Empresa

El laboratorio secreto de Olot donde toman cuerpo los diseños de grandes marcas de moda

PattLab desarrolla patrones digitales y prototipos para Zalando, Bobo Choses, Rita Row, Pimkie y muchas firmas del grupo Inditex

OlotJunto a la Fuente del Ángel de la plaza Mora, en medio del barrio antiguo de Olot, una sencilla placa en los buzones de la entrada de un edificio de la calle Antoni Llopis informa de la existencia de PattLab ( Pattern Laboratory) en la segunda planta. Descubrimos un espacio casi secreto, sorprendente, diáfano, moderno, con una actividad que entronca con la tradición del textil olotense, pero donde los viejos telares son ahora ordenadores con programas que desarrollan patrones digitales y prototipos de colecciones de moda de primeras marcas . Sin embargo, no faltan las máquinas de coser donde se cosen los prototipos.

Núria Paguina Riera, de Palafrugell, fundó la empresa hace ocho años y hace seis que quiso instalarse en el centro de Olot, sobre todo porque es una enamorada de la Garrotxa desde pequeña y tenía mucho claro que quería vivir y trabajar. Lo que ha conseguido no es fácil: “Que las grandes marcas tengan confianza en nosotros y tener una solvencia contrastada en el mundo de la moda. ¡Y desde Olot!” Estudió diseño de moda en Barcelona y después patronaje y confección en el IES Garrotxa. Cuenta con orgullo que la gente de su equipo (tres patronistas, dos confeccionistas y un encargado de administración y redes) son “hijos del IES Garrotxa”, un buen plantel del patronaje y el diseño de moda.

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En PattLab desarrollan ropa o colecciones enteras que llevan los diseñadores y las marcas. No podemos fotografiarlos porque son diseños todavía confidenciales. Primero elaboran el prototipo partiendo de una ficha de diseño con el dibujo, el tejido y las fornituras, y después lo prueban en una modelo real, que es cuando se ven las propiedades del tejido, cayendo y cómo se adapta a un cuerpo . Para ir bien, en esta prueba debe estar el técnico patronista, el diseñador y el comercial (que da su visión sobre la venta). El escalado (paso a las tallas) no se puede hacer de forma automatizada en el ordenador, “porque tienes que ponerle condiciones en cada pieza”, advierte Paguina. El incremento y la reducción no son proporcionales y dependen mucho de cada diseño. “Por ejemplo, en las tallas no se crece en ancho de espalda, pero sí en barriga, pecho o culo”, añade. En las colecciones siempre hay dos o tres modelos que caen por diversos motivos. “De ahí no sale nada que no sea bonito, pero nosotros nos encontramos los problemas y los corregimos, no se puede detener el proceso de producción, porque genera pérdidas. El plus añadido que tenemos es que somos diseñadoras”.

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La polémica de las tallas

Sobre la polémica de las tallas, Paguina explica que “lo que confunde al gran público es que las marcas no acaban de definir bien el target al que se dirigen”. Por ejemplo, continúa, “no es normal que una persona mayor de 50 años entre en el Bershka para comprar un top, porque no es el target. Mejor que vaya al Zara”. La fundadora de PattLab cree que Inditex es quizás quien tiene más claro a qué nicho de mercado se dirigen sus marcas. El problema es que muchas marcas de ropa para persona adulta ponen como modelos a personas jóvenes y, de alguna manera, juegan a la confusión. “Pero esto es lo que quiere muchas veces el comprador, que quizá prefiere ver la ropa en una persona joven, porque la rejuvenece”. PattLab ofrece también estudios completos de corte para las marcas, porque los tamaños varían mucho según las edades.

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Es fácil crear una marca

“Nunca había sido tan fácil como hoy hacer una marca de ropa, pero lo que cuesta es mantenerse, que significa formarse como empresario, en marketing, crear equipo, estructura y, sobre todo, tener financiación”, explica Paguina , que ha visto desaparecer muchas firmas. Por esa dificultad de mantenerse, aprecia las marcas que han crecido en su laboratorio, como Bobo Choses, que elabora ropa de mujer, de niño y de bebé desde Mataró y con una impresionante tienda en Barcelona; Rita Row, en Figueres, que vende en EE.UU.; Baymo, de Barcelona, ​​que elabora ropa informal de fiesta y bodas, o Gabriela Coll, también de Barcelona.

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Están a punto de llegar al centenar de marcas. Han elaborado patrones para casi todas las marcas de Inditex, una empresa que lo subcontrata casi todo. “Compran y venden. En el mundo de la moda todo está subcontratado. Es como un supermercado. Le fabrican ropa a su nombre y ellos ponen la marca. Tienen miles de proveedores que les producen de todo”, explica.

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Sobre la copia de los diseños, en PattLab lo tienen claro: “En el mundo de la moda, absolutamente todo el mundo copia de todo el mundo, o se inspira, si quieres decirlo así”. Hay varias ferias, como la Première Vision de París, que marcan tendencias a los diseñadores y que es de donde arrancan después los fabricantes de tejidos. “Pesan más el dinero que la creatividad, que ahora se puede encontrar más en los talleres distendidos de costura y patchwork. La creatividad no es comercial. Cuanto más creativo, más poeta, menos ventas –explica Paguina–. Los creativos son para las marcas de lujo”.

PattLab quiere crecer continuando dando servicio a marcas de patronaje, pero ampliando otros sectores de negocio, como el servicio de plotter para patronistas o los servicios de simulación 3D para ver en pantalla cómo quedaría una pieza sin necesidad de confeccionarla .

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Patrones y costuras en casa

El mundo de los patrones y costuras para realizar en casa vive una época de efervescencia. Hay más profesionales que se dedican a realizar estos patrones que a los patrones profesionales que elabora PattLab. Por eso, a veces también colaboran con empresas dedicadas a vender patrones domésticos, como Miona Fashion Lab.