Psicología

¿Te llena de regalos y cuidados? Cuidado, puede ser 'love bombing'

Esta estrategia de manipulación utiliza la sobreatención amorosa y las muestras de cariño desmedidas para enganchar a la víctima a la relación

Laura Minguella
y Laura Minguella

BarcelonaAina (nombre ficticio) vivió una situación de maltrato psicológico que la aisló de su entorno y le afectó mucho la autoestima. Al inicio de la relación, su ex pareja se mostraba muy atento y le hacía sentir especial: "Todo era de color de rosa: había muestras de cariño continuas, mucha atención, me hacía muchos regalos que me hacían sentir especial y muchas promesas de futuro. Me decía que yo era el amor de su vida y tres meses después de empezar a salir ya me pidió vivir juntos", explica. Pero los expertos alertan de que en muchas ocasiones este bombardeo de amor no es fruto del enamoramiento, sino que es una forma de manipulación conocida como love bombing.

Los terapeutas de pareja destacan que en una relación de amor verdadero los sentimientos son recíprocos, crecen de manera natural y las muestras de cariño son bidireccionales. En cambio, cuando hay love bombing las muestras de cariño son desmesuradas e intencionadas, el amor se expresa de manera calculada y la atención fluye en una sola dirección porque hay una persona que intenta enganchar emocionalmente a la otra y hacerla dependiente de su cariño. La víctima idealiza el vínculo y siente que ha encontrado a la pareja perfecta, como Aina. "Creía que estaba con el amor de mi vida. Me repetía que me quería muchas veces al día y decía que estábamos hechos uno por otro... Parecía demasiado bueno para ser real y no supe ver que no lo era, de real".

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"El love bombing es simplemente un dedo de una mano, forma parte de una batería de estrategias de manipulación que utilizan las personas manipuladoras y maltratadoras", señala Fanny Mas-Jordana, psicóloga especializada en abuso narcisista y relaciones tóxicas del Centro de Psicología Barcelona. Apunta que los efectos del love bombing son como los de una adicción por los cambios neuronales que se dan en el cerebro: "Hace segregar feniletilamina, la hormona del enamoramiento, y sientes que tocas el cielo, nunca en tu vida habías estado tan bien, tan pletórico, y todo porque estás drogado con esa hormona, enganchado a esa sensación".

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Cuando la persona manipuladora lo considere oportuno, hará desaparecer el love bombing y allí donde había cumplidos, gestos amables y promesas hay ahora distanciamiento, silencio, críticas y desprecio. Es entonces cuando, según Mas-Jordana, aparecen "estrategias de manipulación destructivas como el ghosting, elgaslighting o la ley de hielo" y la persona manipuladora inicia una dinámica de chantaje emocional donde da a la víctima un mínimo de atención para reforzar su dependencia y poder manipularla, menguando más su autoestima. El efecto de llove bombing es tan potente que la víctima está dispuesta a exceder sus propios límites para volver a recibir el cariño y amor del principio: "Siempre volverá, da igual como la rebaje el agresor, la víctima ha quedado enganchada a la feniletilamina, a aquel estado celestial del principio", remarca la psicóloga. Y Aina lo corrobora: "Empezó a tratarme diferente, a ser distante, como si hubiera pasado algo entre nosotros, y yo no entendía nada, lo único que quería era volver a estar como antes, recuperar aquella conexión que teníamos, no me importaba nada más".

Los manipuladores saben que, cuanto más aislado estés, más fácil serás de manipular: "Empiezan a aislarte de tus amigos y familiares hablando mal de ellos y comienzan un ataque frontal contra las cosas que te hacen ser feliz y te recargan las pilas. Te quieren débil porque así pueden hacer contigo lo que quieran", asegura Mas-Jordana. "Criticaba mi forma de vestir, de hablar, las cosas que hacía y también la gente que me importaba, con quien le molestaba que hiciera planes", expone Aina. La manipulación de su expareja la hizo dejar el equipo de voley donde llevaba seis años jugando: "Me alejó de todo lo que me daba vida, del voley, que era una parte muy importante de mí, y me sentía perdida ".

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Efectos devastadores

Poner el punto y final a este tipo de relaciones es complicado porque cuando la persona manipuladora nota que la víctima está decidida a dejar la relación, vuelve a hacerl ove bombing para reengancharla: "Aunque cuando vuelves a estar enganchado, comienza otra vez la batería de herramientas de manipulación destructivas y te hacen bailar la cabeza", advierte Mas-Jordana. También es posible que la persona manipuladora decida poner fin a la relación "si encuentra un consumible más interesante": "Entonces te descartan: te retiran absolutamente toda la atención, todo el interés, todo, y desaparecen de tu vida como si nunca hubieras sido nadie", añade.

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Uno de los efectos sobre la salud mental que experimentan las víctimas de una relación así es el trastorno de estrés postraumático complejo. "Es un estrés postraumático de tipo 2, el relacional, que no es un trauma concreto sino el goteo de muchas cosas traumáticas que hace que la persona no se reconozca, como si le hubiesen arrancado una parte de sí misma, de su esencia. He tenido gente que ha llamado a la consulta diciéndome que se quiere morir, es terrible", afirma la psicóloga. La complejidad del trauma hace que la terapia convencional no funcione en estos casos: “En terapia se debe realizar un tratamiento basado en el trauma, ir mirando los momentos traumáticos que ha vivido la víctima, que son los que la mantienen enganchada a la otra persona, ya medida que se va perdiendo la carga del trauma va desapareciendo el deseo de volver".

Mas-Jordana apunta que las personas que hacen love bombing tienen un perfil narcisista o psicópata y que lo hacen porque les gusta tener poder sobre otra persona: "Hacen todo esto porque quieren ejercer poder sobre alguien, ya que se sienten tan inútiles que necesitan utilizar y despreciar a los demás para sentirse alguien, y tener a una persona arrastrándose por ellos les da una satisfacción brutal". Añade que los narcisistas lo hacen "para validarse a sí mismos", pero que los psicópatas no, porque son "personas sin alma ni emociones, están vacías por dentro, no saben lo que es el amor". Para estas personas la terapia no es una opción, porque todo lo que aprendieran lo utilizarían para manipular mejor: “No hay esperanza para ellas y es supercontraproducente que vayan a los psicólogos porque aprenderían más estrategias de manipulación y refinarían las técnicas. 'Debe descartarlos, no hay nada que hacer', concluye.

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Orígenes sectarios

Ellove bombingtiene sus orígenes en los años 70, en una técnica que la Iglesia de la Unificación de Estados Unidos, considerada una secta, utilizaba para atraer y retener a miembros. El término se utilizaba para explicar cómo los líderes de la secta engañaban a los seguidores a través de sobredosis de cariño, de modo que éstos sólo se sentían protegidos y seguros con las muestras de cariño desmedidas que recibían en la comunidad y estaban dispuestos a formar parte.

El estudio The 'love' that religiosos cultos offer and its effects on members afirma que el love bombing "es un medio para conseguir un fin: una farsa para reclutar a nuevos miembros", y que es una técnica configurada para controlar el comportamiento de los miembros de la secta incluso después de abandonarla.