Hablemos de dinero

Jéssica del Moral: “Me he sentido culpable por tener mejores condiciones de vida que otros familiares míos”

La periodista y presentadora repasa su trayectoria profesional y su relación con el dinero

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Jésica del Moral

BarcelonaLa periodista Jéssica del Moral, nacida en Martorell, detalla el proceso migratorio de su familia para explicar sus orígenes. Del Moral define su situación como de “clase trabajadora” y pone especial énfasis en el transcurso vital de su abuelo: “Estuvo condenado a tres penas de muerte y después a trabajar forzosamente en el túnel de Vielha. Los pocos ahorros que tenía mi familia les perdió cuando la moneda republicana pasó a ser ilegal y se vieron como muchas familias en situación de miseria”.

“A veces me he sentido culpable por tener mejores condiciones de vida que otros familiares míos”, reconoce Del Moral. La comunicadora también narra cómo, de pequeña, sus padres optaron por matricularla en una escuela concertada, “como hacen muchos padres, pensando que así tendría más oportunidades futuras”. Sin embargo, Del Moral recuerda cómo las desigualdades económicas también se hacían notar en la escuela. “Iba a la escuela en Sant Sadurní d'Anoia y todas las familias tenían viñedos, así que yo preguntaba a mis padres por qué nosotros no teníamos, pero ya me dejaron claro que en casa no éramos latifundistas”.

De mayor, Del Moral optó por estudiar periodismo porque sentía una gran pasión por la escritura. Durante la época universitaria, compaginaba sus estudios con trabajos como una librería o un cine. Con su primera nómina, Del Moral decidió invitar a su madre a un balneario: “Siempre había sido una broma entre las dos y pensé que era un buen detalle, ya que ella llevaba muchos años trabajando mucho para darme lo que necesitaba. Luego, sin embargo, pensé que era un lugar de ricos que no se parecía a lo que yo había proyectado en mi cabeza”.

En cuanto al mundo del periodismo, Del Moral ha acabado trabajando más en el sector audiovisual, ejerciendo como presentadora y redactora en medios como COM Ràdio, RTVE Catalunya, Europa Press o la Cadena SER Baleares. “Mi mejor decisión fue comprar un billete de ferry e instalarme en Menorca. Allí hice de periodista y aprendí mucho, fue mi escuela”, señala. Posteriormente regresó a Barcelona, ​​donde se instaló definitivamente.

Del Moral, que presenta actualmente el programa Connecti.cat en La Red, recalca que el periodismo es un sector en el que hay que escoger entre “visibilidad o estabilidad laboral”. “Cuando no paraba de encadenar contratos temporales en varias redacciones fui haciendo posgrados de comunicación corporativa porque a largo plazo no lo veía claro. La gente cree que en televisión es todo muy divertido, pero da muy mala vida y nunca sabes si tendrás trabajo”, sostiene.

Del Moral también narra cómo estuvo siete meses en paro durante una temporada y cómo vivió aquella situación: “Se me hicieron larguísimos y te llega a afectar a la autoestima, piensas que no encuentras trabajo porque no eres válida. Justo acaba de comprarme un piso y me pasaba el día cruzando los dedos”.

A pesar de su situación personal, Del Moral reflexiona sobre el contexto del sector, que “ha empeorado en los últimos años”. “En este país se castiga la veteranía y siempre vendrá alguien más precario a ocupar tu sitio. Es curioso cuando los periodistas hacemos prendas de precariedad, nos falta autocrítica”, sentencia.

En esta línea, sin embargo, la periodista afirma que la situación de inestabilidad y precariedad es común también en otros sectores como el artístico: “Me enamoré de un músico ya través de él he visto que es un factor común en su mundo laboral. Él no sabe si cobrará al mes siguiente ni qué trabajo va a tener; el panorama cultural es infinitamente peor”.

En cuanto a sus finanzas personales, Del Moral dice tener la conciencia de clase “muy interiorizada”: “La procesión va por dentro: me considero hedonista, pero tengo una voz interior que me reprime”. En cambio, en cuanto a malas inversiones, Del Moral admite que es despistada y que a veces compra entradas para espectáculos o eventos que no acaba materializando. "He perdido algunos aviones así", dice riendo.

Sobre su futuro, la comunicadora confiesa que es un pensamiento que le genera angustia. "No sabemos hacia dónde va la profesión, ha cambiado mucho con los años y me cuesta proyectarme, pero tengo capacidad adaptativa y empuje", concluye.

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