de tipos y que, en la práctica, depende de la expectativa futura de los inversores en relación a los tipos de interés.

Actualmente, tanto la deuda como los depósitos se pagan más a corto plazo. Nos encontramos sobre un fenómeno que conocemos en economía como la curva de tipos invertida. En febrero de 2024 tenemos los tipos de interés en máximos de la última década. Ahora bien, todo el mundo sabe que a partir del verano (y quizás incluso antes) los tipos empezarán a bajar en Europa aunque seguramente se estabilizarán en torno al 1-2%. Por tanto, si sabemos que dentro de un año los tipos serán la mitad, ¿por qué no nos avanzamos respecto a lo que retribuimos por la deuda del próximo año?

Esta expectativa futura de tipos de interés bajos es lo que provoca que la curva de tipos esté invertida de cara al 2025. A lo largo de la historia económica moderna, este fenómeno ha sucedido en 10 ocasiones y ha terminado siempre en una recesión económica. Sin embargo, es cierto que viviendo una situación económica excepcional es posible que acabemos evitando una crisis.

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