Los Mossos no destinaron los drones a seguir a Puigdemont y confundieron el coche con el que huía

La cúpula del cuerpo reconoce a Llarena "errores" en el dispositivo para detener al expresidente

BarcelonaLos Mossos d'Esquadra reconocen "errores" en el dispositivo del 8 de agosto que movilizó a 600 agentes para detener a Carles Puigdemont en Barcelona y así lo han hecho saber al magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena en el informe que les requirió el juez instructor de la causa del 1-O. Los agentes no previeron la posibilidad de que el expresidente huyera del Arc de Triomf, donde había organizado un acto político a las 9 de la mañana, y por ello, explican en el documento avanzado por El Confidencial y al que ha tenido acceso el ARA, el dron que vigilaba la zona no puso el foco sobre Puigdemont sino que siguió a la comitiva de personas que se dirigía hacia el Parlament.

Tampoco se fijó en el coche blanco al que teóricamente subió el expresidente con el secretario general de Junts, Jordi Turull. Según el informe policial, ese día se desplegaron tres equipos de la unidad de drones. El primero captó la llegada de Carles Puigdemont a las 8.57 h, pero el informe remitido al Supremo reconoce que los drones dejaron de seguir al expresidente una vez bajó del escenario.

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Como ya hicieron en la rueda de prensa posterior a la huida del expresidente, los Mossos vuelven a hacer autocrítica por no haber podido arrestar a Puigdemont argumentando que no preveían la posibilidad de que no se dirigiera a la cámara catalana. "En ningún momento se valoró como posible o probable que Puigdemont pudiera volver a Catalunya y no tuviera la determinación de acceder al Parlament", admiten los Mossos en el documento.

En este sentido, el informe detalla que uno de los agentes que vigilaba la zona por la que huyó Puigdemont intentó informar al resto de efectivos que el expresidente había subido al coche blanco, pero que no pudo hacerlo porque se estaban transmitiendo otras comunicaciones. El agente decidió entonces llamar por teléfono a su superior para comunicarle que Puigdemont estaba en un vehículo blanco que había salido del párking que hay en el mismo paseo, lo que impidió que el resto de miembros del operativo n' estuvieran al caso y siguieran centrados en la comitiva que se desplazaba hacia el Parlamento.

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Este mismo agente, según se explica en el informe, cometió otro error. En su persecución corrientes para detener el vehículo, informó de que el coche era un Peugeot cuando en realidad era un Honda HRV, fruto "de la tensión del momento" y porque intentaba evitar que "varios ciudadanos le interceptaran para interrumpir el seguimiento del vehículo". Esta confusión en la marca del coche evitó que el servicio motorizado de los Mossos pudiera localizar el vehículo con el que Puigdemont emprendió la fuga. El agente pudo seguir el vehículo por varias calles hasta que un semáforo se puso en verde y el vehículo emprendió la marcha perdiendo ya de vista al expresidente.

Los Mossos no descartan que el presidente Puigdemont quisiera entrar en el Parlament y aseguran que el recorrido que hizo el vehículo blanco al que iba él y Turull se dirigió hacia la zona del Zoo, donde, según explican los Mossos, había una puerta abierta, que detectaron por el circuito de cámaras, que se reforzó y donde se personaron Eduard Sallent y Montserrat Estruch, las principales cabezas del cuerpo. Las sospechas de los Mossos, sobre la posible entrada de Puigdemont por esta zona, también se reforzaron por la presencia del presidente del Parlament, Josep Rull, así como de dos escuderos de Puigdemont, Jami Matamala y el abogado Gonzalo Boye.

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Los argumentos del escrito firmado por el comisario jefe, Eduard Sallent, apuntan a una estrategia de "confusión y engaño" orquestada por un "grupo de fieles de Junts". En medio de la polémica, este mismo jueves el exconseller de Salud Toni Comín, también exiliado en Bruselas, ha defendido que el regreso del expresidente pretendía "pulverizar la idea de que la normalización política" ha llegado a Catalunya y que lo va conseguir “por KO técnico”. En un artículo publicado en El Nacional, Comín ha asegurado que se "trataba de hacer saltar por los aires" el relato de la normalización pero "desde el respeto más escrupuloso a la dinámica institucional", es decir, permitiendo la investidura de Salvador Illa.

Requerimiento de Llarena

Al día siguiente de la fuga, Llarena pidió a los Mossos d'Esquadra y al ministerio del Interior informes sobre el dispositivo policial para detener a Puigdemont. Llarena quería así conocer los elementos que determinaron el "fracaso" del operativo policial. En la providencia dirigida a Interior el magistrado preguntaba cuál era el operativo inicialmente aprobado y dispuesto para su detección en la frontera y detención, así como las órdenes posteriores que fueron cursadas ese mismo jueves para su detección en frontera y detención , después de su fuga. Por este motivo, el magistrado del Supremo preguntó a los Mossos ya Interior quiénes eran los agentes responsables del diseño del operativo, los responsables de su aprobación y al que se encomendó la ejecución o el despliegue operativo.

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En el informe que el ministerio del Interior remitió al Supremo, cuyo contenido se hizo público el martes de la semana pasada, indicaba que el Estado ofreció a los Mossos d'Esquadra el apoyo de los cuerpos de la Policía Nacional y la Guardia Civil para el operativo de detención del expresidente de la Generalitat, pero el cuerpo catalán no le requirió. También apuntaba que los dispositivos de control y vigilancia de los cuerpos policiales del ejecutivo español no detectaron "en ningún momento" la presencia de Carles Puigdemont en fronteras, puertos y aeropuertos desde el 11 de junio, cuando el magistrado instructor del Supremo decidió mantener en vigor su orden de detención. Una vez conocida la fuga de Puigdemont el 8 de agosto el ministerio reforzó la vigilancia en estos puntos.

El ministerio remarcaba que la Policía Nacional y la Guardia Civil mantuvieron activos los controles en las fronteras durante los días previos a la huida de Puigdemont, especialmente en Barcelona y en el área metropolitana. Ahora bien, apuntaba que en ese momento, y dada "la competencia y las capacidades operativas" de los Mossos, no llevaron a cabo ningún operativo en paralelo para detener a Puigdemont.