Interiorismo

Obras de arte textil que mejoran el sonido de todo tipo de espacios

Clara Sullà crea a mano desde la Bisbal paneles pioneros contra el ruido

La Bisbal de Empordà¿El arte puede ser práctico? ¿O sólo contemplativo? ¿Es posible que una obra colgada de la pared sea útil, más allá de nutrir nuestras necesidades culturales y buscar la transformación o denuncia social? Es la pregunta que se hizo Clara Sullà (Barcelona, ​​1979) después de estudiar bellas artes y probar suerte con las primeras exposiciones, que la llevaron hasta Viena, Londres y Egipto. Pero aquel mundo no acababa de llenarlo. Así que empezó a dar vueltas a uno de los materiales que le apasionaban y había tocado poco: los tejidos. Ahora crea lienzos sensoriales con un propósito muy claro. Si los tapices en época medieval, además de mostrar hazañas, tenían la función de calentar y aislar un espacio, en su caso en Sullà Studio producen soluciones textiles y artísticas para la insonorización de espacios.

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Desde un pequeño estudio y taller en la carretera principal que atraviesa la Bisbal d'Empordà, han desarrollado en los últimos cinco años un producto que no existía en el mercado europeo, más allá de productos de ingeniería sin pretensiones decorativas. La primera gran puerta que a Sullà se le abrió fue un tapiz a medida para el Ritz Mandarin Oriental de Madrid en plena pandemia. "Creo que fue por arte de magia –explica Sullà–. Me llamó una agencia internacional francesa de consultoría artística con una idea muy concreta". Entonces se le abrieron las puertas de restaurantes con estrella Michelin como el Bo.TiC de Corçà y todo tipo de espacios gastronómicos que se encontraban con problemas de reverberación que podían arruinar una buena comida.

El estudio de la Bisbal es un pequeño muestrario con todas las texturas de tela que Sullà ha ido creando a lo largo de los años y que hasta el 12 de enero se pueden ver expuestas en pequeño formato en el Hotel Palau Fugit de Girona , en el Barri Vell. Telas sensoriales que, además, han pasado largos exámenes europeos para estar homologadas a prueba de fuego para que no sean un riesgo para los locales donde están colgados.

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Una década en La Fura dels Baus

El vínculo de Sullà con los tejidos empezó de pequeña. "Mi abuela tenía una tienda para personalizar el ajuar en el Raval. Transmitía mucha pasión por los tejidos y desde pequeña me enseñó a escuchar las telas", explica mientras revuelve todo tipo de tejidos. Primero las "escuchó" desde La Fura dels Baus, ya que fue durante diez años directora del departamento de vestuario de la compañía, elaborando todo tipo de vestimenta escultórica para óperas, tanto para los músicos y cantantes como para los actores y figurantes. Pero con el paso del tiempo seguía dando vueltas a la forma de dedicarse a un arte que tuviera la capacidad de "solucionar problemas". Cuando tuvo la idea de hacer paneles que no fueran tan industriales, empezó una larga investigación de la mano de ingenieros que ha culminado con un estudio que hace soluciones a medida pero también prêt-à-porter.