Oportunidades: lánzate, pero con ruedecillas
Alexandra Masó explica qué hacer, en plena crisis, ante la posibilidad de hacer crecer el negocio
Llevo una empresa de actividades extraescolares y nos ha surgido una oportunidad de crecer asumiendo más servicios que implica una importante inversión. Es un riesgo que no sé si es apropiado asumir en ese momento. ¿Qué piensas? (David, Barcelona)
— Todos hemos oído esa frase que dice "las oportunidades no se pueden dejar escapar", y estoy totalmente de acuerdo, pero siempre con una meditación previa y los riesgos calculados. Por tanto, es importante que hagas dos cosas: crear hipótesis y desarrollar tests de mercado.
Una hipótesis puede empezar con las palabras "Yo creo que..." . Hay que describir, lo más detalladamente posible, las oportunidades de crecimiento concretas que crees que te puede reportar un plan. Por ejemplo: "Creo que podremos llegar a subir un 5% las ventas a final de año, captando a 15 nuevos usuarios para la nueva actividad extraescolar". Es crucial que intentes ser lo máximo concreto, y que lo escribas, porque ya sabemos que las palabras se las lleva el viento. Con las hipótesis no estamos haciendo volar palomas ni prediciendo el futuro, sino describiendo lo que racionalmente creemos que pueden ser resultados de esta oportunidad. Esta misma lista puede convertirse en tu guía de objetivos a alcanzar.
En segundo lugar debes testear el servicio. De hecho, no hace falta que desarrolles todo el servicio de golpe; puedes crear una versión reducida del nuevo servicio (lo que llamamos producto mínimo viable, o PMV) en el que quede clara la propuesta que hacemos en el mercado y que nos permita validar si el mercado está dispuesto a pagar por ella o no. Por ejemplo, queremos realizar cursos de vela y para ello tenemos que comprar veleros. Inicialmente no hacemos toda la inversión, sino que creamos un evento único, alquilando un velero y realizando la actividad un único sábado por la mañana. Es habitual que el primer PMV no funcione; te tocará construir otro PMV variando elementos. Por ejemplo, ofrecer la actividad a grupos de escuelas en lugar de hacerlo individualmente. Así, parte de la inversión la harás una vez sepas cómo debe ser la propuesta para que realmente el mercado la compre. Es como llevar ruedecillas en la bici: primero ganamos conocimiento y confianza, para después movernos más seguros y rápidos.
*Haznos llegaraquílas dudas que tengas sobre tu negocio e intentaremos darle respuesta al Consultorio Empresarial.