El proyecto del Catalunya Media City también lo están siguiendo de cerca profesionales de disciplinas audiovisuales muy especializadas, como los que se dedican a la animación en stop-motion , hecha fotograma a fotograma. En BAU, el Centro Universitario de Artes y Diseño de Barcelona, se ofrece el máster en animación stop-motion , una formación única a escala nacional e internacional orientada a profesionales del sector del diseño, la comunicación, la animación o creativos en general que, sin ninguna titulación específica, quieran reorientar su carrera profesional hacia esta animación. Está avalado por la Universidad de Vic-Universitat Central de Catalunya (UVic-UCC).
"A escala mundial, la stop-motion ha vivido un crecimiento notable en los últimos años: lo demuestran producciones destacadas como las de los estudios Laika, las películas de Wes Anderson y la versión reciente de Pinocho de Guillermo del Toro", explica al ARA Frank J. María, coordinador del departamento audiovisual de BAU y coordinador del máster. "En Cataluña, aunque todavía es un sector pequeño, está en expansión, gracias a iniciativas formativas como este máster ya producciones locales como L'Olívia y el terremoto invisible , que ya están generando oportunidades profesionales reales y estables", analiza.
Para él, Catalunya Media City puede suponer un revulsivo para el sector. "El proyecto tiene el potencial de convertirse en motor de dinamización para nichos especializados como el de la animación en stop-motion ", asegura. Y añade: "Si se apuesta por dar espacio y apoyo a la creación manual y artística dentro del sector audiovisual, con el apoyo del avance de las nuevas tecnologías, se podrá consolidar una industria local competitiva a nivel internacional que favorezca tanto la creación como el empleo y la formación continua".
De momento, el máster atrae ya a estudiantes de los cinco continentes. "A lo largo de estos diez años, hemos recibido a alumnos procedentes de Latinoamérica, Estados Unidos, África, Europa central y del norte, Rusia, China, entre otros", especifica. Se trata de perfiles con una base artística sólida y, cada vez más, con avanzados conocimientos de cinematografía. "Todos comparten el interés por recuperar el arte tradicional del stop-motion en todas las vertientes, y valoran especialmente el contacto físico con la materia y la colaboración internacional para crear cortometrajes conjuntos", expone.
Los titulados han seguido caminos muy diversos: algunos han continuado su formación y trabajo en instituciones reconocidas como Aardman Animation –los creadores de los míticos Wallace y Gromit–, y otros han iniciado proyectos docentes y formativos en stop-motion en sus países de origen, como Colombia, Egipto, Estados Unidos y Rusia.